(Paul Monzón).- Sergio Ramírez (NIcaragua), ganador del Premio Alfaguara de Novela en 1998, es parte de la generación de escritores latinoamericanos que surgió después del boom que catapultó a Vargas Llosa y García Márquez, entre otros. Aunque no empuñó -según confiesa a Periodista Digital- las armas, Ramírez formó parte de la guerrilla sandinista que derrocó al dictador Anastasio Somoza. En Madrid presentó su nueva novela: «La Fugitiva».
«La Fugitiva», -según la inspiración de Ramírez- son tres voces femeninas que relatan la vida dramática de una mujer que eligió el oficio maldito de escribir en una sociedad cerrada y provinciana. Tres voces de concebir la vida, la amistad y el amor.
Sobre la situación polítuica en NIcaragua y el ansia de reelecciópn de Daniel Ortega, Ramírez señala: «A mi no me asusta que los pueblos cansados de la miseria, la marginación busquen alternativas que a lo mejor no le van a resultar después, pero tienen todo el derecho de probar una alternativa distinta que busque resolver los problemas de lgenerar el empleo, el bienestar, que todo los ciudadanos tenemos derecho. El problema es cuando alguien quiere quedarse en el poder violentando las reglas democráticas pensando que la democracia es sólo un instrumento táctico para llegar y entonces quedarse en el poder, y que las leyes y la Constitución ya no importan y lo que importa es el llamado «proyecto político histórico».
«A mi me parece que esto es lo que está ocurriendo en Nicaragua con la reelección de Daniel Ortega en las elecciones de noviembre, porque se está presentando como candidato cuando la Constitución lo prohibe»
