No más Mentiras

Antonio García Fuentes

PARA MEDITAR «EN UN MUNDO LOCO»…¿

PARA MEDITAR

Suelo guardar escritos que considero muy interesantes y con cuya lectura encuentro “nuevos alimentos” para proseguir en esta particular “cresta de la ola” en que me instalé hace muchos, muchos años. Hoy les ofrezco uno de ellos y de los últimos leídos y archivados, pensando les pueda servir para soportar algo mejor, esta actualidad tan inhumana que nos traen los noticieros de cada día, de un mundo cada vez peor administrado y donde todo tipo de bandidaje y horrores sociales, va en aumento: es por lo que hoy cedo mi espacio al tema de la reencarnación: Saludos cordiales: AGF

VIDA EN EL MUNDO ESPIRITUAL
Fermín Hernández Hernández — 27 julio, 2016

Fotograma de la película «Astral city».
INTRODUCCIÓN
Iniciamos desde este número de la revista Amor, Paz y Caridad una nueva sección donde trataremos una sugestiva y esclarecedora temática: “LA VIDA EN EL MUNDO ESPIRITUAL”. Como es habitual, abordaremos el asunto con la mayor sencillez y honestidad, procurando resaltar los temas más importantes, en especial aquellos que más nos interesa conocer, y siempre desde el punto de vista de seres encarnados en proceso de evolución, cuál es la situación de esta humanidad.
Existe un enorme desconocimiento de la Vida en el Mundo Espiritual. Si el ser humano fuese mínimamente consciente de la importancia de su misión y de los trabajos que debe realizar en la Tierra; de lo mucho que influye en su andadura el estilo de vida y realizaciones; sin duda su manera de actuar, de vivir, sería muy… muy diferente. Y es que la suma de todos estos factores (resultado de nuestro tránsito y actividades en este planeta y vida actual) determinará en gran medida como será nuestra llegada al plano espiritual y las futuras existencias. Conocer estas repercusiones sin duda cambiaría nuestro comportamiento, decisiones y actos cotidianos.
Con el cese de nuestra existencia en la Tierra, comenzamos una nueva andadura en el plano espiritual, aunque lógicamente sin un cuerpo físico. Nuevas experiencias… felices para unos, dolorosas o muy dolorosas para otros; según hayan sido sus actos, modo de vida, grado de materialismo, etc. con el que hayan llegado al final de su existencia. Se cierra el telón y se abre el escenario para una nueva experiencia. El hecho de que creamos o no en la realidad de ese tránsito no cambia su resultado. Finalmente las Leyes Universales fijadas por Dios se cumplen inexorablemente. Lamentablemente, la mayor parte de las personas no somos conscientes de que con la muerte, acaba tan solo uno de los eslabones de la larga cadena de existencias necesarias para el progreso del ser espiritual: -La Chispa Divina-.
La muerte del cuerpo físico representa la separación del espíritu de la materia. Materia que le servía de instrumento de manifestación en el plano físico. Pero una vez el cuerpo físico pierde la unión con la matriz espiritual que le cohesionaba, se descompone, volviendo el cuerpo físico a su origen, la tierra. Mientras tanto, el espíritu, libre ya de ataduras, retorna a su hogar espiritual donde continúa el proceso evolutivo, incorporando a su acervo de conocimientos y experiencias todo lo vivido y aprendido en esa anterior existencia.
Por desconocimiento de esta Ley Universal, la Ley de Evolución, la muerte física produce un miedo cerval en la mayoría de las personas; pues desconocemos lo que nos espera. No obstante, nuestro fuero interno nos dice que no es el fin. Esos estados de tensión e incertidumbre se desvanecen cuando se tiene un conocimiento claro, y especialmente, cuando hemos vivido con honradez y dentro del camino recto.
De ahí que sea preciso dar a conocer esta Ley Universal e ir dando respuestas a la infinidad de preguntas, incógnitas y dudas que surgirán:
¿El despertar a la vida espiritual es igual en todas las personas?
¿Qué es la turbación que sufre el espíritu al desencarnar?
¿Qué nos espera en el Más Allá?
¿Supone algún cambio la muerte para nuestra personalidad?
¿Qué nos llevamos al Más Allá?
¿Realizamos correctamente el velatorio?
¿Alguien nos espera allí?
Los seres queridos que partieron antes que nosotros, ¿Vienen a recibirnos?
¿Hay diferentes planos de vida?
¿Tenemos algún lugar reservado donde seguir progresando?
¿Qué nos ocupa en el mundo espiritual?
¿Nos dan alguna misión o trabajo a realizar?
¿Podemos comunicar con los seres que están encarnados?
¿Influye nuestra vida en la tierra el mundo espiritual?
¿Existe el cielo, el infierno o el purgatorio; o algo parecido a esos estados que nos enseñó la religión?
¿Qué ocurre cuando se fallece a causa de un accidente?
¿A dónde van los niños que fallecen a corta edad?
Podríamos seguir aportando muchísimos más interrogantes y dudas. Para todas esas incertidumbres trataremos de dar cumplida respuesta en todo momento, siempre desde el punto de vista del Espiritismo, fuente inagotable de conocimientos.
Vivimos un diario quehacer centrado exclusivamente en aspectos materiales, trabajo y obligaciones. Dedicación que nos priva del tiempo que deberíamos dedicarle al estudio de la vida espiritual. Habitualmente, el poco tiempo que nos sobra lo dedicamos a los asuntos materiales relegando los conocimientos espirituales a un segundo, tercer o cuarto plano. En modo alguno nos planteamos analizar qué ocurrirá después de cumplido nuestro plazo en la Tierra, ni consideramos la posibilidad de otro mundo paralelo donde recogeremos lo que aquí sembramos.
