Ficha técnica
Título: El drama del niño dotado
Autora: Alice Miller
Editorial: Tusquets
184 páginas
13 euros
Se trata de una nueva edición, revisada y ampliada, del libro que, con el mismo título, fue publicado en 1979 en Alemania y en 1985 en España. Si los libros pudieran cambiar el mundo, este sería uno de los más indicados para ello. Indagar en el propio Yo, para rescatarlo de la maraña de mecanismos defensivos con los individuo se adapta a la sociedad, es un empeño que necesariamente ha de dar buenos frutos.
El conócete a ti mismo de los griegos tiene aquí una explicación del cómo hacerlo, una pauta que permite llegar al fondo de uno mismo. Y comienza con un mensaje optimista: No se pueden cambiar los hechos, pero las personas sí pueden cambiar, tienen derecho a hacerlo y hasta diríase que obligación.
El recién nacido no puede sobrevivir por sí mismo, tiene necesidad absoluta de sus padres. De ahí que, con frecuencia, ponga todos sus sentidos en acomodarse a sus gustos para no disgustarlos. Muchos, aprenden entonces a ocultar sus sentimientos, a representar papeles que no les corresponden, con el fin de ajustarse a lo que se espera de ellos. Sin embargo, toda esta parte oculta y reprimida, tiene una importancia extrema en la vida de las personas.
Hay un capítulo que se titula “La humillación del niño, el desprecio de la debilidad y sus consecuencias. Ejemplos de la vida diaria”, en el que tras hacer una serie de consideraciones muy lúcidas, algunas de ellas sobre sucesos aparentemente nimios, llega a un punto en el que dice que el niño puede necesitar ponerse a salvo de la verdad dolorosa en el desprecio, dice: “En el fondo, el nacionalismo, la xenofobia y el fascismo no son otra cosa que enmascaramientos ideológicos de esa huida, una huida que lleva de los recuerdos torturantes y reprimidos del desprecio experimentado en otros tiempos al peligroso y destructivo desprecio por el ser humano, que es elevado a la categoría de programa”.
Como decía Santa Teresa de Ávila, el método para mejorar la humanidad consiste en mejorar uno mismo y para esto hay que conocerse y recuperar la propia identidad, si se había perdido.
Vicente Torres
