Ficha técnica
Título: Figuraciones mías
Autor: Fernando Savater
Editorial: Ariel
144 páginas
16,90 euros
Es una selección de artículos que yo había leído ya, porque siempre estoy atento a lo que publica Fernando Savater, y ahora agradezco tenerlos reunidos en libro y los he releído con mucho agrado, porque siempre se aprende mucho de este autor. No se trata de decir eso tan socorrido de “me gusta como escribe, aunque no siempre estoy de acuerdo con lo que dice”. No es eso. Se trata de mejorar la capacidad argumentativa, suponiendo que se posea algo de mano, cosa que es menos frecuente de lo que se podría pensar.
Si todo el mundo supiera argüir tanto como presume no abundarían los que comulgan con ruedas de molino y encima no dan muestras de que les hayan sentado mal. Los que abundan son los que leen este o aquel artículo de Savater y al llegar al punto en el que pone en cuestión, de forma razonada, como siempre, alguno de los dogmas de fe del lector, éste se siente incómodo y quizá ya no acabe la lectura. Más difícil es que luego pueda rebatir con argumentos racionales lo que no le ha gustado.
No se debería entender tampoco de lo anterior que haya que dar por bueno, sin más, todo lo que escribe, porque eso sería contradictorio con lo que pretende. Se trata de leer con atención y pensar con espíritu crítico en lo que se lee. Por este camino se llega a ser demócrata, que contra lo que muchos creen, no consiste tan sólo en votar, sino en ejercer responsablemente la ciudadanía.
Precisamente, los artículos titulados “La educación rentable”, “Sin filosofía” y “Lo que busca la filosofía”, son de rabiosa actualidad. Para mí que la clase política española, en términos generales, no lee a Savater, y si lo lee no se nota que lo haga. No se ha dado un debate de esta altura, sobre la cuestión, en el Parlamento. Un artículo que en su momento me resultó no sólo muy instructivo, sino que llegó a emocionarme, fue el titulado “¡Te daba así!”. La razón es que cita como ejemplo el caso de Ana Sullivan y Helen Keller, cuya lección al mundo creo que viene pasando desapercibida. Helen Keller pudo llegar a lo que fue gracias a Ana Sullivan. No nos damos cuenta de lo útiles que podemos ser para otros. Y si tenemos entre las manos un libro que puede sernos útil, quizá no lo aprovechemos.
Vicente Torres
