Cambios en Arabia Saudita: Preparación para un escenario desestabilizador

El propósito del artículo de Amos Yadlin y Yoel Guzansky ( de INSS) es analizar lo que esta sucediendo en A. Saudita, pais cuyos intereses estan cada vez mas cercanos a Israel.

«Las evaluaciones pesimistas de la estabilidad política en Arabia Saudita no son nada nuevo, aunque desde que comenzó la agitación en Medio Oriente y la fuerte caída (ahora la tendencia cambio S.Z.) en los precios del petróleo, se han convertido en algo mucho mas «conversado».

Es posible enumerar los distintos aspectos del tema:
1 En el momento de escribir estas lineas, el Reino no enfrenta un riesgo serio e inmediato a su estabilidad. Sin embargo, debido a los desafíos discutidos a continuación, este riesgo es más alto que en el pasado.
Además, en los últimos años, Oriente Medio ha proporcionado ejemplos del colapso de regímenes que parecían ser estables, a veces sin signos de advertencia temprana.
A la luz de las implicaciones de esta posibilidad, no es demasiado temprano para comenzar a evaluar su naturaleza.
El reino está experimentando un proceso histórico de cambio acelerado que, si tiene éxito, estabilizará al heredero del trono, Mohammed bin Salman, como el líder indiscutible, y quien lideró el proceso de modernización, adaptándose al siglo XXI.
Sin embargo, este movimiento revolucionario «de arriba a abajo» también puede terminar desestabilizando el reino.

Este artículo revisará los desafíos claves al reino y ofrecera direcciones preliminares de pensamiento en el caso del desarrollo de proceso que provoquen una desestabilización, incluidos varios escenarios de crisis en el reino, sus ramificaciones, posibilidades y riesgos asociados con estos escenarios.
La combinación de conflictos externos en los que el reino está involucrado y en las crisis y luchas políticas internas requiere un examen de desarrollos que podrían socavar la estabilidad del reino.

El artículo no especifica que la desestabilización de Arabia Saudita es inminente o inevitable, pero en vista de la importancia del reino a nivel económico, religioso y político es necesarioo analizar sus posibles implicaciones.

Desafíos internos
Presiones económicas y sociales: Se estima que el alto precio del petróleo como
lo fue en 2011-2014 no volverá tan pronto. Por lo tanto, Arabia Saudita se prepara para continuar
el nivel actual de precios (de los cuales el reino fue una de las principales causas) de casi $70 /barril, e incluso, intentar llegar a acuerdos sobre recortes en la producción para subir los precios.
Como regla, la estabilidad política en el reino está directamente relacionada con el alto nivel de vida de sus ciudadanos.

2 La familia real es consciente de la necesidad de una reforma integral y de que el reino no dependa del petróleo, y esta transmitiendo hacia adentro y afuera que busca las herramientas para hacerlo. Paradójicamente, en un proceso asi, las reformas necesarias en sí mismas podrían mover la desestabilización del reino. Debido a esta preocupación advirtió el FMI a los líderes del reino de la necesadad de una realización rápida de las reformas y de las medidas de austeridad.

La cuestión de dónde recortar el presupuesto es tanto política como económica, y se considera uno de los principales desafíos que enfrenta el reino. Además, seria demasiado optimista suponer que el reino actualmente tiene todos los recursos, especialmente las capacidades que son necesarias para realizar su objetivo central, y es poner fin a su dependencia del Petroleo.

3 Además, recientemente ha habido dudas crecientes sobre la capacidad de implementar la reforma
en base a las ganancias petroleras( segun el plan Visión 2030) en el ritmo y con el alcance que declaró Mohammed bin Salman. Existen informes sobre cambios significativos y de rechazo de algunos de los objetivos del programa.
Mientras tanto, la frustración del público con la abundancia monetaria otorgada por el petróleo está creciendo, ya que los salarios están cayendo y el costo de la vida aumenta con los recortes en los subsidios.

