Los reyes si quieren seguir reinando, han de hacer como “las veletas de las torres, girar siempre a favor del viento y seguir la dirección que éste marque”; caso contrario puede peligrar “la corona” y por tanto los privilegios y buena vida que en general se llevan los monarcas desde siempre.
Cuentan que en la historia de España, entre tantos enfrentamientos entre “reyes y nobles”; hubo uno en que enfrentado el monarca a un obispo “guerrero”, que allí con él estaba junto con otros “poderosos de sus reinos”; el tal obispo (cuyo nombre no recuerdo: ¿Rodrigo Jiménez de Rada?) le espetó en un momento con la mano agarrando el pomo de su gran espada o espadón (era la época de los moros y la reconquista) y respaldado por sus poderes terrenales, le dijo cara a cara… “Nos somos casi como vos y unidos los aquí presentes, somos mucho más que vos”. Oído aquello, aquel rey tuvo que replegarse de inmediato, puesto que aquellos “súbditos”, venían más que a pedirle; a darle lo que él necesitaba, o sea los ejércitos de aquellos nobles, puesto que eran épocas en que cada cual tenía y mantenía el suyo propio.
El actual rey de España, accedió a la corona no por “gusto” de su padre, sino debido al desprestigio que ya había acumulado su progenitor el que para “salvar la corona y que quedara en la familia”; abdicó, para luego seguir siendo algo así como “un segundo rey”, cosa inexplicable en esos rangos, puesto que no cabe ello en una monarquía, lo digan como quieran y les dé la gana; un rey es un rey y punto; no hablemos de “la consorte”, puesto que ambos debieron desaparecer de escena y de inmediato; para ello ya el nuevo rey tiene su consorte y heredera dinástica; por tanto no me explico la presencia de los anteriores en el acto que comento.
Y sobre “los plebeyos actuales” ya vengo diciendo y escribiendo hace mucho tiempo, que… “en una sociedad que se precie de serlo, tan útil es un hortelano recolectando papas, cómo un cirujano curando o salvando vidas en su mesa de operaciones”; por tanto no conviene endiosar a nadie, sino valorarlo como con cierta justicia merezca, puesto que “las papas que consume ese hipotético cirujano, las come gracias a ese otro hipotético hortelano”, el que podemos cambiar por un pastor de ganado, pescador, o cualquier otro oficio útil y que en conjunto sostienen a la sociedad en su composición total… “así es que menos lobos para esos presuntuosos que se creen ser el ombligo del mundo, puesto que nadie es imprescindible y a la vista está con lo del rey… a rey muerto (o abdicado) rey puesto”.
Pero volviendo a la recepción celebrada por el rey en su primer aniversario como tal, opino cuanto sigue.
Tras “los conatos de mayo y en la plaza de la Puerta del Sol de Madrid” y todo lo que ha ido ocurriendo, sin prisas pero sin pausa; y los resultados de las votaciones celebradas, en las “europeas, municipales y regionales”; en la casa real y aconsejado por “quienes sean”; se selecciona una cuarentena de Súbditos de la plebe y buscando en ellos, la ejemplaridad que tanto abunda en esos seres anónimos o que casi nadie conoce, pero que son (somos) los que sostenemos al Estado en sus cuantiosos gastos o dispendios inútiles… deciden premiarlos con la “medalla al mérito” y todo ello dándoles un protagonismo nacional y mundial, más que nada por cuanto antes he dicho, “del aire y la veleta, puesto que soplan nuevos y no muy gratos aires para muchos”.
No obstante, después de este hecho “popular”, el rey celebró “un almuerzo con las más altas instituciones del Estado”; lo que concuerda con el hecho anecdótico, de aquel obispo medieval y sus compañeros de armas; puesto que es claro que “el rey ha de nadar y guardar la ropa por cuanto también se dice más arriba”.
No obstante es bueno, que esto ocurriera tal y como ha ocurrido, pero que no hay que agradecer para nada, puesto que cualquiera por “corto de caletre que sea”, debe saber deduciéndolo el mismo; que somos la inmensa mayoría de explotados españoles, los que seguimos manteniendo todo el peso del Estado, rey (y sus familias) incluidos; esperamos que todo ello se vaya repitiendo y se reconozca con mucha más frecuencia, que “el pueblo es algo más que la percha de los palos que de siempre hemos recibido y en cualquiera de los regímenes que han mangoneado España, a lo largo de toda su historia”.
Así es que “menos vaselinas a quienes nunca dan nada, si no es por cuanto ya casi contra la pared, no tienen más remedio que abrir la mano y dar algo de lo mucho que nos deben”.
Todo ello no insta para que yo no critique, a los nuevos “revolucionarios”, que han quitado el cuadro del rey, del salón de plenos del ayuntamiento de Cádiz y allí han colgado, algo así como… “una momia republicana, nada menos que de la primera república, que fue uno de tantos espantosos fracasos, que hicieron pasar al siempre sufrido e indefenso pueblo español”. Si en plebiscito indiscutible, aprobamos una Constitución (la actual) hay que acatarla y cumplirla, mientras esté vigente; y en ella es el rey el que representa y encarna al pueblo español; si la actual Constitución necesita cambios (que los necesita) hagámoslos cuanto antes y a tenor con ellos, emprendamos nuevas etapas; pues al pueblo le da lo mismo, rey que república, que consejo de ancianos de la tribu; siempre que gobiernen con justicia redistributiva y no como se suele gobernar en España… “mangonee quien mangonee”.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php