Ficha técnica
Título: Al otro lado del espejo y
lo que Alicia encontró allí
Autor: Lewis Carroll
Edición de Mauro Armiño
Editorial: Edaf
224 páginas
7,49 euros
Más allá de los convencionalismos y de las sendas previamente establecidas, podría haber otras formas de vida, otras bases sobre las que establecer los razonamientos. Alicia, a pesar de ser una niña, tiene entidad propia, no es como uno de esos seres clónicos cuyo número parece ser infinito, y cuyo temor a pisar caminos que no hayan sido pisados con anterioridad y marcados como vías de paso, no se mueve. Alicia quiere conocer, o sencillamente quiere vivir lo que la vida le ofrezca, así es que se lanza a explorar lo que tiene ante sí y de pronto se ve al otro lado del espejo. Allí se ve inmersa en una partida de ajedrez, en la que se dispone a jugar. Al principio, mientras observa al Rey Blanco, al que acaba de sacudir el polvo y poner en pie, encuentra el libro de Jerigóndor, que hay que poner ante el espejo para que se pueda leer.
Y es que al otro lado del espejo las cosas se rigen por una lógica diferente pero, igualmente, inapelable. Así, Alicia tiene que ver como primeramente surge la gota de sangre, a continuación la escandalera y finalmente el pinchazo en el dedo. Tiene que correr muy deprisa para permanecer en el mismo sitio.
Alicia, un poco antes de encontrar el Jardín de las Flores Vivas y entablar conversación con ellas, se niega a regresar tan pronto: “Sé que tendré que cruzar otra vez el Espejo, y regresar a la vieja habitación, ¡y eso sería el final de todas mis aventuras!” Prosigue con ellas, pues, con el resultado de que al final de ellas, ha dejado para los demás unas nuevas y placenteras vías, para que puedan ser recorridas por otros.
Vicente Torres