En este contexto, en septiembre de 2017, desde las redes sociales, la campaña llamada ‘Campamento del 15 de septiembre’ convoco a los ciudadanos del reino a salir y protestar, en parte por la profundización de la pobreza, la crisis de la vivienda y el desempleo de los jóvenes.
Como regla general, los ciudadanos del reino consideran los beneficios y los arreglos derivados de las ganancias petroleras como la base del orden social al que tienen derecho por su lealtad a la familia real. De acuerdo con esta ecuación, esta erosión de su bienestar puede socavar su lealtad o llevarlos a exigir su participación en la vida política en el reino. Este posible malestar social puede ocurrir incluso si el público descubrira que los príncipes no moderaron su estilo de vida extravagante.
En este contexto se informo que en 2016, a pesar de las medidas de austeridad y los llamados a los ciudadanos a apretarse el cinturón, el propio Mohammed bin Salman compró un lujoso yate que costó más de $ 500 millones,
una mansión de $ 300 millones y una pintura de $ 500 millones.

En noviembre de 2017, se estableció un comité supremo para la «lucha contra la corrupción » encabezado por Mohammed bin Salman, que tiene la autoridad para investigar, arrestar, arrestar. evitar la salida de sospechosos del estado y provocar la congelación de sus activos. Además de la supuesta guerra contra la corrupción, sus funciones son traer dinero a las arcas públicas menguantes y eliminar opositores, tambien por la fuerza.

Cambio político acelerado y luchas en el palacio: El 4 de noviembre de 2017 se estableció el Comité Anticorrupción, que comenzó el mismo día con una ola de arrestos sin precedentes en el que fueron arrestados unos 200 altos funcionarios, incluidos 11 príncipes de la familia gobernante, cuatro ministros, ex ministros y hombres de negocios. La mayoría de los detenidos fueron liberados mientras nacionalizan parte de su propiedad y dinero, y hubo arreglos de liquidación que pusieron mucho dinero en las arcas gubernamentales.

Sin embargo, el desarrollo más importante en los últimos pasos del Reino, dirigido por Muhammad bin Salman, que fue percibido como destinado a fortalecer su posición, está conectado a su toma de control en una fuerza de seguridad adicional con la remoción de Me’ab bin Abdullah, el comandante de la guardia Nacional. Esta es una fuerza militar equipada y entrenada en base a la lealtad tribal.
Su tarea original era mantener la estabilidad del gobierno (la preservación de la familia real y la seguridad de los palacios centrales) y para equilibrar la fuerza del ejército regular, que cuenta con alrededor de 200,000 hombres. La Guardia Nacional de aproximadamente 100,000 soldados comenzó a equiparse con helicópteros Black Hawk y Apache, ayuda a combatir en Yemen y se despliega en la capital, Riad, y en las ciudades santas de La Meca y Medina.

El cambio en el equilibrio político de poder buscado por Mohammed Ben Salman comenzó a funcionar en 2015, cuando su padre lo nombro para el puesto de Diputado, Príncipe Heredero, Ministro de Defensa y Jefe del Consejo Económico y Desarrollo.
En junio de 2017, Mohammed bin Salman fue ascendido a sucesor y continúa fortaleciendo su posición con el apoyo de su padre.

Mientras tanto, temiendo una lucha dentro del palacio que pondría en peligro la estabilidad, el principe
Muhammad bin Nayef, que estaba subordinado a las fuerzas de seguridad internas del reino, fue depuesto
como heredero y ministro del Interior en junio de 2017, y según informes, fue puesto bajo arresto domiciliario. Estos pasos de Mohammed bin Salman señalan su creciente temor a la formación de una oposición a su gobierno, y de sus deseos de tomar la corona con urgencia antes de la muerte de su padre.

En el contexto de esa acumulación de poder, en los últimos años, los principales príncipes del reino han hecho
un llamado público al cambio, expresando desconfianza hacia el príncipe y su padre enfermo.
La unidad entre los príncipes reales fue siempre una fuente de estabilidad. Mas de una vez, hubo luchas de poder entre los hijos de Ibn Saud de diferentes madres. En este contexto se crearon campos políticos definidos de acuerdo con la afiliación familiar. Sin embargo, estas luchas se llevaron a cabo por detras de puertas cerradas, y permitía un equilibrio de poder en la familia real.
El rey funciona como el primero entre iguales. Para todos los príncipes, era evidente que su poder radicaba en su unidad.

