Ficha técnica
Título: La vida y poesía de Miguel Hernández
contada a los niños
Autora: Rosa Navarro Durán
Editorial: Edebé
44 páginas
11,95 euros
Miguel Hernández nació para ser poeta. Eso es lo que se desprende del relato de su vida que con mucho cariño hace Rosa Navarro Durán. Ese cariño no es gratuito, es difícil no sentirlo por alguien que ya desde niño y sin tener ni un solo libro en casa, que además está destinado a ser pastor de cabras, se empeña en estudiar y leer, a solas, en el monte, mientras cuida de los rebaños. Tuvo que aprender a leer tarde, a los siete años, y fue admitido en el colegio a los trece, pero sólo pudo asistir un curso y medio. Suficiente para que se le metiera en el cuerpo el gusto por la lectura.
Puede calificarse de grandiosa su intuición sobre el método a seguir para aprender a escribir poesía. Un método tan acertado como exigente, puesto que el esfuerzo y la constancia que requiere son grandes. Los resultados saltan a la vista. Pero no todo consiste en lograr dominar el ritmo y la técnica, también Miguel Hernández tenía esa mirada de fotógrafo capaz de captar cada una las imágenes que le ofrecía la naturaleza y su mejor enfoque, y un oído musical que acertaba a escuchar la música de los campos. Sabía convertir al danzante cañaveral en un cordón de terciopelo; trucaba a las palmeras en surtidores que desparramaban sus hojas en derredor al llegar a lo más alto; y mandaba al colegio a todos los pájaros.
Los libros, como las comidas, se saborean mejor según en qué sitios, y el mejor sitio para nuestro poeta era el que se puede adivinar: la naturaleza. En este marco leyó cincuenta veces uno de los libros de Juan Ramón Jiménez. Todo en Miguel Hernández, el candor, su incansable afán por aprender, la búsqueda esperanzada de apoyos, el riesgo que no se rehúye, la toma sincera de postura, en la que no buscaba ningún beneficio para él, sino que optó por lo que creía mejor, le convierten en un personaje ideal para los niños.
Vicente Torres
