Conmoción es una palabra tan “usada” hoy que como tantas otras ha perdido su significado; yo pienso que ya nadie se conmueve por nada y entre todos “los nadie”, los que menos son los que aparentan o dicen tener el poder de tomar decisiones, que por lo que sea nunca las toman; seguro que por los intereses creados que atan a todos a tragar y disimular todo lo habido y por haber. Simplemente, fingen y a vivir.
Hoy cuando escribo es tres de septiembre; ayer en una playa de Turquía aparece un niño muerto, ahogado y que es una víctima más de esos desastres que el hombre provoca impunemente y en el que van a morir incontables miles de inocentes de todas las edades. Ese niño contaba tres años de edad… “y tan horrible estampa, los informadores de todos los desastres del mundo, nos la sirven multirrepetidamente, como suelen hacer ya que lo hacen hasta la saciedad”… ¿Por qué lo hacen así? Imagino que por cuanto consideran que es impactante y por tanto “comercial” y como es el comercio lo que se pretende… “pues ahí va un muerto más y a llenar páginas y espacios para que la masa vea que es una pobre mierda que no vale nada, puesto que esa estampa y de mil formas diferentes le puede ocurrir hoy a cualquier bicho humano que habita este horrible planeta, sujeto a conmociones de todo tipo”.
En la primera plana de un periódico de hoy como pie de foto de ese niño ahogado el que dirija ese periódico, publica el siguiente titular… “Conmoción mundial por la fotografía de un niño sirio ahogado en una travesía de refugiados a Grecia”. ¿Pero es que esa foto tiene ya algo que altere el ánimo de la mayoría de terrícolas?; yo estimo que no, puesto que desde que existe esa masificación de información por todos los medios; estos se han dedicado a ello precisamente, a inundarnos de todo tipo de desastres y sobre todo a mostrarnos montones de cadáveres y profusión de sangre derramada, amén de todos los anexos inherentes a esos incalificables hechos, muchos de ellos, provocados por bandidos y asesinos de todo tipo y condición, que sin embargo no hay voluntad internacional para eliminarlos como real plaga que son y por lo que habría que ir a por ellos “cueste lo que cueste”; pero no y como he dicho; tras todos esos hechos luctuosos no hay otra cosa que intereses materiales y en cuyo reparto intervienen ni se sabe cuántos buitres que van a disfrutar de los beneficios que reportarán todas esas masacres.
Yo ya no me conmociona apenas nada; y es debido a que la propia autodefensa del yo individual, te inmuniza de todas esas atrocidades, sencillamente por cuanto nada puedes hacer por evitarlas; y la indignación que puedas sentir, tienes que auto destruirla lo antes posible, puesto que otra solución no tienes; supongo e imagino que a la mayoría les ocurrirá igual o algo parecido; puesto que como individuos estamos totalmente indefensos y sometidos a cualquier avatar que por las circunstancias que sean, nos puede llevar a situaciones similares y en las que podemos aparecer como esos que nos muestran… “o sea como meros borregos del rebaño cuyo destino es el matadero incierto pero tan abundante hoy, que ese cuchillo imaginario te puede llegar de tantas formas diferentes que mejor no preocuparse ya por nada”; la indefensión es tan brutal, que sí que da lástima el imaginarla siquiera.
Los que nos quieren dirigir tan brutalmente, nos presentan esas estampas ocasionales, pero… ¿cuántos niños murieron ese mismo día de forma trágica como ese niño ahogado? Simplemente pensemos en los múltiples conflictos que hoy hay en el mundo, las huidas en masa, las guerras controladas o incontroladas, los terroristas y sus masacres ya diarias; y sin necesidad de añadirles los accidentes naturales… ¿cuántos miles de niños y niñas murieron ese mismo día y por causas provocadas por el propio hombre? Nos asombraría el saber cantidades concretas.
Tampoco nos puede consolar el que van a tomar medidas los que en realidad tienen poder y fuerza para ello y por cuanto lo que pasa hoy, ha pasado siempre y va a seguir pasando, puesto que el que tiene que cambiar es el ser humano y este poco hemos cambiado desde que dicen que… “bajamos de los árboles y nos refugiamos en las cavernas”; y esa es la cruel realidad que cae sobre todo el género humano y sálvese el que pueda.
Dejo de escribir, miro la foto del periódico por última vez y sabiendo que mañana habrá otras fotos y otras noticias tremendistas, similares a esta y los que nos quieren dirigir, nos meterán por “los sesos” sin en realidad ya saber, qué es lo que pretenden, o si en realidad pretenden algo, puesto que ellos sí que han entrado en este tipo de rutina… sangrienta, trágica, tremendista… pero rutina al fin y al cabo.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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