Ficha técnica
Título: Sueños de otoño
Autora: María Luisa Mas
Editorial: Ediciones Tantin
148 páginas
10 euros
Contiene cinco cuentos que tratan asuntos distintos cada uno de ellos, pero con un denominador común: la dificultad de los seres humanos para enfrentar situaciones que se salen de lo habitual. Los protagonistas son personas corrientes que en situaciones que los ponen en ventaja o desventaja, dejan surgir de su interior, a menudo sin el control de la razón, todos o la mayor parte de los sentimientos que es capaz de albergar el alma humana.
Todos los cuentos transcurren en Valencia, pero en diferentes épocas. El primero se refiere a esa guerra civil que padecimos, de la que nadie debería sentirse orgulloso. El cuento no se refiere al frente, sino a lo que ocurre entre la población civil. El segundo se titula Un inquilino molesto, y parte de un contratiempo inesperado y de la reacción candorosa de quien la sufre, que le lleva a un resultado que se presiente desde el principio, por cotidiano. Pese a que la autora deja ver desde el principio como va a terminar el cuento, se lee con interés porque la acción está bien desarrollada. Como nota de interés, cabe que Felipe González aparece en esta historia. Txiqui Benegas y otros le llamaban dios, pero como tal le tenían otros ciudadanos y en este caso no se trataba de una broma, ni de darle coba. Esperaban que un hombre bueno y serio les ayudase a resolver sus problemas. El siguiente cuento es el que da nombre al libro: Sueños de otoño. Este relato provoca más de una sonrisa, porque no se puede vivir sin soñar, incluso en el otoño de nuestra existencia. El mundo de los niños no falta, y de él se ocupa el siguiente cuento. La crianza en otros tiempos era más azarosa, puesto que la mortalidad era mucho mayor que ahora. Quizá por eso los mimos eran también diferentes, por estar mucho más cargados de ternura, hoy más escasa y quizá ese es el precio que hemos pagado por los avances de la medicina. Sería bueno recobrarla. El último cuento es más misterioso y es que el alma humana también contiene grandes dosis de misterio. También hace ver que ofrecer la mano a quien la pide puede evitar alguna catástrofe.
El prólogo es un poema de José Mas, hermano de la autora, relacionado con el primer cuento. Se podría decir de este poema que me ha recordado el arte del escultor, que toma una pieza de cualquier material, madera, hierro, piedra, arcilla, y lo moldea para conseguir una obra bella.
Vicente Torres