Con los años, y con el fin de preservar el equilibrio entre las ramas de la familia, los reyes dividieron
los puestos superiores entre las distintas familias, incluso el control de las fuerzas de seguridad. Ahora
Mohammed bin Salman controla los tres principales centros de la fuerza de seguridad: el Ejército
Las Fuerzas de Seguridad Interna y la Guardia Nacional
Los cambios en Arabia Saudita en gran medida todavía no produjeron logros significativos, pero MBS se concentró en fortalecer su estado y fortaleza. Por lo que busca hacer los cambios necesarios en todos los aspectos de la vida en el reino, de manera acelerada y, por lo tanto, se desprende del legado de la toma de decisiones colectiva y se enfrenta con diversos elementos, como el establecimiento religioso, entre otras cosas mediante la reducción de sus poderes, y con elites sociales y económicas que no está claro si aceptarán su autoridad sumisamente.

Este proceso conlleva muchos riesgos. En este contexto, el Mnisterio de Defensa Americano expresó su opinión
y la diplomacia estadounidense está cada vez más preocupada por el «comportamiento imprudente de Muhammad bin Salman» que puede poner en peligro los intereses estadounidenses.

Presiones externas

Los desafíos externos que enfrenta el reino están relacionados con su lucha con Irán, que se fortifica en el equilibrio regional y que plantea una amenaza central a los ojos del reino. En respuesta a la amenaza que el reino espera de Irán, comenzó a adoptar una política agresiva, y algunos incluso dirían aventurera. Esta política sin embargo suscitó preocupación entre las organizaciones de inteligencia occidentales debido a los riesgos inherentes a ella, entre otras cosas para la estabilidad del reino mismo, en lugar de la política tradicional saudita: restringida, y advirtieron que los funcionarios sauditas, liderados por Mohammed bin Salman, habían intensificado sus declaraciones contra Irán. Este último incluso amenazó a Arabia Saudita de pelear contra Irán dentro de Irán mismo, insinuando el apoyo al cambio de régimen en Irán.

Muhammad bin Salman lideró la guerra en Yemen, la intensificación del enfrentamiento con Irán y Hezbolá en Líbano y el sitio diplomático económico a Qatar es una línea polémica mientras se toman riesgos a diferencia de la forma en que las relaciones exteriores del reino se manejaron en el pasado. Además, parece que el precio de esta política a menudo excede sus logros. En el fondo, hay un deterioro en el estado regional de los árabes en general y Arabia Saudita en particular también por los logros que Irán ha tenido bajo los auspicios del acuerdo nuclear.

El reino intenta influir en los resultados de las luchas que tienen lugar en su entorno estratégico.
La guerra en Yemen. En marzo de 2015, Mohammed bin Salman prometió ir a la guerra y lograr
una aplastante y rápida victoria sobre los houthis y los iraníes («una operación decisiva de tormenta»)
Arabia Saudita expuso en esa guerra los límites de su poder y sus dificultades para vencer.
La costosa operación militar en Yemen, aunque al principio registró algunos logros, ha llegado a un callejón sin salida cuando está lejos de llegar a un fin. Esto a pesar del hecho de que Arabia Saudita posee uno de los Ejercitos con armas más avanzadas del mundo, y cuando el presupuesto de defensa es el cuarto más grande del Mundo después de los Estados Unidos, China y Rusia.

Durante casi tres años no han triunfado lo suficiente en los combates, y se estima que la guerra les costó a los Saudíes unos cinco mil millones de dólares al mes. De ahí la impresión de que el reino, a pesar de su inversión, en realidad puede aparecer como un «tigre de papel». La operación militar se ha convertido en una
carga sobre las arcas públicas y los huzíes yemenitas utilizan el lanzamiento de cohetes y misiles tierra-tierra desde su territorio, cuando algunos de ellos aparentemente están hechos en Irán, y el reino tiene dificultades para interceptarlos por intermedio de su defensa aérea.

Además, junto con la crítica internacional contra Arabia Saudita (El empeoramiento de la situación humanitaria en Yemen y el daño generalizado a los civiles), se escucha crítica interna de sobre cómo es conducida la guerra.

