Ficha técnica
Título: Suárez y el Rey
Autor: Abel Hernández
Editorial: Espasa
224 páginas
19,90 euros
Este libro es un homenaje a los dos personajes que capitanearon de forma visible y hasta el final la grandiosa Transición española. Pero pese a que trata de dejar a ambos en buen lugar, tratando de ocultar las dificultades que atravesaron las relaciones entre ellos, a mi entender resulta evidente que el papel fundamental es el de Adolfo Suárez.
La tarea que acometió era ciclópea. Nadie, salvo él mismo, le creía capaz de llevarla a cabo. Resulta sorprendente que el Rey confiara en él de modo tan rotundo. Hay que tener en cuenta que el Rey, en el que entonces confiaban pocos, se lo jugaba todo en este envite. Si el hombre elegido por él hubiera fallado, podría haber perdido la Corona para siempre. Lo cierto es que desde 1968 el entonces Príncipe Juan Carlos y Adolfo Suárez, con algunos colaboradores ya venían trabajando en el asunto. Si el Rey hubiera mantenido su fe en Adolfo Suárez durante todo el tiempo se podría pensar que sí que fue él quien supo reconocerle como el hombre indicado para esa tarea; el hecho de que lo abandonara demuestra que no lo supo calibrar. Tampoco pudo ser Torcuato Fernández Miranda, puesto que no fue capaz de llegar hasta el final.
El camino de la Transición se presentaba lleno de obstáculos a derecha e izquierda y cualquier error podía dar al traste con todo. Por otro lado, en aquellos momentos el Rey todavía tenía por ganar el favor popular, asunto en el Adolfo Suárez puso todo su empeño, haciendo que apareciese continuamente en la prensa y en la televisión. Tampoco eran muchos los que confiaban en el propio Suárez, de modo que tenía que bregar con todo, contando únicamente con su gran capacidad de trabajo y un valor inconmensurable. Hubo un momento en que unos militares le preguntaron si legalizaría partido comunista y les respondió que no. Luego le llamaron traidor, pero es que ellos no tenían derecho a hacerle esa pregunta. Cuando el golpe de Estado se jugó la vida por defender la democracia.
La Transición puede catalogarse como una obra de arte, llevada a cabo por un genio de la política al que pocos supieron detectar en su momento. Como suele suceder, según pasa el tiempo son más los que se dan cuenta. Quizá la enfermedad que sufre sea un castigo, pero no para él sino para esa multitud que avergonzada por haberle tratado mal en su momento quisiera aplaudirle ahora.
Vicente Torres
