No más Mentiras

Antonio García Fuentes

Miguel de Cerbantes Sa avedra

Miguel de Cerbantes Sa avedra

Titulo así, puesto que así firmaba (con b y separando en dos partes su segundo apellido) “el manco” (que no lo era) de Lepanto; y lo hago así, por cuanto el que quiera comprobarlo, que se pase por mi ciudad Jaén (Andalucía-España); visite el archivo provincial y podrá comprobarlo, puesto que por aquí anduvo, comprando garbanzos y otras vituallas para el ejército del rey; puesto que nuestro “príncipe de las letras”, las pasó “putas” en España, como normalmente las pasó y pasa, aquel que destaca en inteligencia intelectual y escribe cosas que no tragan los que siempre mandaron y mandan en esta chata y ridícula España, que poco ha cambiado en este tema; y es por lo que aquel escritor tuvo que dedicarse a otros oficios, mendigar favores y pelotillear a los que pudo, para poder editar su famoso “Quijote”.
Fama que no se la debe a los españoles, por cuanto la historia es otra y ya hice referencia cuando “conmemoraron” los cuatro siglos de su famoso libro; y la que hoy repito para conocimiento de aquel que lo ignore.

También el lugar de su nacimiento no está claro, como ya entre otros aporta un manchego que dio datos justificables tal como se desprende del escrito que a continuación reflejo: “El nacimiento de Miguel de Cervantes Saavedra no fue en Alcalá de Henares, por mucho que se diga y digan los libros de Historia. Cervantes nació en Alcázar de San Juan, y por motivos que se desconocen trasladaron su partida de nacimiento a Madrid para pasarla posteriormente a Alcalá de Henares. Aún prosigue la inscripción de bautismo en la iglesia de Santa María la Mayor de esta población de Alcázar de San Juan, donde procede su origen total. R.L.H (Publicado en diario ABC de Madrid, en cartas al director, el viernes 23 de Mayo de 1997)”.
Pero no es con las fanfarrias que montan “las autoridades” cómo se honra a los grandes escritores o pensadores, sino obligando con su lectura en los centros de enseñanza y manteniendo charlas y coloquios para discutir los contenidos que merezcan la pena, de tantos otros que “andan olvidados en las bibliotecas” y cuyos nombres por ser numerosos no señalo, nada más que dos contemporáneos: “Larra y Blasco Ibáñez”, por cuanto “fueron como cirujanos diseccionando la España de su tiempo”; pero es claro, a estos, “sí que de verdad los tienen enterrados”. En cuanto a esos huesos que tanto están dando que hablar y que han encontrado en Madrid, que dicen son los de D. Miguel… “mejor sonriamos y compadezcamos a los que tanta fanfarria han montado sobre un tema, que lo que tiene que dar es vergüenza nacional”.
Lo que escribí cuando arriba digo (2004) fue lo que sigue:
CUARTO SIGLO DEL QUIJOTE
A bombo y platillo y como no podía ser menos, se conmemora este año el cuarto siglo del nacimiento del “Quijote”. Nada más iniciado el año, “los grandes de la política”, se lanzan (al menos en España) a leer y dar a leer la obra cumbre de nuestra lengua y se habla… se habla… se habla del “Quijote”; bastante menos de su autor, pues como suele ocurrir con ciertas grandes obras, ellas llegan a encarnar; y su fama como tales, obscurecen la del autor de la misma. Pero en España es que hay que ocultar, ciertas grandes vergüenzas y sobre ellas no conviene hablar, pues Cervantes y como tantos otros autores, fue muy maltratado por la España de su tiempo, o mejor dicho por los influyentes y sobre todo, por el poder de su tiempo; y España, creo, le debe, hoy, como mínimo, una buena serie televisiva o una gran película, para que los contemporáneos comprueben que como dijo otro autor español, siglos después… “Escribir en España es llorar/morir” y es claro, terminó suicidándose. Como sabemos fue Mariano José de Larra (1809-1837) y del que también recibimos un legado de la tragedia española de su época y la que se conoce y se intuye por lo crudo de sus escritos.
Cuando… “Miguel de Cerbantes Sa avedra”(así firmaba y abajo aparece su firma; posteriormente le quitaron la b y pusieron la v)… logra ver impreso el libro que tanta fama le dio y lo lanza al mercado literario en 1605 (recordemos que es la primera parte de la obra); cuenta la ya muy avanzada edad de 58 años, edad vivida con grandes vicisitudes y penurias de todo tipo, cosa muy triste para quién es después de muerto, cuando en verdad se le va a reconocer y difundir su obra, pero ello ocurre un siglo después, como veremos.