La crisis con Qatar.
Desde junio de 2017, el reino lidera un boicot diplomático y económico
contra Qatar, presentando un alto nivel de demandas, incluido el nivel de las relaciones con Irán,
cerrando la red Al-Jazeera, y exigiendo el final del apoyo Qatari a la Hermandad Musulmana. Qatar está pagando un precio considerable, principalmente económico, debido al boicot. Sin embargo, incluso el precio pagado por
Arabia Saudita está aumentando con el tiempo.

Su imagen de poder ha sido dañada incluso por su incapacidad hasta la fecha para doblegar a un pequeño país (y «estéril») al tiempo que las relaciones con los principales aliados musulmanes, liderados por Pakistán y Marruecos, se han puesto tensas por su posición «neutral» en la crisis con Qatar.
Esta, de hecho, ha calentado sus relaciones con Irán y Turquía desde que comenzó la crisis, y esos Paises la ayudan a superar el boicot.
La división entre los Paises del Consejo de Cooperación del Golfo no causó un cambio fundamental en la política de Qatar.

La forma en que se manejaron las relaciones exteriores del reino llevó a crítica interna no insignificante. En septiembre de 2017 comenzó una ola de arrestos que incluía clérigos de alto rango, incluido Salman al-Odeh, un conocido crítico de la familia real (14 millones de seguidores en Twitter), académicos y periodistas
criticó la política de la familia real de iniciar una crisis con Qatar.

Junto a la crítica Internacional contra Arabia Saudita, la exacerbación de la situación humanitaria en Yemen, y el daño extenso para los civiles yemenitas, llaman a un inicio de revisión sobre cómo es manejada la guerra.

Posibles escenarios

Las conmociones políticas pueden ser difíciles de predecir. Los escenarios en el futuro pueden moverse en un amplio arco de posibilidades: pasando por un golpe de Estado silencioso en el palacio por parte de algun competidor en el clan al-Su’ud, un golpe militar, la toma del poder por una organización islámica hostil hacia Occidente, disturbios civiles que están ganando impulso o una combinación de estos escenarios. También
los resultados de estos choques pueden variar desde una «llama baja» continua hasta una crisis latente
bajo la superficie con el tiempo, a través de una lucha de poder entre dos o tres grupos distintos, que
lleven a la pérdida del control del estado y al caos absoluto.

Todos tienen una oportunidad

Estas diferentes dosis de intensidad pueden conducir a diferentes consecuencias políticas y estratégicas, y presentar una variedad de desafíos con diferente intensidad.
Un golpe militar y una lucha dentro del palacio. En Arabia Saudita, en la actualidad, la viabilidad de esto no parece alta, aunque no es tan baja como solía ser en el pasado. El último intento de golpe sucedió en 1969 y desde entonces no se han realizado intentos similares. Una de las razones de la dificultad para dar un golpe
militar en el reino fue el hecho de que las fuerzas armadas en el reino no habían sido enconcentradas hasta ahora bajo un comando conjunto, sino que eran leales a varios elementos distintos de la familia real. Ahora están concentrados todos los centros de poder en manos de Muhammad ibn Salman. Esta concentración realmente reduce las posibilidades de colisiones militares entre centros de poder, pero también vale la pena recordar que los príncipes y sus leales que fueron expulsados todavia están bien plantados en las organizaciones que les quedan, y son una fuente potencial de sentimientos de venganza que pueden expresarse en intentos de derrocar a MBS.

Tal vez el temor a las críticas, incluso una revolución, llevaron a MBS a ordenar el arresto de 16 oficiales superiores (retirados) del Departamento de Defensa y la Guardia Nacional bajo cargos de corrupción, según se informó en noviembre de 2017.
Otra posible amenaza es una transformación de palacio silenciosa por parte de una rama rival de la tribu al-Saud, que fue apartada. En este caso, el reino podrá superar la crisis y mantener la estabilidad a lo largo del tiempo solo si se alcanza un amplio consenso entre los príncipes superiores con respecto a la identidad del futuro rey, como era habitual hasta el nombramiento de Muhammad ibn Salman
como sucesor.

La toma del poder por el Islam extremista.

