“Yo los del diccionario y poco más”, respondió un señor a una señora que le había preguntado: “¿Tienes muchos amigos?” Luego ella comentó: “Mi mejor amigo es mi perro”. Yo nunca podré discutir con mi perro sobre el Papa Francisco, nunca podré preguntarle qué piensa de la situación política, ni decirle cuanto me ha gustado la última novela que he leído ni explicarle la diferencia que hay entre los tomates de la huerta y los que se compran ni explicarme formulas en las que algunos filosos quieren encerrar la lógica. Aunque lo quiero mucho, mi perro nunca dejará de ser mi perro y yo su dueño. Lamenté profundamente que aquellas personas no puedan disfrutar de la amistad de unos amigos como mis amigos con los que venía de pasar el día.
Jueves, 26 de abril