¿Quiénes hicieron estos dibujos?

Perú: sobrevolando las enigmáticas ‘Líneas de Nazca’

¿Es obra de extraterrestres? ¿Por qué sólo pueden ser vistas desde el aire?

Perú: sobrevolando las enigmáticas 'Líneas de Nazca'
Líneas de Nazca. PD

En Perú, a 450 kilómetros al sur de Lima y bordeando el Océano Pacífico, se encuentran plasmadas en el gigantesco desierto de Nazca los geoglifos, trazos y dibujos más enigmáticos que uno pueda imaginar: «Las Líneas de Nazca».

¿Quiénes hicieron estos dibujos? ¿Es obra de extraterrestres? ¿Por qué sólo pueden ser vistas desde el aire?

Lo que nadie ha podido explicar aún con exactitud es por qué estas misteriosas figuras, que datan de entre los 550 a 650 años d.C, sólo pueden ser vistas desde el aire. Y al ser así, ¿cómo pudieron verlas los antiguos peruanos?¿Tenían acaso algún sistema de vuelo para poder observarlas?

«VUELO AL PASADO»

Eran las 11:00 horas cuando por cortesía de la extinta compañía aérea «LC Perú» nos dispusimos a sobrevolar a bordo de un Cessna las milenarias y misteriosas líneas que se extienden en un aérea de 520 km cuadrados y cuyas dimensiones de algunas figuras alcanzan incluso hasta los 275 metros de largo.

En 1939 el investigador el historiador estadounidense Paul Kosok las descubrió, casi por casualidad.

Kosok llegó a la conclusión, tras diversos estudios, de que las Líneas de Nazca constituían el «Mapa astronómico más grande del mundo», cuya función era registrar los movimientos de los astros y constelaciones, como un calendario, y como un sistema para conocer las diferentes épocas del año con el objeto de facilitar sus tareas de cosecha y siembra y agradecer así a los dioses.

Diversas tesis han surgido tras el descubrimiento de las Líneas. El escritor suizo Erik Von Daniken afirmaba que era obra de extraterrestres, y se basaba en ello por los dibujos que en forma de «Pistas de aterrizaje» se encuentran en el desierto. Si bien es cierto que podrían parecer pistas de aterrizaje, esta tesis se viene abajo porque esos mismos dibujos también se encuentran trazados en las laderas de los cerros, lo cual lo hace inviable.

A medida que sobrevolábamos el desierto era obvio deducir que los dibujos se hicieron, sí y sólo sí, para ser vistos desde el cielo. Es imposible observarlos a ras del suelo, pues al caminar por el desierto es imposible notar en qué lugar está dibujado tal o cual trazo.

Quizá por ello, cuando se construyó la carretera Panamericana Sur. se cercenó sin querer la figura de un lagarto. En aquel entonces los operarios no pudieron divisar dicha figura en el desierto. Hoy en día, al lado de la figura del reptil se encuentra enclavado al lado de la carretera un Mirador, desde el cual se pueden divisar tres figuras.

Desde el cielo se pueden observar infinidad de trazos que se pierden en el horizonte. Líneas que se entrecruzan, cual plano de arquitectos.

Por ejemplo, la figura de La Araña es gigantesca y tiene como peculiaridad que está hecha a base de un solo trazo. Lo mismo sucede con muchas de ellas.

Los dibujos fueron hechos a base de escarbar surcos de 20 centímetros de profundidad en la tierra. Al ser roturada la costra rojiza, que por oxidación cubre los arenales, aflora tierra amarillenta, tonalidad que permite que los trazos de los geoglifos se distingan. Algunos pueden llegar a 500 metros de longitud.

María Reiche: «La Sacerdotisa del Desierto»

Una de las teorías más válidas es de la matemática alemana María Reiche, (1903, Alemania – 1998, Perú) quien dedicó más de cuarenta años a estudiarlas y luchar para que el estado peruano las conservara y apoyara el trabajo de investigación emprendida por ella. Ella sostenía que era un calendario astronómico que describía fases de la Luna y localización de las constelaciones de las estrellas.

Sobrevolando las líneas viene a mi memoria una entrevista que hiciera a María Reiche a mediados de los años ochenta. Ella defendía su tesis de que fueron los antiguos peruanos quienes hicieron estos dibujos, que no fue obra de extraterrestres ni nada por el estilo.

– «Yo no niego la posibilidad de que haya vida inteligente más allá de la Tierra, pero los dibujos los hicieron los antiguos peruanos».

Ella afirmaba que una de las figuras que parecía ser un «Astronauta» era sólo la representación de un hombre con cabeza de lechuza.

– «María, tras más de cuarenta años recorriendo el desierto de Nazca, es de esperar que ya pueda desvelar el misterio que rodeas a estas figuras». Le pregunté, mirándole a los ojos.

Ella se puso seria y, como si de un consejo se tratara, me dijo en voz baja y contrita:

-«Si algún día se supiera el misterio de las Líneas, éstas ya no tendrían sentido». Acto seguido se fue agradeciendo la entrevista.

El Cessna de LC Perú seguía surcando los cielos de las pampas de Nazca. Allá abajo se sucedían unas líneas a otras: La Ballena, el Colibrí, la araña, un Perro, «Pistas de aterrizaje», el «Astronauta», etc.

La avioneta se bamboleaba en el aire, cual avioncito de papel, a la par que la decenas de pasajeros inmortalizaban con sus cámaras esas misteriosas estampas que han sobrevivido al paso de los siglos.

María Reiche ya no está entre nosotros. Quizá se llevó consigo el secreto que esconde este inmenso y enigmático plano en el desierto, creación de los antiguos peruanos o de seres extraterrestres.

El misterio continuará por los siglos de los siglos, aunque una cosa es cierta: sólo se pueden ver desde el cielo. Hoy pudimos ver las Líneas de Nazca, pero ¿y en el pasado? ¡Vaya uno a saber!

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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