No más Mentiras

Antonio García Fuentes

La riqueza y la pobreza: Lo dijo Pitágoras

“No aspiréis jamás a la vanidad de ser ricos; contribuiríais a que hubiese más pobres”. (En sus consejos a los jóvenes: resto en mi web: en Pitágoras).
Aquella sentencia se ha ido cumpliendo desde antes, durante y después de la muerte del “Maestro de Maestros”, del que poco se habla y del que nada o casi nada se enseña en las escuelas del mundo, cuando sus enseñanzas debieran ser de lectura diaria.

Es más, a medida de que el hombre ha ido logrando maquinaria cada vez más perfecta, culminada hoy con los infinitos ordenadores que todo lo quieren ordenar y lamentablemente “todo nos lo quieren controlar y nos lo van controlando”… ese hombre ya comido por la ambición y la avaricia desmedida, logra controlar cada vez más recursos y lo que da por resultado lo que de vez en cuando nos dicen las organizaciones que destapan “las riquezas de los ricos del mundo”; sobre todo las de aquellos que no se hartan de añadir ceros a la derecha de sus ya monstruosas fortunas; las que indudablemente les darán “sus quebraderos de cabeza”; puesto que ello va paralelo a la acumulación de capitales en exceso. Pero “los pobres ricos” dominados por su veneno siguen acumulando.
¿Pero qué es la riqueza… y qué la pobreza? Ello se explica un poco con el dicho popular que afirma… “No es más rico el que más tiene sino el que menos necesita”; aunque bien analizado ello no deja de ser una gran ambigüedad; puesto que las necesidades son una cosa y “las necesidades-vicio”, o sociedad de consumo son otra muy diferente.
Y como el individuo (al menos el que piensa) se debate a lo largo de toda su vida, sobre dos miedos primordiales; uno el miedo a no llegar a tener lo que él considera que necesita para la vida que ha pensado; y el otro, es el miedo (si es que ha llegado a esa etapa que se marcó) a perder lo que ya ha conseguido. Generalmente entre esos dos miedos se le escapa la vida; incluso a los que consideramos “poderosos” les ocurre igual; caso último el del banquero Emilio Botín, que incansable en acumular dinero y poder, estando preparado para cubrir una etapa más… “vino el mortal infarto y se lo llevó… con la corbata puesta”. Y digo lo de la corbata por cuanto estaba preparado para asistir a uno de los actos en que tan poderosa figura del dinero y las finanzas, protagonizaría la escena… pero “la parca” no lo dejó y hoy sus restos en una ostentosa tumba (supongo) harán pensar o reír a quienes se acerquen a ella y sepan los andares y afanes, de tan singular figura dineraria de su tiempo.
También el Maestro Pitágoras dejó consejos a los gobernantes en relación a los pueblos a gobernar… “Mantenedlos en un término medio… pobres se envilecen, ricos se llenan de soberbia”; de lo que viene aquello de que… “En el término medio está la virtud”; pero los gobernantes han gobernado siempre a favor del poderoso que como dejó escrito el clásico español, es el dinero (“Poderoso caballero es don dinero”) y el que al servicio de esa avaricia perniciosa de unas minorías, es lo que acarrea todo lo demás.
Y no estoy hablando de la trasnochada y fracasada idea “socialista-comunista”, de quitar a los ricos lo que hay que repartir a los pobres, sino que existieran formas tributarias para que de una forma mucho más equitativa, los grandes capitales contribuyesen al sostenimiento de la sociedad en general; y no lo que impera en gran medida y es que las capas más empobrecidas y las clases medias en especial, son las que soportamos todos los gastos y malgastos de unos erarios públicos, que en realidad no lo son, puesto que esos erarios una vez recaudados, se encaminan a engrosar fortunas cada vez mayores o que se inician al amparo de ellos y en continuos saqueos, se van convirtiendo en unas grandes fortunas más; y de ahí el que cada vez haya muchos más ricos-ricos y también e infinitamente mucho más numerosos, los pobres-pobres.
Reflexiono hoy así por cuanto leo en prensa lo que copio a continuación:
“Si Carlos Slim o Bill Gates convirtieran en efectivo toda su riqueza y se gastasen un millón de dólares al día, necesitarían más de 200 años para acabar con toda su fortuna. Esta es uno de los ejemplos con los que Intermon Oxfam trata de explicar de manera gráfica las desigualdades que existen en el mundo actual. La ONG calcula que Amancio Ortega, el hombre más rico de España y el tercero a nivel mundial, necesitaría 172 años, a razón de un millón de dólares al día, para gastarse toda su fortuna si mañana decidiera convertirla en efectivo y dilapidar su patrimonio. La ONG Oxfam ha advertido de que la crisis financiera internacional ha acrecentado las diferencias entre ricos y pobres, en un escenario marcado por una desigualdad extrema y en el que el número de ‘milmillonarios’ se ha duplicado desde 2008. En España las 20 personas más ricas de España han incrementado en el último año su fortuna en 15.450 millones de dólares, más de 1.760.000 dólares por hora, y poseen actualmente tanto como el 30% más pobre de la población, casi 14 millones de personas”.
Pero todo esto va a seguir manteniéndose y por cuanto, son estos y tantos otros “poderosos”; los que sitúan en la política a sus peones más preparados para que legislen a favor de ellos y su dinero y que siga la marcha como hasta aquí o peor; ya no temen ni a las revoluciones y menos a las inexistentes guillotinas u horcas; saben que ello hoy no es posible, puesto que no sólo se controla el capital… también se controlan las armas y las fuerzas que podrían propiciar unas nuevas revoluciones, que dicho sea de paso, tampoco servirían para nada, puesto que todas terminaron en ese pernicioso… “quítate tú que me ponga yo”; por tanto mientras “el animal humano lo siga siendo en el grado en que hoy se demuestra, esto no tendrá fin en muchos siglos por venir”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php

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Antonio García Fuentes

Empezó a escribir en prensa y revistas en 1975 en el “Diario Jaén”. Tiene en su haber miles de artículos publicados y, actualmente, publica incluso en Estados Unidos. Tiene también una docena de libros publicados, el primero escrito en 1.965, otros tantos sin publicar y mucho material escrito y archivado. Ha pronunciado conferencias, charlas y coloquios y otras actividades similares.

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