Harto de pensar y meditar, tratando de entender el mundo en que vine a nacer y que ni entendí nunca ni entiendo hoy; escribí hace ya mucho tiempo… “Qué esperar de un mundo donde hasta las ratas tienen parásitos y las hormigas esclavos”. Era la constatación por mi parte del viejo adagio de que “el pez grande se come al chico” y de que cualquier bicho (el humano mucho más) esclaviza a todo el que puede y lo exprime al máximo, cuidándolo al mínimo y mientras éste le reporta la utilidad pretendida, después lo olvida, lo abandona a su suerte, o incluso lo elimina.
Más o menos en eso se han convertido los gobiernos actuales, “los que nos asocian a sus intereses si les pagamos lo que nos exigen, o nos expulsan cuando ya no les somos rentables”, importándoles nada y menos, si el expulsado vive en su expulsión, vegeta, se muere en un rincón, o termina suicidándose en el último impulso que le hace repeler el entorno en que vino a nacer. Es el drama humano, donde la justicia nunca existió, tampoco la caridad y mucho menos la compasión… “salvo aquellos privilegiados que llegan a compadecerse a sí mismos; y lo que yo considero como el mayor destello de la caridad humana”… “pobres criaturas que aún confían en una providencia o divinidad que nunca apareció en este planeta y del que y por cuanto sigue ocurriendo, sigue estando ausente”. Hay que tener mucha fe e infinita esperanza en creer en eso que se vino en denominar como… “Justicia Universal”.
Tristemente hemos llegado a una civilización donde sobran medios para todo, pero que los mismos no se saben administrar de forma en que estos reporten un mínimo de felicidad para los miembros que componen la misma; y ello ocurre por cuanto unas minorías acapararon todo y con avaricia inusitada, quieren seguir ostentando un poder que antes o después se volverá siempre contra ellos mismos; de ahí las continuas luchas que solo producen destrucción y más destrucción, en una especie de maldita rueda que nunca parece terminar de dar sus malditas vueltas. Pruebas sangrantes de lo que digo hoy, son Irak y Congo; dos territorios riquísimos y cuya riqueza la han convertido “otros” en una enfermedad destructiva que mata sin piedad a ingentes cantidades de inocentes, mientras esas riquezas son explotadas por foráneos y los necesarios cómplices locales o nacionales.
Se ha criticado mucho aquellos abusos “medievales” de diezmos y primicias; hoy se aceptan como normales, tributos cinco veces más esquilmadores y aún pretenden el irlos aumentando; y además cargándolos siempre sobre los más indefensos que como tales han de tragar hasta desaparecer; lo que va conformando ese tornillo sin fin el que de momento aguanta, pero que como todo llegará a tener un tope y estallará.
Hoy cuando escribo es el último día de “la esclavitud a que nos someten los terribles nuevos señores feudales”; para los que hemos de trabajar más de medio año, según afirma la noticia siguiente y que reproduzco.
“Cada contribuyente dedica en España de media 184 días de su salario anual a pagar impuestos, lo que implica que desde el 1 de enero hasta mañana habrá trabajado íntegramente para el Estado, según ha denunciado hoy el «think tank» Civismo, que ha bautizado el 3 de julio como «Día de la liberación fiscal». Una situación que la reforma fiscal no resolverá, ya que «tenemos un presidente del Gobierno que no se quiere enterar de lo que pasa en Hacienda, y la ha dejado en manos de un socialista, Cristóbal Montoro, que ha subido los impuestos sin reducir el gasto y ahora se dedica a enturbiar las aguas para que no nos enteremos de lo que prepara», a juicio del secretario del «think tank», Pedro Swartz, que ha emitido esta opinión a título personal. Civismo, de orientación liberal, calcula lo que los anglosajones denominan el «Tax freedom day», fecha en la que los ciudadanos habrían generado suficientes ingresos para pagar todos los impuestos (directos e indirectos, y cotizaciones a la Seguridad Social propias y de la empresa) y a partir del cual comienzan a generar ingresos para sí mismos. Un sueldo anual de 24.400 euros (en la media de su cálculo) se liberará mañana tras pagar 15.988 euros de impuestos; uno de 15.500 (el más común en España) se liberó el 16 de junio; uno de 40.000 lo hará el 9 de julio y uno de 100.000, dos días antes, el 7 de julio, informa Efe”. (Vozpópuli 02-07-2014).
Aún y pese a estos expolios ya manifiestos y sangrantes, el aparato dicen que público, no cuadra sus cuentas, puesto que a la vista está el que casi cada día, nos dan la noticia de que el Estado, realiza “una subasta de deuda pública”, siempre de muchos millones de euros; lo que nos dice bien a las claras, el que aparte de lo que nos sacan en ese más de medio año citado, siguen endeudándonos (a nosotros y a nuestros descendientes en ni sabemos cuántas generaciones); y lo que ya no tiene calificación convincente. Y no la tiene por cuanto no han reducido el monstruoso aparato estatal que nos obligan a mantener y siguen manteniéndolo de forma ya suicida; pero es claro que el suicidio nunca llegará a los que dicen administrar “la cosa pública”, que a la vista está que dejó de serlo hace ya mucho tiempo y la transformaron “en cosa privada y a explotar por una parte para su goce y deleite y caiga quién caiga”.

Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
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