Cuando “me llegó la hora” de tener que cargar con la imposición de pagar el sistema oficial de pensiones, como autónomo; no tuve más remedio que entrar por el aro, como cientos de miles de autónomos entramos. No es que nos hicieran un favor, es que el Estado necesitaba dinero y encontró el filón en los independientes que entonces éramos millones y que como “nuevos en el sistema”, consideraron que éramos muy rentables hasta que llegásemos a tener unos derechos que “ya veríamos”.
Llegó un momento en mi caso, que siendo empresario en dos actividades, yo pagaba “el mínimo obligatorio” doblemente por cuanto la ley me obligaba a ello. Luego llegó lo de “la medicina y el médico” y al obligarme a seguir pagando por dos veces, yo alegué que sólo tenía un cuerpo y una familia, que como pagaba por un sector, era ilógico hacerme pagar por los dos en lo relativo a la medicina (no al de la pensión a recibir en su día por cuanto eso sí se sumaba en cuenta)… como no me escucharon, corté por lo sano y me di de baja de una de las actividades y punto.
Pude pagar desde un principio por “los máximos” para así tener en su día mayor pensión; pero como la vida me enseñó que el menos fiable de todos en lo económico era precisamente el Estado; seguí pagando el mínimo, dedicando las diferencias entre mínimo y máximo, a invertirlo por mi cuenta y capitalizarlo; gracias a ello pude hacerme de bienes suficientes y de cuyos alquileres, hoy… proceden mis ingresos para poder vivir decentemente, puesto que con los 668 euros (tras 11 años de jubilado) que me paga el Estado, ya se pueden imaginar cómo viviríamos mi esposa y yo. Y a este punto es el que he querido llegar por cuanto sigue.
Si el Estado hubiese sabido capitalizar los inmensos capitales que manejó a lo largo de tantas décadas, del dinero dedicado a las pensiones, seguro que hoy la penuria que nos dicen hay, no lo sería o sería infinitamente mucho menos de lo que quieren justificar; puesto que es debido a esa mala capitalización y a los muchos derroches “y fugas”, lo que tiene a la tesorería de las pensiones y la Seguridad Social por los suelos; puesto que si se hiciera una verdadera historia de todo ello, quedaría claro todo, pero seguro que no quieren “escarbar” en tan largo y obscuro túnel.
Por todo ello hoy se publican cosas como la que siguen y se nos va preparando ya, para que llegado el momento, estemos preparados para “las limosnas” que nos piensan dar en el mejor de los casos y a los que aún vivamos; veamos:
“El Fondo de Reserva de la Seguridad Social podría agotarse en 2019, alerta la organización empresarial que preside Mónica Oriol en su análisis de los Presupuestos de 2015. De ahí la imperiosa necesidad de una reforma todavía más ambiciosa para entonces. El Círculo de Empresarios considera que existe el riesgo de que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social se acabe en el 2019. «Tan sólo contamos con unos cinco años para poder hacer una buena reforma de las pensiones”, aseguró Manuel Pérez-Sala, presidente del Comité de Presupuestos del Círculo de Empresarios, en su valoración de las cuentas públicas de 2015. El Fondo de Reserva cerrará este año en el entorno de los 44.000 millones de euros, y en 2015 se reducirá en otros 8.446 millones (9.835 millones si se añaden los intereses generados). A este ritmo, entre 2012 y 2014 se habrán extraído en total de la hucha de las pensiones unos 28.394 millones. Por lo que no es de extrañar que el Círculo sostenga que “se puede prever su desaparición para el año 2019”. La organización empresarial que preside Mónica Oriol insiste en la necesidad de iniciar una auténtica reforma estructural hacia un sistema mixto que combine los modelos de reparto y de capitalización. De lo contrario, “con las reformas paramétricas actuales, la cuantía de las pensiones se irá reduciendo progresivamente”, explica en su nota de prensa el Círculo. En concreto, Pérez-Sala propuso que el sistema se dividiese entre el reparto, la capitalización obligatoria y la capitalización voluntaria”.
Sorprende igualmente que “los que han derrochado dinero público a mantas”, pretendan ahora entrar en el “paro obrero”, como demuestra esta noticia: “Los titulares de las tarjetas b que han dimitido de sus cargos comienzan a pedir la prestación por desempleo. El hasta ahora director general de Economía y presidente de Avalmadrid, Pablo Abejas, registró su petición el pasado viernes por la mañana en la oficina del SEPE de Atocha en Madrid. La solicitud está pendiente de tramitación porque Abejas se encuentra en situación de excedencia por servicio público. La visa opaca de Pablo Abejas registró un gasto de 246.700 euros a cargo de Caja Madrid, donde presidió la comisión de control de la entidad. Esos gastos forzaron su cese como director general de Economía de la Comunidad de Madrid y como presidente de Avalmadrid”.
En fin y resumiendo: “España es demasiado rica para aguantar tanto y tanto expolio y durante tantos y tantos siglos; por tanto que no nos vengan con las mentiras de que carecemos o carecimos de recursos… lo que aquí ha sobrado siempre y sigue sobrando, son ladrones, parásitos y enchufados al dinero público, que es verdad lo que espontáneamente dijo aquella despreciable política siendo ministra (Carmen Calvo Poyato)… “el dinero público no es de nadie… por lo que siempre o casi siempre lo aprovecha el desaprensivo que en oleadas llega en cualquier época o tiempo, al mismo”; y así nos va.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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