(Auschwitz) “Los trenes de la muerte”

(Paul Monzòn – Cracovia, Polonia).- Visitar el campo de Concentración nazi de Auschwitz-Birkenau, no es una experiencia agradable, pero permite, casi un siglo después, ser testigo de la historia, comprobar in situ, que realmente existieron estos centros de exterminio.

Aparte de los barracones donde dormían y vivían hacinados los prisioneros y los hornos crematorios donde incineraban sus cuerpos tras morir en las cámaras de gas, una de las imágenes que más me chocaron durante mi estancia en Auschwitz, fue ver en directo los trenes de la muerte en los cuales los judíos eran trasladados hacia los campos de concentración en donde se consumaría la «Solución final» que es el nombre del plan de los nazis para llevar a cabo el genocidio sistemático de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial.

Los trenes de a muerte conformados por vagones para transportar ganado partían desde todos los países ocupados por el III Reich. Su destino: los campos de exterminio.

Una vez en el destino, tras varios días de viaje en condiciones infrahumanas, los presos -en su mayoría judíos- eran esclavizados y llevados a las cámaras de gas.

En cada vagón podrían entrar hasta 50 personas, que muchas veces viajaban parados debido a la estrechez del mismo. Durante el viaje decenas morirían de hambre o asfixia.

Los vagones no disponían de ventanas, sólo unas pequeñas rendijas para que pudieran respirar.
Los prisioneros casi nunca sospechaban lo que les deparaba el viaje. Eran vilmente engañados. Se les hacía creer que iban a campos de trabajo.

Estas eran las órdenes que impartían las SS

«III. Transporte. Se recomienda concentrar a los judíos destinados a evacuación antes del transporte. Cada transporte comprenderá 1.000 judíos (queda prohibido transportar contingentes más numerosos) y se realizará según los horarios e itinerarios elaborados por el Ministerio de Transporte del Reich, que serán trasmitidos a las oficinas involucradas.

Cada persona deberá llevar consigo:
– Medio de pago: 50.- reichsmark en billetes del Instituto de Crédito del Reich o 100 zlotys. Una maleta o una mochila con material de equipamiento (no deberán llevarse objetos voluminosos).
– Indumentaria completa (zapatos gruesos)
– Ropa de cama con manta
– Provisiones para 2 semanas (pan, harina, cebada perlada, porotos)
– Utensilios para comer (plato u olla) con cuchara.”

Directivas para la ejecución técnica de la evacuación de los judíos al Este (campo de concentración de Auschwitz). Circular de la Oficina Central de Seguridad del Reich, Berlín, de 20 de Enero de 1943(extracto).

Para finalizar, un dato macabro: en Auschwitz, así como en otros campos de exterminio, las SS «trabajaban» desde el lunes hasta el sábado. Hasta ahí todo parecería normal. Pero se daban casos de que algunos trenes llegaban con prisioneros judíos un sábado por la tarde…Entonces era cuando se producía unos de los hechos más miserables de la condición humana, si es que hubiera algo de humano: los prisioneros quedaban encerrados en los vagones hasta el lunes siguiente sin proporcionarles agua ni alimentos. Lógicamente, si ya habían muertos en los vagones, estos repudiables hechos sólo vendrían a acrecentarlos.

Así de crueles y miserables eran estos hijos de puta.(Fotos: Paul Monzón)

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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