(PD).-Una persona murió hoy ahogada en la ciudad costera de Corpus Christi, en el estado norteamericano de Texas, debido a las primeras inundaciones en el litoral ante la inminente llegada del huracán ‘Ike’, que se ha fortalecido y ha alcanzado la categoría 3 escala Saffir-Simpson.
El secretario de Seguridad Interna estadounidense, Michael Chertoff aseguró que Estados Unidos se enfrenta «a lo que, desde luego, es un huracán potencialmente catastrófico». Chertoff dijo también que más de 100.000 viviendas podrían verse afectadas por las inundaciones.
Si bien señaló que la magnitud del huracán y la posible tormenta posterior plantean el peor escenario que cabría esperar, el secretario de Seguridad Interna aseguró que el Gobierno dispone de los recursos de emergencia adecuados para enfrentarse al desastre.
Asimismo, el Centro Nacional de Huracanes alertó ayer de que quien no sea evacuado «se enfrenta a una muerte segura», por lo que más de un millón de personas han abandonado sus casas. Asimismo se ha decretado el toque de queda en Houston.
Queda sólo menos de una hora para que ‘Ike’ llegue a las zonas más bajas próximas a Houston y se espera que la tormenta genere olas de unos seis metros de altura. Si se cumplen los pronósticos, ésta será la peor tormenta que habrá sufrido Texas en casi 50 años.
El centro del gigantesco huracán «Ike» aún está a 160 kilómetros de Texas, pero su poder destructor ya impacta con gran fuerza en el poblado costero de Galveston, donde las aguas suben constantemente de nivel y arrasan todo a su paso.
«Ike» posee una extensa área de influencia de casi 200 kilómetros desde el centro, lo que ha incrementado la altura del mar en las zonas bajas e hizo que fueran evacuadas más de 200.000 personas.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos mantiene bajo «aviso de huracán» a una zona que se extiende desde Morgan City, en Louisiana, hasta el puerto de Aransas, Texas, áreas en las que poco a poco se deteriorá el tiempo por el avance del fenómeno tropical.
«Ike» estaba localizado a las 22:00 GMT en los 28,2 grados de latitud norte y los 93,8 grados de longitud oeste a 160 kilómetros al sureste de Galveston y a 170 kilómetros de Beaumont, ambos en el estado de Texas.
De acuerdo con la autoridades de Houston, el mayor peligro se cierne sobre la isla de Galveston, un área muy baja al este de la ciudad, que ya recibe marejadas ciclónicas y enormes olas que en las próximas horas podrían sumergir bajo el agua a todas las viviendas.
«Enfrentarán una muerte segura» si permanecen en sus viviendas cuando llegue el huracán, advirtió en un dramático parte el Servicio de Meteorología de Estados Unidos (NWS) a los habitantes de esa zona costera, donde las olas pueden sobrepasar los siete metros, de acuerdo con las predicciones.
El alcalde Bill White, del condado Harris, volvió a exhortar a los residentes que viven en zonas bajas y con riesgo de inundaciones para que busquen refugio en lugares más seguros, pues de acuerdo con los pronósticos las olas pueden superar los ocho metros.
«Esto es algo serio», enfatizó White en conferencia de prensa. «Los planes para permanecer en los hogares tenían sentido ayer, pero no hoy. No esperen más para evacuar».
Michael Chertoff, secretario del Departamento de Seguridad Interna, dijo en una conferencia de prensa que se trata de «una situación muy mala por las inundaciones que provocará en zonas del Golfo de México».
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) estimó que alrededor de 100.000 casas quedarán inundadas y varios millones de personas podrían quedar sin electricidad y carecer de alimentos.
«Ya hay 2,5 millones de porciones de alimentos listos para entregar en Texas y pronto se enviarán otros tres millones de raciones», informó el administrador de FEMA, David Paulison.
«Es un huracán con potencial catastrófico», expresó. «Nos moveremos lo más rápido posible para aliviar el sufrimiento», dijo Paulison.
A pesar de todas las indicaciones, en las últimas horas ha sido preciso evacuar en helicópteros a decenas de residentes que no obedecieron las órdenes y ya sus vidas estaban en peligro por la altura de las aguas.
«Ike» ya se cobró una víctima mortal: un niño de diez años que perdió la vida en el condado Montgomery mientras sus padres cortaban las ramas de un árbol como parte de los preparativos para enfrentar los embates del huracán.
También fueron aerotransportados, en ambulancias u ómnibus algunos enfermos con padecimientos especiales y que no podían valerse por sus propias fuerzas. El huracán «Ike» se mueve hacia el oeste-noroeste a razón de 20 kilómetros por hora, aunque los especialistas consideran que efectuará un giro hacia el noroeste en las próximas horas y un cambio hacia el norte mañana. Debido a la proximidad del fenómeno atmosférico, 13 refinerías fueron cerradas en Texas por precaución. Las refinerías de la zona producen alrededor del 22 por ciento de la producción de gasolina, diésel y otros combustibles de la nación. En las plataformas petrolíferas del Golfo de México está detenida más del 90 por ciento de la extracción de petróleo y de gas natural, según datos del Servicio de Administración de Minerales.
