No más Mentiras

Antonio García Fuentes

EL CALENTAMIENTO DEL PLANETA Y LA REUNIÓN DE PARÍS

Casi doscientos representantes de todos los países del mundo, se han reunido en la denominada “Ciudad Luz” y tras las discusiones pertinentes, han acordado tomar medidas para “enfriar el planeta Tierra” y que “sus faunas” no perezcan por un exceso de gases y demás venenos, que ya (dicen) están derritiendo los hielos eternos y amenazan con destruir enormes extensiones de zonas de los litorales y otras muy bajas en relación con el nivel del mar actualmente medido.
¿Cómo lo van a hacer o conseguir, suponiendo que ello pueda ser controlable “por el pigmeo humano”? ¿O se trata de insuflar nuevos miedos o terrores sobre el tan maltratado pigmeo y sus masas? Yo lo ignoro; pero aun reconociendo que hemos convertido muchas partes del planeta, en inmensos estercoleros, y los que hay que limpiar; pero con mi manía de “pensar y deducir por mí mismo”; pienso y digo.
Nuestro planeta es en sí mismo, como una inmensa “olla a presión que navega por el espacio y en cuyo interior y en su mayor parte, arde una masa ígnea que de vez en cuando lo hace reventar en forma de volcanes, que constantemente están lanzando gases venenosos al espacio”; lo que al parecer no es otra cosa, que “un desahogo natural de ese inmenso cuerpo estelar, que según algunos sabios ya catalogaron como un ser vivo más que habita en el inmenso Cosmos” y por tanto, una manifestación más, de ese continuo “crear y destruir” que es “la normal marcha de un Universo que desconocemos”.
Sabemos que a lo largo de la igualmente desconocida historia del planeta, desde su conformación como tal; aquí ha habido “ni se saben”, la cantidad de cambios, más o menos violentos, y que han producido, ni se sabe tampoco, una cantidad de “cortezas y mares terrestres”, que fueron desapareciendo y apareciendo constantemente, pero de forma muchas veces inapreciable; hasta que el ser humano logró aparatos de medición suficiente, por los que hoy sabemos, que y por ejemplo… “la cordillera de más altitud y de las que hoy existen en la corteza terrestre, es a su vez la más joven de todas ellas, y sigue creciendo en altitud; son “Los Himalaya”, en cuyas vertientes aparecen vestigios constatables, de antiquísimas simas marinas en forma de los restos petrificados, de algunos de los habitantes de aquellos mares”.
En esos incontables cambios planetarios, tampoco se sabe la cantidad de “calentamientos y enfriamientos”, que ha sufrido el planeta, pero sí que hay constancia de algunos de sus fenómenos glaciales, de los que los historiadores se hicieron eco, puesto que relataron la congelación de ríos caudalosos, que luego no se volvieron a congelar; deduzcamos igualmente que hubo períodos de calores y sequías, que eliminaron a muchos habitantes planetarios (hombres y animales) para luego irse recuperando, por “esa fuerza o marcha natural de la que apenas nada sabemos”.
Pero como esa reunión parisina, fija su éxito en una reducción de la producción de cosas que ensucian y envenenan todos los ambientes (recordemos “las recientes alarmas de aquí mismo en Madrid, con “sus boinas de polución”; y las aún mucho peores de la República China, en el propio Pekín y otras grandes ciudades del resto del mundo y preguntémonos, ¿cómo se va a solucionar ello y qué medidas se tomarán de inmediato?, puesto que según “los augures” la cosa ya no puede esperar más.
Desde luego “la limpieza en general es imprescindible”; pero yo mismo, tengo a mano, sólo contenedores de “basura orgánica”; pero para depositar, las de aceites sobrantes de la cocina, plásticos y demás envases, pilas eléctricas, cartones y vidrio; he de desplazarme a distancias que no apetecen ir cargado con las diferentes bolsas de basura a que todo ello obliga. Los ayuntamientos están cargados de parásitos que cobran cada mes, pero muy faltos de elementos de saneamientos como el que cito, que hay más, muchos más.
Tampoco he oído decir que en París, se ha tomado la decisión de fabricar todo lo que de envoltorios necesita “la sociedad moderna”, en materiales biodegradables, para que la propia naturaleza los absorba en tiempo y formas normales y naturales, de cómo recicla todo lo que ella produce y sabe reciclar.
He leído estos días que ya hay sobre el planeta, circulando la friolera de mil millones de automóviles; sumemos a ello todos los demás vehículos de todo tipo que lo hacen (barcos, trenes, aviones, maquinaria pesada y de guerra, etc. etc.) y que se espera que en un futuro no muy lejano, el planeta espera tener sobre sí, triplicada esta cifra, cuyo carburante para que funcionen, son los hidrocarburos, que por otra parte, hoy por hoy son los intereses que privan sobre todos los demás… y caiga quién caiga”; pese a todo se sigue promocionando la venta de automóviles, para lo que aquí en España, hay incluso ayudas para la compra de nuevos vehículos.
Y prefiero dejar “mi sermón” aquí, simplemente diciendo que el progreso se sigue entendiendo en el consumo enorme, incluso “en el consumir por consumir”; así es que… “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre y hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo… Amén”… “y pobres criaturas”. No obstante, llevemos las basuras a donde nos dicen los políticos, que esperemos sepan algo de lo que pretenden hacer y lo hagan… pero “empiecen por educar al pueblo y desde niños en algo que se parezca a la ley natural que rige al planeta, a lo mejor así y dentro de algunos siglos los que entonces vivan, vivirán mucho mejor que nosotros”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más)

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

Lo más leído