Al político se le olvida algo primordial, o sea que en sí mismo, es “un pobre individuo más, componente de esta masa que conformamos lo que se denomina Humanidad; que como individuo es un inútil más y que si logra algo destacado es por la infinidad de servidores que logra controlar y poner a su servicio”; muy pocos son los que llegan a liderar algo con esa fuerza que de verdad dimana del verdadero líder; la inmensa mayoría son “figuras” que arropadas por intereses múltiples; ponen a encabezar estos y las proyectan a puestos destacados, en los que muchos de ellos lo que realizan en los mismos, no es motivo precisamente de vanagloria alguna, sino de todo lo contrario. Para ver ello, simplemente tendamos la vista a los horizontes que queramos y vayamos viendo individualidades; la situación actual nos indica la infinidad de miserias que soportamos, debidas todas ellas a esos políticos, muchos de los cuales mejor se hubieran dedicado a la cría de la oveja o cualquier otro animal, puesto que su intervención en la marcha del hombre ha sido horrible… ¿Necesito señalar algo? Sólo los últimos y horribles hechos, donde hasta se ha asesinado a unas docenas de hombres, quemándolos dentro de una jaula y nada menos que… ¡¡En el nombre de Alá!! De nuevo se están masificando los asesinatos en nombre de Dios, mientras los que dicen gobernar el mundo, miran para otro lado, se dedican a “sus negocios” y aquí no pasa nada… “nunca pensé a lo largo de mi ya larga vida el que iba a presenciar tanto y tan malo como estoy viendo y con la impotencia que tengo que soportarlo”.
Hecho este muy doloroso preámbulo, me explico o trato de explicar el motivo de ello; que como titulo es motivado por la enorme vanidad del que se dice político, que no lo es en absoluto, puesto que “política es servicio al pueblo y por tanto tiene que estar bien alimentada de cierta humildad y afán de servicio al prójimo”.
He comentado muchas veces la gran parafernalia y gasto que ocasionan esos falsos políticos, simplemente dejando señales indelebles para que quede constancia de su paso por la poltrona que ocuparan para su gloria futura (por el contrario de sus fechorías se oculta todo) cosa que fomentan, “los pelotilleros” de turno y que pululan a su alrededor. Pero me cuentan que surge una excepción, que una vez más aparece en un destacado país o nación de habla española, cual es Costa Rica: veamos.
“En un momento en el que varios presidentes latinoamericanos están promoviendo un descarado culto a la personalidad, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, ha firmado un decreto que prohíbe la exhibición de su retrato en las oficinas públicas, y que ordena no incluir su nombre en las placas inaugurales de obras públicas. Según el decreto presidencial, las placas de todas las nuevas carreteras, puentes, hospitales y otros edificios públicos inaugurados durante su mandato, que finaliza en el 2018, solo mencionarán el año en que fueron terminados. “Las obras públicas son del país, y no de un gobierno o funcionario en particular”, dijo Solís después de firmar el decreto. “El culto a la imagen del presidente se acabó, por lo menos durante mi gobierno”. El ministro de la Presidencia de Costa Rica, Melvin Jiménez, dijo que la decisión fue parte de la plataforma de la campaña de Solís. “No hay motivo para poner el nombre del presidente en ninguna obra pública, porque las obras públicas son pagadas por el pueblo de Costa Rica, con sus impuestos”, dijo Jiménez. “Y no hay motivo para colgar su retrato en las oficinas públicas, porque las decisiones del gobierno no son tomadas por una sola persona, sino con la ayuda de ministros, viceministros y otros funcionarios”. ¡Qué diferencia con lo que estamos viendo en otros países latinoamericanos!”
No hay por qué “maravillarse” de esto, que simplemente es la lógica que debiera imperar en todo gobierno de cualquier sistema político, donde los logros generales y principales, vienen simplemente de la buena administración de los recursos públicos que genera cualquier república bien administrada; cuyos habitantes cumplirían bien, simplemente reconociendo y felicitando a los gobernantes que así lo merecieran, los que deberían sentirse más que satisfechos con ese reconocimiento general.
Veamos lo que hacen los demagogos “reinantes” hoy mismo y cerca de allí; y recordemos lo que a lo largo de nuestra existencia hemos visto o padecido… “En varios países de la región, los presidentes usan buena parte de su tiempo y recursos estatales en campañas de auto-glorificación, en muchos casos, para tratar de eternizarse en el poder”. En Venezuela, donde el fallecido presidente Hugo Chávez inició este último ciclo de culto a la personalidad en la región, el actual gobernante Nicolás Maduro está distribuyendo millones de libros escolares que glorifican a Chávez y glorifican al propio Maduro. El gobierno de Maduro está distribuyendo en las escuelas una “Constitución Ilustrada de la República Bolivariana de Venezuela” que incluye ilustraciones de Chávez, con una sonrisa paternal, jugando con niños bajo el título de “Suprema Felicidad”. Otra ilustración muestra a Chávez como si fuera Dios, mirando desde el cielo mientras un imponente Maduro en la tierra, con la faja presidencial con los colores de la bandera patria, alza la mano en gesto de triunfo. El título de la ilustración dice: “Democracia”. En Ecuador, el presidente Rafael Correa, cuyo partido procura cambiar la Constitución para permitirle ser reelecto indefinidamente, no solo está censurando las críticas de la prensa sino que exige que los periódicos hablen bien de él. La Superintendencia de la Información y Comunicación de Ecuador acaba de citar a los diarios El Universo, El Comercio y Hoy a una audiencia por no haber informado sobre el reciente viaje de Correa para recibir un doctorado honoris causa en una universidad chilena. Correa había denunciado en un discurso del 17 de mayo la falta de cobertura periodística de su viaje a Chile. En Bolivia, el presidente Evo Morales presentó recientemente un libro infantil titulado, “Las aventuras de Evito”, que glorifica su infancia. El libro, escrito por la ex jefa de gabinete del presidente, Alejandra Claros Borda, contiene cinco relatos breves —incluyendo “Evito va a la escuela”, “Evito juega al futbol”, “Evito y el burrito tricolor”— y fue parcialmente distribuido en forma gratuita por el Ministerio de Comunicación. En Argentina, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha bautizado tantas calles, puentes y edificios con el nombre de su difunto esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, que el periodista del diario Clarín Leonardo Mindez ha creado un blog llamado “Ponéle Néstor a Todo”. El blog incluye casi 100 obras públicas que llevan el nombre del difunto presidente, incluyendo la planta nuclear Atucha II, que acaba de ser rebautizada —sí, lo adivinaron— “Presidente Néstor Kirchner”.
Aquí en España y lo hemos padecido y seguimos padeciéndolo; la época de Franco cubrió la nación de nombres afines al caudillo (que al menos supo recuperar el desierto que fue España tras la terrible guerra civil) que los que entraron a mangonear todo cuanto dejó de herencia, de lo primero que se ocuparon fue “de borrar sus nombres, quitar estatuas y todo lo demás para que desapareciera su rastro”, cosa idiota por demás, puesto que la historia no la borra nadie y al final se escribe… pero por todo esto sí que en lo sucesivo habría que eliminar nombres propios, y cualquier evento; y que figurara sólo la fecha de su finalización o puesta en marcha; el interesado que investigue y la asocie a la época que corresponda, puesto que lo importante es “lo que se hizo y no quién lo hizo y el por qué lo hizo, puesto que los recursos los aporta siempre el pueblo y el pueblo antes o después olvida todos los nombres”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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