‘Un día de cólera’, de Arturo Pérez-Reverte

Ficha técnica
Título: Un día de cólera
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial: Punto de Lectura
432 páginas
9,95 euros

Son muchos los libros que se han publicado hasta hoy sobre la Guerra de la Independencia. Lo que aporta este nuevo es un relato pormenorizado del estallido de la guerra, con nombres reales, edades y algunas circunstancias de sus vidas. Quienes a partir de ahora pretendan investigar la cuestión se encontrarán con que tienen mucho trabajo adelantado.
Pese a que se trata de un trabajo que podría catalogarse como periodístico, hay que reconocer la mano del novelista, que ha cuidado el ritmo y el modo de contar la historia. El resultado podría haber pasado por una gran novela épica y así es como habría que catalogarla.
Desde el principio se presiente lo que va a ocurrir. Los españoles eran incultos y atrasados, pero eso no les impedía pasar por alto el menosprecio de los franceses, que pagaban con idéntica moneda. Los franceses, por lo general, se comportaban con insolencia y brutalidad con los españoles, y éstos al verse sin amparo de nadie se tomaban la justicia por su mano y durante los días previos al Dos de Mayo hubo un goteo de franceses desaparecidos, enterrados discretamente.
Los españoles se sentían molestos y avergonzados con el hecho de que Napoleón hubiera conquistado España sin disparar un solo tiro. Los franceses, con su actitud, hacían que el resquemor fuera en aumento. La prepotencia de Murat, que dio la orden al oficial que dirigía el batallón de granaderos, cuerpo de elite francés, de disparar cañones y fusiles sin previo aviso contra las multitudes, con el objeto de atemorizarlas para siempre, fue el revulsivo que desencadenó todo.
Fueron los más humildes, quienes no tenían nada que perder, los que se enfrentaron a los franceses. Hombres, mujeres y niños. No disponían de armamento, pero utilizaron todo lo que tenían a mano, navajas, hierros de ensartar carne, macetas y muebles que arrojaban desde los balcones, piedras, aceite hirviendo. No hubo piedad de ningún tipo, las brutalidades se sucedieron, a culatazos mataban los franceses a mujeres y niños, degollados acabaron muchos de ellos. Los presos de la cárcel pidieron permiso, por mera formalidad, puesto que ya se habían hecho con la llave, para salir a la calle a luchar contra los invasores, con la promesa de volver cuando acabara todo. Tal era el ambiente que se respiraba.
El lector parece escuchar los gritos de rabia, tal vez crea que le ha salpicado la sangre, y lo que es seguro es que se ve implicado en la acción: o desea estar luchando o corre a esconderse para que no le pillen los franceses.
Esta edición contiene el texto extra del autor “La cólera de un pueblo, la certeza de una nación.”
Vicente Torres

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

Vicente Torres

Vicente Torres, periodista, historiador y notario del acontecer diario y sobre todo amigo leal.

Lo más leído