Ficha técnica
Título: Diarios (2011-2015)
Autor: Ignacio Carrión
Editorial: Renacimiento
480 páginas
20 euros
Estos Diarios, como bien supo ver el hombre del millón de libros, Abelardo Linares, fundador de la Editorial Renacimiento, tienen mucho interés, puesto que a su autor le fue concedido por los dioses el don de la escritura, ha viajado mucho y ha conocido a mucha gente. Cabe advertir que en un principio no estaban destinados a la publicación y que fue Carmen Balcells quien quiso que vieran la luz, aunque luego las cosas salieron de otro modo a causa de ciertas presiones.
En la presentación de uno de los volúmenes anteriores en Valencia, Enric González, el presentador, dijo que cuando comenzó a leer el libro quedó enganchado y tuvo que leerlo entero. Ignacio Carrión dijo ese mismo día que había estado escribiendo durante muchos años sin tener intención de publicarlos, pero que en la actualidad la gente con la que trataba ya sabía que corría el peligro de aparecer en el libro, pero que no eso lo que le preocupaba, sino el posible cambio de su propia actitud, puesto que ahora escribía sabiendo que se iba a publicar. No se ha producido dicho cambio, cualquiera que lea el libro lo comprobará, quizá porque cuando aborda la escritura la impronta con la que comenzó los Diarios se apodera de él.
En estos libros está la crónica viva de la actualidad española y mundial, pero también de la zona rural en la que se ha desenvuelto en los últimos tiempos, hasta su vuelta a Valencia, que se produjo por un motivo muy lógico y que además cuenta en el libro.
En esta última entrega, pero también en las anteriores, se retrata por completo, dejando ver no sólo su pensamiento, sino también sus filias y sus fobias, las personas a las que respeta, aquellas otras por las que no siente ningún aprecio, la zona que le da cobijo y en la que se siente a gusto y aquella otra, mucho más grande, que le causa incomodidad.
Hay una línea, y no voy a decir cuál es, en la que está condensado el valor de este libro. Cuenta, como siempre, muchas interioridades de diversas personas y algunas de las actitudes de las que da cuenta puede catalogarse como sádica.
Vicente Torres
