Ficha técnica
Título: El filósofo entre pañales
Autora: Alison Gopnik
Editorial: Temas de Hoy
320 páginas
19 euros
La ciencia moderna ha demostrado que desde el mismo momento en que nacen los niños son empáticos. A los tres años, además, ya comprenden las reglas e intentan seguirlas. Entender las leyes y sentir empatía ofrecen la posibilidad de hacer cambios en la normativa al uso. A los dieciocho meses los niños son altruistas, saben que hacer daño a alguien está mal.
Alison Gopnik es madre, psicóloga y filósofa y ha empeñado estas tres condiciones en el estudio de la mente infantil. Las conclusiones a las que han conducido sus investigaciones son sorprendentes, alentadoras y, al mismo tiempo, de una gran responsabilidad para los adultos, porque hasta hace poco se pensaba que todo en los niños estaba por hacer, que sus mentes eran incapaces de comprender el mundo a su alrededor y situarse en él. Ahora se sabe que los niños tienen más neuronas y más conexiones que los mayores, pero en el caso de los bebés la atención es mucho más exógena que endógena. A los niños les cuesta más concentrar la atención en una cosa, lo que es una ventaja a la hora de aprender, puesto que les permite absorber información continuamente. El cerebro infantil abunda en transmisores colinérgicos, pero los transmisores inhibidores, que son los que permiten concentrar la atención en alguna cosa, se desarrollan a edades más avanzadas. Ahora se sabe que desde muy pequeños los niños manejan contrafactuales, y se les regalan juguetes que incitan a fingir, pero se les regalan precisamente porque se sabe que les encanta fingir. Aunque carezcan de esos juguetes, ellos fingen de todos modos.
Resulta fascinante y altamente aleccionador enterarse del funcionamiento de la mente infantil, que nos sirve además para saber cómo fuimos y por qué hemos llegado a ser lo que somos ahora, al margen obviamente del objetivo fundamental que es comprender y estimular a los pequeños con los que se convive. Según confiesa la autora en el capítulo dedicado a los agradecimientos, escribir este libro le ha costado cinco años y ha recibido la ayuda de muchas personas. Aparte de apasionante, es extremadamente riguroso.
Vicente Torres
