¡GUERRA A LA GUERRA… LO DEDICO A TODOS LOS CULPABLES!
Lo escribí hace treinta y un años (1985) y hoy leyendo es mis archivos lo encuentro. Inmediatamente me vienen a la mente, tantos inocentes muertos y que siguen muriendo, cuando no heridos de infinitas formas y que se preguntarán “el eterno por qué”… ¡por qué siguen las masacres, por qué no pueden vivir en paz y en su tierra todos los que huyen y que en cantidad ya desconocida mueren en el viaje! Y sintiendo junto a la impotencia la indignación que todo bien nacido, supongo siente; le dedico lo que sigue a todos los responsables de todo ello y principalmente a los gobernantes de los países dominantes que son en verdad los mayores responsables de todo lo que ocurre en este maldito planeta en el que vine a nacer hace ya casi ochenta años y en plena guerra civil española. AGF 23 Oct. 2016
¡ GUERRA A LA GUERRA !
¿Por qué no se acaba la guerra?
Aquel iluso preguntó…
Y nadie le contestó…
¡Pues quién acaba con la guerra!
¿Y si muriera quién la provoca?
-volvió a preguntar aquel loco-
dijéronle a él… pues
¿Quién quita la horca al que ahorca?
Sí… reconoció el preguntante.
Antes… –al menos- iba delante.
El primer general o comandante.
El que arma en mano y arrogante.
Virilidad, ideal o ambición:
era la fe y el ardor,
para conseguir el valor,
de cuantos marchaban en la acción.
Al menos aquel guerrero que mandaba,
podía morir si no mataba,
arriesgaba su propia vida,
y a sus hombres con ello estimulaba.
Hoy, ni ese cruel consuelo,
queda al que no entiende,
pues ni aprende ni comprende,
al guerrero, a tirano o tiranuelo.
Pero aún menos “a la sabandija”,
que declara, instiga o lanza con ferocidad,
en la más inicua impunidad,
quedando él salvo de todo, excepto de su maldad.
Lejos de él, arden los cadáveres,
mueren allí lejos, los hombres;
masacrados como zorros o liebres;
sin saber por qué matan o mueren.
Atrás quedan los brindis;
los negocios manchados en sangre;
los traidores y mercaderes;
los buitres en sus cantiles.
Y no acaba la guerra,
por cuanto el oro lo impide,
y muere siempre “el de siempre”;
y vive de su sangre quién lo engaña.
Prospera el que miente o mata,
pues siempre se da maña,
para comprar otras alimañas,
y devora así, con saña…
A quién grita..
¡Guerra a la guerra!,
lucha inútil y maldita,
siempre presente en la Tierra.
Jaén: Diciembre 1985
(Publicado en mi libro, “Pensando en… Andalucía”)
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php