Hasta ahora, la presencia de al-Qaeda y Da’as en Arabia Saudita es aparentemente una molestia más seria (aunque dolorosa) que una amenaza estratégica. Sin embargo, después de décadas de adoctrinamiento Salafi-Wahhabi, uno puede estimarque los jóvenes de Arabia Saudita que anhelan el cambio no adoptarán valores democráticos liberales en tiempos de crisis.
En caso de una crisis política, los liberales podrían ser barridos por los extremistas del Islam. La toma del poder por parte de elementos islámicos hostiles hacia Occidente también será la más peligrosa, porque pueden usar los muchos recursos del reino de una manera contraproducente a los intereses occidentales Es razonable suponer que en ese caso, la eliminación de la familia Real es un factor probable.

En ese caso, la política exterior será agresiva y antioccidental. Pero para que tal escenario se materialice, es suficiente que la influencia del establecimiento wahabista se fortalezca en la familia Real como ha sucedido en el pasado, y no hay necesidad de ir tan lejos como imaginar un escenario de Califato. A pesar de esto, una posible amenaza de ese estilo no es insignificante en un Reino con Salafis extremistas en su seno en forma de la «Organización Estatal Islámica».

El último intento de ataque subversivo tuvo lugar en octubre de 2017, cuando el Palacio de la Paz fue atacado en Jeddah, aunque no está claro quienes estuvieron involucrados, y en julio de 2016, se intentó volar la Mezquita del Profeta en Medina, donde, según la creencia, el profeta Mahoma está enterrado.

Incluso en el caso de caos interno en Arabia Saudita, para crear un estado parecido a Da’as, debe surgir una figura carismática, que tenga éxitop para atraer las masas detras de ella, mientras supera el establecimiento Wahhabi existente. Tambien si los clérigos saudíes cuestionan la legitimidad de un rey u otro, o incluso a toda la casa real, esto aún no socava la legitimidad del concepto conjunto existente entre el Rey junto con los clérigos religiosos.

Subversión externa y disturbios chiítas.
Puede haber un guion segun el cual el Reino esté paralizado después de luchas de poder internas, y que Irán explote la inestabilidad para provocar una rebelión efectiva en la región chiita. Al mismo tiempo que Irán tiene el poder de incitar elementos en la población chiita del reino en contra de la familia real, es altamente dudoso si puede provocar directamente al derrocamiento de la familia real Saudí.
Algo más importante, la mayoría de los Chiítas sauditas, que comprenden alrededor del 15 por ciento de la población del Reino, estan ideológicamente distantes del establecimiento religioso Chiita mismo, y con los años no representaron una amenaza significativa para la estabilidad de Arabia Saudita.

En un escenario extremo, puede haber fermentación emitida por fuerzas con una agenda diferente, que desean un cambio. Una amplia fermentación puede conducir al caos y la desintegración. El reino se dividirá entonces en distritos y regiones separadas, siendo las principales Najad, con la capital Riyadh y las instituciones gubernamentales; Hijaz, donde estan los lugares sagrados del Islam; la Provincia Oriental, donde estan
la mayoría de las reservas de petróleo Sauditas son el hogar de la mayoría de la población chiita en el reino.

Significados y riesgos

De haber una grave crisis interna es probable que conduzca a un fuerte aumento de los precios del Petroleo.
Sin embargo, tal aumento podría mitigarse, especialmente si continua la tendencia en los mercados del petróleo
de exceso de oferta y precios relativamente bajos, y debido a la capacidad de otros proveedores encabezados por los Estados Unidos, para completar lo que falte. Un cese completo de la producción a lo largo del tiempo afectará principalmente (pero no solo) a las economías del este de Asia y especialmente China, que es el principal importador de petróleo saudita. Por otro lado, tal desarrollo ciertamente beneficiará las economías petroleras de Irán y Rusia, que son los competidores del reino en el mercado del petróleo. En caso de aumentar
los precios del petróleo también podrían provocar un mayor desarrollo de la industria de la pizarra bituminosa, y a largo plazo ayudar al Mundo a liberarse de la dependencia del petróleo de Medio Oriente.

