(PD).- Cristina no ha dado ni un minuto de su programa a un tema muy trascendente para la casa en la que trabaja: Losantos y Vidal, los dos puntales de la emisora, dejan La COPE. Este viernes era el última día para los dos, y López Schlichting ha dedicado, por fin, su editorial, a esto. Ha hablado de Federico con cariño. Pero Cristina supuraba. Sabe que ahora está ante un «rival temible». «No olvides lo que los dos sabemos… Que jamás tendrás la libertad que tuviste en COPE».
A las cuatro y unos minutos Cristina López Schlichting comenzaba la última Tarde de la era Losantos. Pese a que la despedida de sus compañeros ha sido uno de las informaciones principales en el mundo de la comunicación, Cristina ha preferido no darle más aire desde su programa. Este viernes, la locutora le dedicaba su editorial a Federico Jiménez Losantos.
Yo tenía 21 años y él era un hombre maduro. Conocí a Federico Jiménez Losantos en la redacción de ABC, siendo casi una niña, cuando él era ya un soberbio articulista y un polemista temible.
Cuando empecé a escribir, leyó mis primeros artículos y los corrió allí en su casa, cerca de Quevedo. Y, como todos los grandes, ni se rió de mí ni me menospreció.
Federico se fue a Antena 3 Radio y luego a La COPE, y a la vuelta de una esquina, de ésas que tiene la vida, se produjo el reencuentro, esta vez en esta casa.
Fue él quien me llamó para colaborar en La Linterna y nunca olvidaré la generosísima manera de presentarme, valorando de forma extrema mi trabajo de reportera por todo el mundo. Estuve con él en La Linterna y en La Mañana, y nunca nadie me ha oído dejar de afirmar, una y otra vez, que es un gran intelectual.
Dice Cristina sobre Federico:
Federico es bueno y terrible, como todos los grandes, como Luis María Anson, como Pedrojota,… Es un intelectual hiperdotado, con una cultura enciclopédica y un verbo propagandístico letal, forjado, lógicamente, en la izquierda dialéctica. Y nadie ha tenido su pesquis política, ese verlas venir a quince días de distancia del resto.
Pero el ser humano es humano al fin, y Federico es aragonés. Una vez, entrevistándolo en La Tarde, me confesó en antena que su peor enemigo era él mismo. Y así ha sido. El temperamento, y no lo juzgo porque a veces caigo yo en el mismo error, ha podido con el intelecto. Lástima. Lo digo de corazón.
¿Se volverán a encontrar?
No te digo adiós, Federico, porque sigues siendo maestro, compañero y, además ahora, rival, y rival temible.
Este mundo es pequeño, y nadie sabe qué camino nos tocará recorrer juntos. Hasta la próxima, Federico Jiménez Losantos. Seguiremos, eso sí, teniendo los mismos enemigos: el Poder. Y no olvides, no olvides lo que los dos sabemos… Que jamás tendrás la libertad que tuviste en COPE.
