No más Mentiras

Antonio García Fuentes

CALOR DE VERANO: ¿AHORA MÁS QUE ANTES?

El negocio de “la información” puede ser que hoy sea el mayor negocio del mundo; puesto que como me decía un director de emisora de radio… “nosotros vendemos una materia prima que nos resulta gratuita y la cobramos a muy alto precio” (Antes de ello un labriego nos dejó “clavados en el suelo”, ya que nos dijo a los dos vendedores que le visitábamos… “el tiempo y como me dijo “aquel cateto”… es gratis y nos lo da Dios cada mañana… ¿Por qué queréis ir tan de priesa”? Sí empleó la antigua palabra “priesa”; pero esto ya lo conté en otro artículo y hoy no lo repito).
Como los denominados “medios de comunicación” son tan abundantes como “las almejas en el mar” y todos se empeñan “en informar las 24 horas”; imagine usted que me lee, lo que se puede hablar y transmitir en tan inmenso tiempo y “la cantidad de morcillas, tendencias, falsedades, o lo que quieran imaginar, que van en todos esos mal llamados informativos, que al final te desinforman totalmente, puesto que la capacidad humana no tiene cabida para tantas cosas”.
Por ello hay tanta falacia y basuras en “las ondas” y por ello ya lo cuerdo es cuasi oír o ver, cosas puntuales y dejar el resto para quienes dicen aburrirse y prefieren “pegar ojos y oídos a las pantallas y altavoces en espera de lo que les echen”.

Este año, ha abundado y sigue abundando el asunto “calor” y a este fenómeno que es natural, se le ha dedicado y dedica, infinidad de tiempo pretendiendo imbuirnos en que hemos vivido o estamos viviendo, tiempos calamitosos, o de “castigos bíblicos”, puesto que con ello también se transmite miedo, que es lo que en general transmiten todos estos medios; puesto que predomina lo tremendista, sangriento, degenerado y en fin, todo lo destructivo que realiza “el bicho humano” en su entorno; apenas hay algún respiro para decirnos que también ese bicho es menos bicho y suele hacer cosas mucho más edificantes; se justifican con aquella vieja máxima norteamericana, en la que afirmaron que la noticia no era si “un perro muerde a un hombre; que la verdadera noticia impactante era la de que era el hombre el que mordía al perro”.
Así nos están metiendo “en los sesos” lo del cambio climático, el deshielo de los polos y glaciares, el que los mares van a subir no sé cuántos metros y que debido a ello, van a desaparecer no sé cuántas ciudades y cuantos cientos de millones de “bichos humanos” que se empeñaron en vivir apelotonados y junto al mar; en resumidas cuentas, que se fomenta el miedo en la mayor escala imaginable, para que ese pobre ser humano, olvide sus más cercanas miserias, que ya a cada vez más indefensos, les obligan a enfrentarse a carestías calamitosas y que hace pocos años eran impensables en el “rico mundo” en que habitamos la mayoría de occidentales.
Pero he aquí que entre tanta indeseable información calamitosa, encuentro un pequeño suelto “perdido” entre las voluminosas y grandes páginas de un diario nacional, el que afirma cuanto sigue:
“Corría el verano de 1881 cuando España entera vivió una ola de calor insoportable. Sin embargo fue en Andalucía donde se encendieron las alarmas sobre todo en Sevilla , pues la mañana del 4 de agosto los habitantes de la ciudad se levantaron con 35 grados y la gente empezó a preocuparse. Pero todavía más cuando a medida que iba pasando el día los termómetros se iban disparando hacia arriba y a las dos de la tarde marcaban ya una temperatura de 45 y seguía subiendo. A las cuatro de la tarde los termómetros pasaron la barrera de los 50 y las autoridades tuvieron que intervenir, porque a los hospitales comenzaron a llegar pacientes víctimas de aquellas altísimas temperaturas”.
Entiéndase que todas las temperaturas son tomadas a la sombra, puesto que hasta ello “lo han prostituido” esos informativos que incluso nos muestran termómetros al sol que marcan altas temperaturas, que por ser “cara al sol” carecen de valor estadístico y valorable. Al sol se pueden llegar a altísimas temperaturas y lo sé por la experiencia de ver como “reventó” un termómetro de alcohol, dentro de mi primer automóvil, el que cerrado y dejado a la intemperie aguantó el sol de Córdoba, un día de julio, en el que ni me explico a qué temperatura llegaría en aquel horno, puesto que aquel termómetro creo recordar que marcaba hasta los 60 grados.
Recordemos que esas altas temperaturas en Sevilla, se producen en 1881; donde aún ni existe el motor de explosión y la invasión de todo lo que vino después; ya que el único motor industrial sería el del ferrocarril, que por otra parte no estaba muy extendido aún por la mayor parte de España, o sea que era una época rural y campesina, que poco podía influir en cambio climático alguno; simplemente, que esos cambios climáticos, han existido desde siempre y por motivos que los entendidos pueden explicar si quieren y “se calientan los sesos”; pero no; se difunde el miedo, el tenernos siempre asustados informándonos de lo que interesa a quienes le interese, lo que interesa a esas minorías en cada momento; no entiendo otra cosa.
Así es que tranquilos, que este ha sido y sigue siendo un verano más de los infinitos que ha vivido la humanidad, con sus calores y fríos más o menos extremos; pero que en general soportamos en mayoría y seguimos sobreviviendo a ellos.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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