Ficha técnica
Título: Poema de Mío Cid
Edición de Espido Freire
Editorial: Cátedra
144 páginas
6,90 euros
Espido Freire es quien se ha encargado de rescatar esta gran obra de la literatura universal. Como es habitual en esta colección de Cátedra Base, las primeras páginas, no demasiadas, tienen como finalidad la de situar al lector ante el tiempo en que se desarrolla la acción; la de explicar cuáles eran las principales figuras históricas de la época y la relación del protagonista con ellas; también los códigos de honor que regían en aquellos tiempos, que permiten calibrar de algún modo al altura moral del personaje. Para después de la lectura hay unas pocas páginas más con las que se pretende facilitar la comprensión de la obra, al relacionarla con otras o trasladarla al contexto actual, con lo que se pone de relieve su vigencia.
El Cid Campeador fue un personaje legendario, que ha generado obras literarias de grandísimo nivel. Jamás perdió ninguna batalla. La vida le obligó a enfrentar grandes desafíos en condiciones difíciles.
El poema se divide en tres cantares. Cantar del destierro. Cantar de las bodas. Y Cantar de la Afrenta de Corpes. El primer cantar comienza con el destierro del Cid. Sus enemigos le han difamado y el rey les ha creído. Perder el favor real es lo peor que puede ocurrirle a un caballero. El Cid es expulsado de Castilla y cuando abandona el reino nadie quiere acogerle, se encuentra con todas las puertas cerradas. A lo largo del poema se cuenta como logrará recuperar e incrementar todo lo que ha perdido, siempre gracias a su fuerza y su valor.
En el segundo cantar el victorioso Cid ya ha recuperado el favor real. Se ha enriquecido y goza de numerosos aliados, que le responden con presteza. El rey casa a las hijas del héroe con dos los infantes de Carrión, procedentes de una familia noble.
En el tercero se cumplen las sospechas del Cid y los infantes demuestran que son unos cobardes. Al sentirse humillados por esto, urden su venganza y maltratan brutalmente a Doña Elvira y Doña Sol, las hijas del Cid. Éste las vengará cumplidamente y se llega al final feliz.
Vicente Torres
