La definí así y hace ya bastantes años; añadiéndole después que… “muchas de ellas, malas leches”. Definí así la terrible historia de este territorio, que presumiendo ser la primera nación que como tal se conforma en Europa; seis siglos después, siguen ciertas partes “tirando de la manta” y no aviniéndose a una unión nacional que nunca existió. Aquí se habla y habló mucho de “patria”, pero pensando más en la panza y bolsillo propios que en el resto de habitantes de este territorio; de ahí que al final terminé por clasificar a los políticos con el nombre genérico que mejor les cuadra, o sea; “de panza y bolsillo y cantidad notable de ellos, como mercenarios al servicio del que convenga en el momento que le interese al que sin escrúpulo se cambiará de chaqueta”.
Aquí siempre hubo; “demasiados reyes, reyezuelos, o reyecillos” y además con el orgullo y el poder como para decirle a un rey coronado y en plena cara… “Algunos de nosotros somos casi como vos… y unidos somos mucho más que vos”… entre aquellos “nosotros” había hasta obispos o incluso más que obispos.
Hoy “las mesnadas con que cuentan los nuevos reyezuelos”, simplemente son el dinero y el poder que éste da cuando se emplea a fondo y sin ningún escrúpulo; lo que ya confirmara aquel famoso pirata del siglo pasado… “En este mundo todo se compra con dinero… y lo que no se puede comprar con dinero… se compra con más dinero… Lo dijo con pleno conocimiento de causa, Aristóteles Sócrates “Onassis” y el que sobradamente conocido por su segundo apellido, pasó a la historia precisamente por su mucho dinero, acumulado en negocios múltiples e inimaginables por la catadura que ellos fueron y lo que costaron a muchos… ya que “las grandes fortunas”, siempre se hicieron con sangre sudor y lágrimas de incontables víctimas que en la sombra quedaron, pero de las que nunca se acuerdan los que presumen o cantan “al dinero”.
Reflexiono así, leyendo hoy “los últimos Disparates Económicos” de D. Roberto Centeno; el que entre otras cosas escribe y dice cuanto sigue.
“La abdicación del Rey, sin dar explicaciones sobre su verdadera causa, sólo ha añadido más incertidumbre e inestabilidad a la ya provocada por el resultado de las elecciones europeas y por la inaudita dejación y cobardía de Rajoy ante el golpe contra el Estado que preparan con total impunidad los secesionistas catalanes. Es la guinda del pastel de un reinado catastrófico, que deja una España más dividida que nunca, empobrecida y endeudada para varias generaciones y que ha originado privilegios insultantes e indefendibles para los oligarcas políticos, financieros y empresariales. Según The New York Times, el Rey que llegó al trono sin nada ha acumulado una fortuna personal de 2.300 millones de dólares. Aunque un monarca no tenga capacidad de gobierno, nunca debió permitir decisiones que afectan de lleno a la unidad de la nación de la que era árbitro y moderador. Me refiero, en concreto, al modelo de Estado de las autonomías
El Rey, que además ha intervenido en todo lo que le ha dado la gana, nunca lo ha hecho en los temas trascendentales para la nación. Y de la misma manera que ha debido pararle los pies a los separatistas vascos y catalanes y no decirles la solemne estupidez de que “hablando se entiende la gente”, debió detener la irresponsabilidad de Suárez y sus barones, que, sin el menor sentido de España, pusieron en marcha un mecanismo diabólico que ha terminado por destruir la conciencia de su unidad. Antes se decía que los pueblos tienen la religión de sus reyes, y ahora se puede decir que los pueblos padecen la corrupción generada por los oligarcas imitando a la de su rey, tan amigo de cacerías donde se gestaban grandes comisiones, negocios y favores, e íntimo de reyes del pelotazo; a algunos de los cuales ha salvado de la cárcel. ¿Pero de qué República habla el izquierdismo radical? Don Antonio García Trevijano, que redactó la carta que D. Juan de Borbón envió a su hijo Juan Carlos y a Franco, no admitió que Franco tuviera el poder de alterar el orden sucesorio en la Monarquía. Prohibió a su hijo que aceptara lo que le ofrecía Franco, El sábado pasado, preguntándole yo qué consejos daría a Felipe VI, me dijo: “D. Juan Carlos no le ha hecho rey por amor, sino por temor; es decir, que le han hecho rey a la fuerza, así que se las apañe como pueda. Mientras tanto, en estos momentos hay una doble exaltación popular. Por un lado, la del heredero ya elevado a los altares por una campaña mediática sin precedentes que se volverá contra él si no es capaz de plantar cara ni al separatismo, ni a la corrupción, ni hacer cumplir la ley en toda la nación, y no parece que vaya por ahí. Y de otro, la de los nostálgicos de la sangrienta Segunda República a través de un referéndum para que el pueblo decida entre monarquía (la que hay) y república (la que no se sabe qué). Un referéndum que está produciendo una cierta movilización y serios enfrentamientos en el partido socialista que lo dividirán aún más de lo que está”.
El resto que es muy abundante, lo pueden ver en la dirección que les dejo: http://blogs.elconfidencial.com/economia/el-disparate-economico/2014-06-09/el-rey-se-va-y-deja-un-pais-dividido-y-arruinado_143284 “El precio de desentenderse de la política es el de ser gobernado por los peores hombres”: (Platón).
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen-ciudad.es (aquí mucho más) y http://blogs.periodistadigital.com/nomentiras.php