Somos meros usufructuarios temporales de este Planeta, en el que estamos solo de paso. Nuestra permanencia en el mismo es corta, muy corta, apenas unos cuantos años, y suelen pasar muy rápido, ¡Cuánto dejamos sin hacer! ¡Cuantos errores de los que arrepentirse! Y Muchos de ellos sin la posibilidad de volver atrás para corregirlos.
Cuando somos jóvenes creemos dominar el mundo, nos vemos con fuerzas y frecuentemente desdeñamos la sabiduría de los adultos, vivimos en un mundo aparte creyendo que vamos a vivir para siempre. Más la vida pasa como un soplo. Llegamos rápidamente a la madurez, en ocasiones vacíos, infelices, con sabor agridulce y, con la sensación de haber sacado poco jugo a la existencia. Hemos buscado la felicidad en todas partes, a través del sexo, del dinero, del éxito, buscando el halago y el aplauso de los demás y seguimos sin encontrarla. En fugaces instantes hemos creído encontrarla y desaparece en un momento. Nos hemos olvidado que únicamente podemos encontrarla dentro de nosotros mismos ¡Nos llama desde nuestro interior!
Finalmente alcanzamos la vejez, -etapa de la vida tan distinta a la de la juventud-, y muchas personas consideran que su vida está llegando a su final. Únicamente les cabe esperar que llegue la muerte y con ella el descanso eterno. Craso error, cuando habiendo abandonado el cuerpo físico, comprueban que siguen viviendo aunque sin la atadura del vestido corporal. Nada más ha cambiado, la vida continua, se ha cerrado un capítulo, mejor o peor interpretado y, se abre un nuevo escenario, donde interpretaremos un nuevo guión y enfrentaremos la realidad tal como es.
Gran sorpresa para muchas personas, pues les costará reconocer que ya no están en la tierra, que han fallecido y carecen de un cuerpo físico. Al poseer un cuerpo periespiritual idéntico al material, les cuesta admitir esa idea. Idea reforzada por el hecho de no haber encontrado allí todo lo prometido por la religión o la idea de eternidad asumida educacional o culturalmente.
Es importante estar preparados para nuestro retorno al mundo espiritual que es la auténtica patria del espíritu. Hemos de comprender que la vida del espíritu es una sola y que si bien el espíritu encarna con frecuencia, la mayoría del tiempo lo pasa en el espacio, en el plano espiritual. Al principio cuando el espíritu está poco evolucionado necesita encarnar con frecuencia para adquirir experiencia y, en la medida que va progresando su necesidad de tomar cuerpo físico se va reduciendo.
Debemos asumir que nuestros intereses son principalmente espirituales, tomamos un cuerpo físico para servirnos de la materia como herramienta de trabajo. Debemos dominar la materia física y no permitir que sea ella quien controle y dirija nuestros pasos.
Tenemos la obligación de hacer un uso justo y equilibrado de la materia y del mundo físico en el que nos encontramos, es un préstamo que se nos ha concedido de manera temporal para adquirir fortaleza y aprovechar bien las experiencias. Procuremos vivir con dignidad, con amor, ayudando a nuestro prójimo siempre que lo necesite, erradiquemos la maldad y hagamos un esfuerzo para corregir las imperfecciones que aniden en nuestro interior.
Vigilemos el espejismo de las cosas materiales. Tengamos siempre presentes las Leyes Universales y Espirituales. Aceptémoslas como son y evitemos la rebeldía ante los numerosos reveses de la Vida. La búsqueda del trasfondo espiritual del mundo que nos rodea y de las circunstancias con las que convivimos nos ayudará a prepararnos para el retorno al plano espiritual y, el tránsito será tan leve como el vuelo de un pájaro.
Recordemos estas palabras del poeta, escritor y dramaturgo francés Víctor Hugo:
“Siento en mí toda una vida futura. Soy como un bosque podado que retorna en brotes más fuertes cada vez. Subo hacia el Infinito”
“Y si la Tierra me da su savia para sustentarme en lo material, el Cielo me ilumina con el reflejo de los Mundos entrevistos”
“Hay quien dice que el alma es solamente la expresión de fuerzas corporales y yo pregunto:
¿Porque la mía es más luminosa ahora cuando mi vida declina y esas fuerzas corporales me abandonan?”
“Sobre mí se cierne el invierno y en mi alma florece una primavera eterna: Las lilas, las violetas y las rosas perfuman y se abren como cuando tenía veinte años. Cuanto más me aproximo a la meta, oigo más claramente las sinfonías de los mundos que me llaman…”.
Viviré mil vidas futuras, continuaré mi obra, escalaré de siglo en siglo todas las rocas, todos los peligros, todos los amores, todas las pasiones, todas las angustias y, después de miles de ascensiones, liberado, transformado, mi espíritu volverá a su fuente, fundiéndose en la Realidad Absoluta, como el rayo se los vuelve al sol”.
La vida en el mundo espiritual por: Fermín Hernández Hernández
©2016, Amor, Paz y Caridad www.amorpazycaridad.com

ENCUENTRA LOS PRODUCTOS QUE TE INTERESAN

¡¡¡ BÚSQUEDA DE LAS MEJORES OFERTAS ONLINE !!!

Obtener los mejores resultados de tu búsqueda de productos

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

Lo más leído