¿Qué esconde la salida de Losantos de la COPE?

¿Qué esconde la salida de Losantos de la COPE?

(PD).- Si un nombre propio ha sobresalido en el panorama mediático en estos últimos años es el de Federico Jiménez Losantos. Amores y odios ha despertado este bravo locutor que ha sabido crearse una audiencia casi adicta que, cuanto más sentían que se le atacaba, con más ahínco defendían a su periodista preferido, a su medio favorito. Federico era la COPE. Pero ya no. ¿Qué se esconde detrás de la salida de Losantos? ¿Por qué los obispos han largado a una fuente de audiencia y dinero que va a ser complicadísimo de sustituir?

En estos años, en La Mañana, hemos tenido una audiencia muy importante en la calidad y en la cantidad. Siempre han estado ahí cuando los hemos necesitado. Siempre han estado ahí y han entendido las cosas mejor que muchos que no lo han entendido.

Faltaban minutos, segundos, para dar el adiós a sus oyentes. Losantos ha dedicado una parte de su tertulia, junto a Luis Herrero, que se va con él a es.Radio, Gabriel Albiac, que también, Javier Rubio y Dieter Brandau, a hacer balance de sus años al frente de los principales programas de la COPE.

Este viernes, 10 de julio, no es un día cualquiera en la radio española. Federico Jiménez Losantos ha apagado su famoso micrófono de la COPE. Muchos lo habrán escuchado, mirando hacia abajo, con un nudo en la garganta. Muchos otros, mirando hacia arriba, habrán soltado un largo suspiro de alivio. Aunque Losantos va a seguir en es.Radio, el altavoz va a ser infinitamente menor.

La pregunta surge inmediata. ¿Por qué han dejado marchar al periodista que ha conseguido situar a la emisora de los obispos en la segunda posición del EGM, que ha servido de altavoz fundamental para hacer llegar mensajes de la cúpula de la Iglesia? Además, lo hacen en plena crisis económica con el riesgo cierto que le queda a la casa de que la publicidad disminuya.

La tesis oficial es la de Cristina López Schlichting. La periodista de La Tarde, no duda en argumentar que ni la audiencia es tan buena ni los resultados económicos son tan buenos.

La presencia de Federico Jiménez Losantos era controvertida. Además, hemos perdido 500.000 oyentes en la mañana. Hay mucha gente muy cansada del tono que tenían esas horas. De tal modo que su salida no se produce solo por la manifiesta incomodidad que ha generado, sino también por que los resultados económicos son malos. De tal modo que lo que se aventura es un periodo de esperanza para COPE, como toda empresa que coge el toro por los cuernos y decide emprender un camino nuevo.

Pero, a la luz de los últimos resultados del EGM y teniendo en cuenta la máxima de que en tiempos de tribulación mejor no hacer mudanza, la tesis oficialista cuesta mucho crearla. ¿Por qué, si los frutos de Losantos no eran tantos le han permitido durante años hacer publicada gratis total de su Libertad Digital? No es creíble.

Después están los que creen, con Pío Moa, que “para silenciar a Federico y César se han conjuntado el PSOE, los separatistas, el PP, el propio rey, y la ultraderecha”. Por supuesto, también la Iglesia. Losantos no ha dudado en meter el dedo al ojo de cualquier estamento. Sobre todo con el 11-M. Ni siquiera a la propiedad de la emisora. Ataques a los obispos vascos, duras palabras para el cardenal de Barcelona, Sistach, y, sobre todo, la enemistad manifiesta con el que antes había sido “nuestro cura”, el ahora todopoderoso Antonio Cañizares.

Escribió Pío Moa en su blog:

“La jerarquía eclesiástica ha cedido en la defensa de la libertad a cambio de no sabemos qué aparentes ventajas políticas, que sin duda le harán pagar muy caro, como ocurrió con sus «diálogos» pro totalitarios”.

El propio Losantos ha dicho en numerosas ocasiones a sus oyentes que él no conoce las causas de su salida de la COPE, pero que confía en que algún día se las cuenten “o nos enteremos”.

Uno de los colaboradores de su periódico da, coincidiendo con la despedida, lo que podría ser una clave fundamental. Emilio Campmany arranca con una ‘sospechosa’ entrevista de Nacho Villa, posible sustituto de Losantos al frente de La Mañana, a la vicepresidenta De la Vega.

Tanto jabón y la salida de Losantos y Vidal no pueden ser una mera coincidencia. Alguna explicación tiene que haber. La cuestión es: ¿qué ha ofrecido el Gobierno a cambio?

Y se pregunta:

¿Y si el Gobierno hubiera ofrecido una sentencia condenando el matrimonio homosexual a tener que ser llamado de otra manera, aunque con los mismos efectos que el matrimonio? ¿Y si una mayoría de la Conferencia Episcopal se hubiera sentido tentada de vender la cabeza de Losantos y Vidal y, lo que es mucho más importante, la independencia informativa de su cadena a cambio de esa sentencia? ¿Y si el Gobierno hubiera preferido «perder» en esto a cambio de ahogar una importante voz crítica contra el Estatuto de Cataluña? ¿Y si hubiera pensado que una sentencia declarando inconstitucional el matrimonio de homosexuales, además de carecer de consecuencias prácticas porque sólo exigiría cambiarle el nombre, sería la coartada ideal para dotar al Constitucional de aparente independencia cuando falle a favor de la constitucionalidad del Estatuto? ¿Y si Rajoy, con tal de recuperar el apoyo de la derecha católica y librarse de Losantos, estuviera inclinado a apoyar la operación?

Pronto nos enteraremos. Como ha dicho Losantos cuando ya se iba alejando del micrófono:

La vida da muchas vueltas. O sea, que vaya usted a saber… Yo pienso que me voy y adiós, pero vete tú a saber de aquí a un año o dos años dónde nos pillará la riada. A mí en una balsa, seguro.

Y así ha concluido:

Bueno, muchas gracias por todos estos años (…), gracias a ustedes. Y, como los de Teruel no solamente no lloran sino que no se emocionan, pues ahí les dejo. ¡Qué les voy a dejar! El siete de septiembre estaremos en otro sitio. Zapeen. Tampoco apaguen la COPE, sigan oyendo la COPE, oigan radio,… Y, como decía aquél, busque, compare,… No. De verdad, muchas gracias por todos estos años, creo que han sido unos años extraordinarios, que la COPE ha hecho una función social que sólo podía hacer la COPE. Lo hemos hecho bien.

Ya digo, cualquier día de éstos, lo mismo volvemos a coincidir. Pásenlo bien, amigos, y hasta siempre.

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