La Junta de Andalucía, a base de decretos ha obrado milagros sin cuento, mucho más espectaculares que la multiplicación de los panes y que la conversión del agua en vino como en las bodas de Caná. En Andalucía los sordos contestan al teléfono y los paralíticos se con vierten en veloces repartidores de correo. En realidad, los responsables de la cosa no se si lo han hecho con el ánimo de emular a Jesús o de justificar trapicheos.
Jueves, 19 de abril