Aún en los territorios que son conocidos como “países bajos”, se asusta a los niños diciéndoles… ¡Que viene el duque de Alba! Duque que lleva cuatro siglos (o más) enterrado en “su ducal panteón”; pero fue “la terrorista” idea del inventor, para crear un miedo y repulsión a los españoles de entonces, que no eran ni mejores ni peores que “las otras tropas” de la época, que donde entraban a saco, aparte de matar, violar, torturar y todas esas cosas que ocurrían, robaban a “mantas” y luego “le daban gracias a su dios por lo bueno que había sido con ellos”; más o menos lo que se practica hoy en muchos lugares de este pobre mundo, donde Dios poco se preocupa de los que dicen seguirlo y quizá menos de los que lo niegan. Para mayor desgracia del género humano, las peores calamidades que aquí han sufrido (hemos) han sido las guerras denominadas, “religiosas o de religión y que mejor denominadas serían calificarlas de infernales, por los infiernos que trajeron consigo”.
Hoy como “esos infiernos siguen”; los que en realidad dirigen el mundo “comercial” (todo aquí es comercial y se guerrea como siempre se hizo, por obtener botín cuanto más mejor) y a los que “la religión se la traen al pairo”, procuran buscarnos “el duque de turno o cabeza de turco más a tenor con la modernidad”, para meternos el máximo miedo en el cuerpo y que nos consideremos dichosos, si no nos mandan a uno o varios de esos fanáticos (que siempre hubo) que previo lavado de cerebro han convertido en instrumentos o máquinas de matar, para los fines que pretendan, que desde luego, dudo sean mínimamente religiosos y menos divinos.
Puesto que masacrar a tanta gente, bajo el pretexto de que unas caricaturas, hechas y publicadas por insensatos, ofendan a un profeta que dejó un libro escrito, hace ya 1400 años y que los que dicen seguirlo, se empecinan en mantenerlo tal cual, como si “el mundo no hubiese cambiado en nada”; es demencial; máxime que de ese profeta (Mahoma) no hay testimonio de su físico y por tanto una caricatura de una persona, que yo sepa… “el caricaturista no puede hacerla, sencillamente por cuanto no tiene modelo a ridiculizar”; y de ahí que los denomine arriba como insensatos, por cuanto colocan una mentira tan burda y de paso, soliviantan y excitan, a los creyentes de sus prédicas, dándoles motivos a “los ya preparados” para clamar a los cielos que predicara tan divino enviado; cuanto lo lógico hubiera sido ni hacerles caso por lo ignorantes de tan elementales verdades y decirles de paso, que si de verdad tenían caletre para hacer reír y ridiculizar, en este planeta sobran temas a tocar y no precisamente a lo religioso, por lo que de verdadero sentimiento puedan tener los seguidores de las ideas que sean y que en paz y sosiego las quieran mantener y defender; allá cada cual con sus creencias… pero eso sí y lo reitero, en paz y concordia; “las armas de un creyente no pueden ser otras que la oración y el trabajo para mejorar el conjunto de la tribu humana”. Qué es lo que han predicado aquí los verdaderos enviados de ese tan predicado, buscado y desconocido Dios que tanto quieren y defienden los que de verdad creen en algo positivo”.
Así las cosas, el domingo 11 de Enero, París era convertido en un inmenso altar “a la libertad de expresión” y ello permitirá el que sigan las cosas como hasta aquí, sin definir que es libertad y qué libertinaje ofensivo; lo que dará lugar a nuevos episodios de muerte y sufrimiento… ¿En beneficio de quién o quiénes y qué negocio hay entre manos y de lo que todo esto es sólo una inmensa pantalla o marco para inyectarnos a todos lo que en principio digo de aquel famoso Duque de Alba, el que al menos, tras el botín que obtuviera tuvo la arrogancia de dejar su firma para la posteridad… cosa que hoy brilla por su ausencia, puesto que todo son mentiras y más mentiras”.
Finalmente y viendo que en Occidente siempre “se pone la otra mejilla”… ¿Tenemos que seguir siendo “cornudos y apaleados”… no tenemos otras “medicinas” para contrarrestar esta ya gran epidemia o pandemia declarada?

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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