Alias Lola
Historia de las últimas presas de la cárcel de Ventas
Lola Canales
Editorial Temas de Hoy320 páginas
19,50 euros
Hay quienes son tan sumamente cobardes que necesitan camuflar ante ellos mismos esta circunstancia. El camino elegido para ello no puede ser más que el de maltratar a otros. El camino elegido no puede ser otro que el de ponerse al servicio de los poderosos para hostigar a los díscolos. Quienes les utilizan, se descalifican a sí mismos. En las páginas de este libro figuran los nombres y apellidos de varios de estos especímenes, los cuales por su parte fueron famosos en su día, precisamente por su crueldad. Pero no solo figuran estos nombres, sino los de otras muchas personas, como Joaquín Araújo, Darío Puertas, la Duquesa de Medina-Sidonia, con la que la autora compartió la cárcel, su abogado Jaime Cortezo Velázquez-Duro (asesinado en 1991), Cristina Almeida y otros muchos. Porque todo lo que se cuenta en el libro es real y cada uno de los personajes que aparecen son citados con sus nombres y apellidos reales. La historia arranca el 3 de diciembre de 1968, cuando la policía se presentó, a las dos de la madrugada, en casa de la autora para detenerla, tras la manifestación del día anterior.
La primera parte transcurre en la cárcel de Ventas, en donde fue interrogada, humillada y torturada. Al tener que ser demolida esta cárcel, fue trasladada a la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares, en donde la vida transcurría de otro modo. El relato del Consejo de Guerra Sumarísimo que tuvieron que sufrir la autora y otros estudiantes, acusados de rebelión militar, no tiene pies ni cabeza. La policía apresó a algunos de los que habían participado en la manifestación como podía haber elegido a otros cualesquiera. Y ese fue todo el delito, acudir a una manifestación. Como dato curioso, la autora revela que en los días previos a su puesta en libertad, no se sentía feliz por este hecho y se alegra de no ser ella quien tuviera que decidir si se iba o si se quedaba.
Vicente Torres
