(PD).- Dos mensajes: Hay que tratar de aglutinar, en el PP no sobra nadie y «Rajoy, seguro, lo va a saber hacer»; segundo: lo de María San Gil no es «ni una pataleta ni forma parte de una conspiración». Gustavo de Arístegui -«a mí no me ha llamado Rajoy para que me calle«- se queja de sus compañeros que van por las espalda, «en cenáculos cobardones«, y les piden que «tengan narices» y salgan a los medios. Además, le dice al líder que ojito con los que van de leales.
Gustavo de Arístegui es una mente lúcida y esclarecedora. Y con narices. El diputado del Partido Popular, del que se ha dicho de todo en estas semanas, ni se va a presentar, ni apoya «conspiraciones«, ni nada. Él se da cuenta de «que existe una gran preocupación en la militancia y en los votantes del PP por lo que está sucediendo» y cree que hay cosas a solucionar, pero dando la cara -aunque se la partan- y no por la espalda. Que los hay.
«Yo hablé con María San Gil, ella me dio sus razones, a mí me convencieron plenamente, lo que no voy a hacer yo, obviamente, es decir las razones de María, si ella mismo no lo ha hecho».
¿Qué está pasando con la antes intocable presidenta del PP vasco?
«A mí me parece que algunas personas que están queriendo poner en duda la honestidad, la honraded, la rectitud ética y moral de María San Gil están realmente cayendo en la miseria humana, francamente».
Y, de paso, ataca:
«Esto no tiene nada que ver con Mariano Rajoy. Los que van por los cenáculos cobardones hablando de unos y de otros, lo que tienen que hacer es, si tienen narices, que salgan a los medios de comunicación y digan su opinión de verdad, como hacen otros».
«Lo que no puede ser es que unos vayan de leales, al lado de algunas personas que son líderes políticos, y después digan otras cosas bien distintas en círculos distintos».
Tras el inciso, continúa contándole a Carlos Herrera, en Onda Cero, lo de María San Gil:
«Ella no lo apoyó porque vio indicios serios de un viraje que iba a apartar al partido de sus principios y valores».
«A mí lo que me parece bastante cuistionable, desde todo punto de vista, es que en cenáculos cobardones o haciendo filtraciones interesadas se diga que María San Gil no tiene ningún motivo, que es una pataleta, que es una conspiración, que es absoluta y rigurosamente falso».
Apartándose de una posible conspiración contra María Rajoy:
«Hace meses que no hablo con Jaime Mayor Oreja, para que vayan guardándose las teorías de la conspiración en los bolsillos, porque no sirven para nada y, además, son rigurosamente falsas».
– ¿No te vas a presentar a candidato?
– ¡Si es imposible! Ya ves que el sistema lo impide.
