No más Mentiras

Antonio García Fuentes

VOTAR PERO… ¿A QUIÉN Y PARA QUÉ?

Ha llegado el momento en que hay que enfrentarse a la realidad y no esperar “milagros” que ni los hubo nunca ni los va a haber en el futuro; el político es un vividor y va a solamente eso, vivir y vivir opíparamente y caiga quién caiga; esa es la cruda y cruel realidad que hemos padecido y seguimos padeciendo; no hay más. El político “va a por el poder” (entiéndase el manejar el dinero público cuanto más impunemente mucho mejor) y para ello pactará con quién o quienes sean; puesto que entre políticos no hay enemigos, hay simplemente… “futuros socios a pactar para llevarse el botín y de él la mayor parte”.
Recordemos los más famosos eventos políticos de los últimos siglos y notemos con la indignación máxima, que pese a la sangre que costaron, no han servido para lo que fueron proclamados; y no han servido, por cuanto los herederos “políticos de aquellos estadistas, degeneraron de la forma en que lo han hecho”; todo lo demás está a la vista del mínimamente inteligente, que no entenderá nunca, para qué ha servido “tanto progreso material como se logró después y que tan poco nos ha servido a la mayoría de la población de hoy”.
La mayoría de españoles, no saben (o han olvidado) que el primer deber u obligación del gobierno, es procurar la felicidad de los ciudadanos que va a gobernar y que ese punto fue recogido en las principales constituciones o declaración de derechos y obligaciones de los países que fueron y siguen siendo punteros y por tanto marcaron y marcan la marcha del mundo: veamos.
ESPAÑA: La Constitución de Cádiz de 1812, primer texto constitucional de nuestra historia, sí proclamaba en su artículo 13 el derecho de los ciudadanos a ser felices: “El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”.
FRANCIA: La anterior proclamación, tiene unos precedentes históricos en la Revolución Francesa, que aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (el 26 de agosto de 1789), texto básico que inspira la política moderna y que en su preámbulo alude a la felicidad como objeto del Gobierno de la Nación: “Los Representantes del Pueblo Francés, constituidos en Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos del Hombre son las únicas causas de las calamidades públicas y de la corrupción de los Gobiernos, han resuelto exponer en una Declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del Hombre; para que esta declaración, estando continuamente presente en la mente de los miembros de la corporación social, les recuerde permanentemente sus derechos y sus deberes; para que los actos de los poderes legislativo y ejecutivo, pudiendo ser confrontados en todo momento con los fines de toda institución política, puedan ser más respetados; y para que las reclamaciones de los Ciudadanos, al ser dirigidas por principios sencillos e incontestables, puedan tender siempre a mantener la Constitución y la felicidad de todos”.
ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA (USA): El origen de ambas declaraciones nace en las colonias inglesas de América del Norte. Donde queda más claro el derecho de los gobernados a ser felices, es en la Declaración de Derechos de Virginia, de 1776, prefacio de la actual Constitución de Estados Unidos, uno de los textos emblemáticos del constitucionalismo universal, que proclama: «Que todos los hombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes, y que tienen ciertos derechos inherentes de los que no pueden privar o desposeer a su posteridad por ninguna especie de contrato, cuando se incorporan a la sociedad; a saber, el goce de la vida y de la libertad con los medios de adquirir y poseer la propiedad y perseguir y obtener la felicidad y la seguridad». Recordemos que aún los norteamericanos poseen el derecho a “estar armados para defender sus derechos por la fuerza si preciso fuera”.
Aquí en España “nos cocieron una constitución” que nos la cantan y alaban los que verdaderamente la han explotado y siguen queriendo explotarla por tiempo largo, pero… ¿Qué nos ha reportado en realidad? Veamos la situación actual que responde plenamente a ello, miseria y ruina por todos lados… La Constitución española vigente, desde 1978, exaltada como modélica por la propaganda institucional, no es en modo alguno un texto digno de alabanza, sino todo un fracaso, porque esa Carta Magna ha permitido que los políticos españoles construyan un país injusto, desigual, arbitrario, donde los ciudadanos desprecian a sus dirigentes y poblado de desempleados, pobres, desconfiados y demasiados seres asustados e infelices.
Por todo ello hay que votar a nuevos grupos que se comprometan a reformar la constitución y aplicar todo cuanto precisamos para que España y los españoles, ocupemos el lugar que nos corresponde en el ámbito mundial y no el ridículo y servilismos que hoy nos obligan las pésimas actuaciones de quienes digan lo que digan, no han sabido gobernarnos como era de esperar y merecemos indudablemente. Necesitamos instaurar una verdadera democracia, sin privilegios para nadie… REITERO, PARA NADIE. y ello es sencillo de entender, si no es así, NO ES DEMOCRACIA.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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