En los últimos años Valencia se ha convertido en una de las grandes capitales de la gastronomía europea gracias a un elenco de cocineros creativos y valientes, amantes de su región, que han evolucionado y revolucionado su privilegiada despensa y la tradición culinaria valenciana. Entre ellos, el gran Ricard Camarena.
Dos Estrellas Michelín y Tres Soles Repsol son la carta de presentación de su buque insignia, “R I C A R D C A M A R E N A Restaurant”, al que se suman Canallá Bistró, Central Bar, Habitual, Canalla Bistró Madrid, y dos espacios gastronómicos en el Mercado de Colón: La Cambra y Ricard Camarena LAB.
El mar y la huerta mediterránea inspiran la cocina de Ricard, una cocina apasionada que ensalza la identidad del producto logrando sorprendentes matices en cada elaboración. Aunque a primera vista pueda parecer sencilla, se trata una cocina muy elaborada, con mucha técnica, pero siempre al servicio del sabor y del producto, sin artificios ni disfraces innecesarios. Una cocina pura que transmite infinidad de sensaciones.
Sobresaliente seguimiento a su agricultor de cabecera para conseguir una “materia prima a la carta”. Las verduras y hortalizas llegan cada día de la huerta a la cocina en apenas unas horas para que el chef, al ver el producto cortado en su primer momento, piense qué le sugiere y qué técnica utilizar para realzar su excelencia. Un espectáculo de texturas y sabores en cada bocado.
La carta se compone de dos menús de 125 y 155 euros, más otro especial de mediodía de martes a viernes (laborables), de platos muy variables y en continua evolución. En palabras de Camarena, el comensal tiene mucho que decir, por lo que “nuestra forma de entender la cocina incluye el trato y el bienestar del cliente por encima de cualquier formalismo”, resultando así una experiencia distendida y cercana.
Puesta en escena impecable para este restaurante ubicado dentro de la antigua fábrica de Bombas Gens que ha sido reconvertida en un moderno centro de arte.El diseño e interiorismo es obra de Francesc Rifé en un imponente espacio dominado por los colores terrosos e iluminación tenue que concede todo el protagonismo al producto, en equilibrio con la propuesta gastronómica de Ricard Camarena.