Si el petróleo a nivel Mundial es controlado por A. Saudíta, esta podría obtener una ventaja
significativo en relacion a sus competidores. Si varios factores controlan los campos petrolíferos, pueden beneficiarse los importadores del petróleo Saudíta, en cuyos mercados competirán varios jugadores. Sin embargo, como en el caso de Libia, la rivalidad entre los diversos grupos de poder en el país puede llevar a
paralizar la producción y las exportaciones. En cualquier caso, está claro que la pérdida de hegemonia en temas petrolíferos será un duro golpe para la familia real Saudita o cualquier otra persona que la reemplazaría, dada la gran centralidad de este sector en la economía saudíta.

El fortalecimiento de Irán.

Se espera que Irán fortalezca su posición estratégica en cada uno de los escenarios enumerados, y que explote a su favor posibles impactos en el Reino para expandir su control regional.
En caso de que el Reino se encuentre en una crisis política significativa, los Huttis en Yemen ciertamente se fortificarán, e Irán encontrará menos resistencia para mantener su supremacía en Siria, Líbano e Iraq.
Una pregunta que permanece abierta es si en el caso de la casa real Saudíta estará en un estado de angustia, Irán actuará por la fuerza para ayudar a propagar la independencia chiita en la provincia oriental del reino, y tratar de desestabilizar a Bahrein.

Una de las claras consecuencias de una supuesta guerra civil prolongada, como en Irak y Siria, será una violación de la capacidad de Arabia para controlar las fronteras del reino y a los que entran y salen
de ella.
Como tal, es necesario preguntar no solo quiénes serán los factores internos que tomarán parte en las primeras etapas de la lucha, pero también qué factores externos pueden operar en Arabia Saudita en etapas más avanzadas de la guerra civil.

Pérdida de control y distribución de sistemas avanzados de armas.

Otro riesgo es el control futuro de los sistemas avanzados de armas occidentales que posee el reino, en caso
de desestabilizarse. En una situación donde la estabilidad en el reino está completamente desequilibrada, y
los sistemas de armas en su poder caen en las manos equivocadas, como sucedió con los sistemas de armas
menos sofisticado que habia en Libia, Yemen, Siria e Iraq.
Sin embargo, las organizaciones terroristas tendrán dificultades para usar armas avanzadas y sistemas «pesados». También puede haber planes anticipados para neutralizar o tomar el control de los sistemas vitales en tiempos de crisis.

Participación externa y seguridad de los lugares sagrados del Islam.

No está claro si las superpotencias actuaran para restaurar la estabilidad del Reino en caso de un deterioro de esa estabilidad. Una respuesta previa puede reducir los riesgos inherentes en los escenarios presentados anteriormente. Sin embargo, es muy dudoso que alguna de las superpotencias tenga la motivación y / o la capacidad de involucrarse más profundamente en Medio Oriente.
Además, la participación de las superpotencias, en ese caso, también puede exacerbar la crisis,en forma similar a lo que sucedió en Siria, Libia, Yemen e Iraq.
La participación externa depende de una serie de preguntas secundarias: cómo se espera dividir el poder?
¿Quién está luchando en Arabia Saudita? Cuál es su orientación política y dispersión territorial; Como
sera el equilibrio de poder entre ellos? ¿Es posible que cierto factor logre la hegemonía sobre el resto?
Además, las acciones de los jugadores regionales e internacionales deben tomar en consideración los factores que los apoyarán. ¿Les servirá mejor un reino dividido?

En caso de un caos general en el reino, Irán podría usar la excusa de «cuidar las Ciudades santas » o el pretexto de defender a la población chiíta para aumentar la subversión y la presión indirecta, y quizás incluso como presión directa sobre el Reino, pero en un caso extremo fuerzas musulmanas sunitas externas a A. Saudita pueden ser llamadas por la casa real para ayudarlo. Aunque hay un signo de interrogación sobre
la voluntad de Pakistán de ayudar al reino.
En este contexto, recordamos la ayuda en la liberación de la Gran Mezquita en La Meca en 1979 y el despliegue de fuerzas del Ejército Pakistani en el territorio del reino en tiempos de crisis. Pakistán tiene el ejército musulmán más grande, y el único con capacidad nuclear (que se logró en gran medida gracias a los fondos saudíes), y a quien A. Saudita lo ve como una duplicación de su fuerza y una fuente de apoyo en tiempos de crisis.