“El pueblo acogió con entusiasmo delirante este libro y en el mismo año de 1605, se realizan seis ediciones más. Se repiten en Madrid, dos en Lisboa y otras dos en Valencia. Comienza Cerbantes a tener enemigos en la república de las letras. La corte establecida en Valladolid el año 1600, volvió a Madrid en 1606. Siguióla Cervantes. Apuros económicos impídanle seguir escribiendo” .
O sea que sólo un año después de esas seis ediciones y del “delirante entusiasmo”, con que fueran acogidas, el pobre Cerbantes no tenía ni “un maravedí” para seguir consumiendo, pluma, tinta y papel… y tiempo para seguir dedicado a su obra literaria; por lo que se tiene que dedicar a medrar, como en otras muchas épocas de su riquísima vida (rica en experiencias, claro está y por ello su obra)… El Quijote… “esta obra, que nadie sabe cuándo y dónde se escribió”… Resumiendo, que el pobre Cerbantes muere pobre y es olvidado, por cuanto sigue.
“Inició las investigaciones en torno a la vida de Cerbantes, un loable capricho de lord Carteret, quien deseoso de obsequiar a Carolina, mujer del Rey Jorge II de Inglaterra, con la biografía del escritor español, dio el encargo de hacerla a Gregorio Mayans y Siscar (1697-1781), “uno de los eruditos mejor informados del siglo XVIII”… Hasta entonces más de cien años de silencio habían gravitado sobre su nombre. Pero a partir de Mayans, aparecieron muchos continuadores”. Está claro que difundido el interés mostrado por la corte británica, los “paniaguados” de siempre, se empezaron a subir “al carro de la fama prestada”.
O sea, que es debido a un inglés y más de cien años después de la muerte de Cerbantes, cuando se empieza a reconocer la labor enorme de este escritor (como sarcasmo, después es nombrado “Príncipe de los Ingenios o las letras”)… cuyos huesos (si los huesos pueden) se carcajearían muchísimo en la tumba donde estuviesen enterrados… que tampoco se sabe dónde se encuentran, aunque ello no importa mucho. En fin, son cosas que ocurren en esta España nuestra, para estímulo de pensadores, creadores y todo tipo de seres privilegiados que nacen en ella, los que en general… son reconocidos por sus compatriotas, cuando ya los reconocieron los extranjeros y como en este caso, cuando ya están muertos y enterrados y milagrosamente “resucitados cien años después”… se les dedica el consabido centenario, más (pienso sinceramente) para lucimiento de los que conmemoran (con dinero de otros) y su propia propaganda, que la del extinto; el que como cualquier creador ya desaparecido, lo que hay es que fomentar su obra y de forma constante y veraz, e igualmente, tener siempre dispuesta la verdadera biografía para conocimiento de su vida, que generalmente dio ejemplo de humanidad y de forma destacada. Afortunadamente la inteligencia no muere nunca, siempre encuentra trasmisor para seguirse difundiendo.
Los homenajes, hay que hacerlos a los vivos, a los que los reciben en persona, a los que en su momento cumbre, agradecerían ello con toda su alma y en pago, volcarían todo su saber en acrecentar su obra, que muchas veces… la tristeza y el abandono, la reduce mucho y en perjuicio de las generaciones posteriores… pues como dice el dicho español… “muerto el burro la cebada al rabo”… ¿para qué quiere o necesita un muerto, laureles póstumos y tan añejos ya?
NOTAS: Miguel de Cerbantes (firmaba con B, separando las dos “a” de su segundo apellido) y hay testimonio de ello en los archivos de la Catedral de Jaén (Archivo Provincial); puesto que estuvo en Jaén y firmó aquí en su época de avituallador del imperio. Hay cuatro documentos firmados y otros varios en que figura pero sin firma. Ello debido a que en 1592, Felipe II firma un título real de concesión de Proveedor general de Galeras de España a favor de Pedro de Isunza; y entre los que éste toma a su servicio, se encuentra Miguel de Cerbantes, que lo encarga de la compra de trigo, cebada, habas, garbanzos y otros; recorriendo una parte de Andalucía a tal fin. (Escrito en Jaén: 04 de Febrero del 2005)

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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