El contexto israelí.

Las dificultades de Riyadh en el ámbito regional e interno pueden enfriar el entusiasmo de la «percepción» de Israel en el marco regional, en el que Arabia Saudita se considera un pivote delcampo sunita, que compite con Irán junto a Israel, y tal vez incluso un factor que ayudará a materializar un avance en el proceso político con los Palestinos.
Todos los escenarios de socavacion del régimen Saudita son negativo para Israel, debido a la posibilidad de que el Reino se convierta en un estado fracasado o controlado por un régimen hostil, que signifique daño a la situacion de los Estados Unidos en la región y la llegada de armas avanzadas a manos de elementos terroristas que pueden dirigirlas contra Israel.
Más allá del posible daño en la de por si limitada cooperación israelí-saudí, el daño a la estabilidad del reino provocaría olas que pueden conmover a los regímenes en los que Israel tiene interés en su estabilidad, especialmente en Jordania y Egipto.

Como el reino es vulnerable internamente, también lo es su capacidad para mantener la cooperación con Israel, aunque solo sea por su deseo de apaciguar a varios sectores que podrían desafiar su estabilidad, y critican a A. Saudita por sus relaciones con Israel.

Resumen

Arabia Saudita disfrutó de una relativa estabilidad desde el comienzo de la agitación regional, incluso si
a veces parece que su poder e influencia han sido sobrevalorados en Israel. El Reino abandono una estrategia cautelosa y conservadora, y ahora lleva a cabo una manera proactiva de desafío en casi todas las dimensiones.
Su verdadero gobernante, Muhammad bin Salman, está motivando importantes procesos históricos, lo cual puede llevar a socavar la estabilidad en el reino. En este caso, existe la preocupación de que los grupos de la
oposición usarán esto para socavar el régimen, y las fuerzas regionales e internacionales intentarán
desafíar al Reino.
Aquellos que podrían verse afectados por esa desestabilización pueden hacer correctamente si van a controlar lo que esta pasando allí, y hacen planes de contingencia en caso de que haya peligro.
Dichos programas deberían hacerse preguntas: cómo garantizar que Irán no explotará la inestabilidad del reino para fortalecer su control regional? Cómo tratar lasa fluctuaciones en el mercado petrolero? Cómo asegurar sistemas avanzados de armas? Cómo asegurar os lugares sagrados del Islam? ¿Qué significa inestabilidad en Arabia Saudita para sus vecinos? ¿algunos enfrentan desafíos similares?

Es cierto que las evaluaciones de estabilidad en el reino resultaron ser erróneas en el pasado…la resistencia del reino durante siete años de agitación zonal no garantizan la estabilidad a largo plazo. El riesgo de un brote de violencia política no ha sido eliminado. Para mantener su estabilidad
El reino necesitará, entre otras cosas, satisfacer las expectativas de una generación joven y erudita en abundancia, y encontrar nuevas formas de integrarlo en la administración de asuntos de estado, para adelantar reformas esos jovenes son necesarios, incluso si son intrínsecamente peligrosos.
Asimismo, para actuar de manera diferente y con más éxito en el ámbito regional frente a Irán, y retomar algunas de las características de la gestión política interna que lo caracterizó y que ha contribuido a su estabilidad.

El propósito de este artículo no es intentar predecir la fecha exacta del socavamiento de la estabilidad en el Reino ni determinar que esto sea cierto, sino advertir de las posibles consecuencias de este escenario e iniciar un pensamiento sobre el tema, incluso fuera de los cuerpos de inteligencia en los estados que se ven afectados por la posible desestabilización de Arabia Saudita, incluido Israel.

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Autor

Shimshon Zamir

Nacido en Argentina. Vive en Israel desde 1972. Casado... tres hijas... 8 nietos. Trabajó 30 años en la industria Química Israelí, hoy pensionado. Graduado en Sociología.

Shimshon Zamir

Nacido en Argentina. Vive en Israel desde 1972.
Casado... tres hijas... 8 nietos.
Trabajó 30 años en la industria Química Israelí, hoy pensionado.
Graduado en Sociología.

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