La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

España, ese país de centro

Llevo años defendiendo a capa y espada que España es un país más de centro de lo que nosotros mismos pensamos (la furia odiadora de las redes sociales no recoge en absoluto nuestra plural realidad). Mientras la ola xenófoba ha calado desde incluso antes de la crisis en países como Francia o Italia, atrapando las olas de la bilis, ya a partir de 2008, a Reino Unido o Alemania (lo de Polonia o Hungría es caso aparte), aquí sonaba estrambótico el trasnochado lema “los españoles, primero”.

En los últimos meses, como consecuencia sobre todo del tsunami catalán y de la incomparecencia de un PP maniatado por el desnudo de las corruptelas de muchos de sus históricos pata negra, nos han metido el miedo en el cuerpo con un Santiago Abascal que agitaba a la ultraderecha escondida en el armario al grito de “¡Santiago y cierra, España!”.

Pero no, como hemos comprobado el 28-A, el techo de los nostálgicos de la España nacional-católica está en los dos millones de votantes… Es mucho (y respetable), no lo dudo. Pero el PP, en sus momentos de victoria, ha llegado a los once millones de votantes. Así que apelo a la normalidad y a la tranquilidad.

Y, desde aquí, me permito dar un consejo a los dirigentes populares: volved al Aznar que ganó las elecciones desde el centro y gobernó su mejor legislatura cuando tuvo que pactar con otros. Dejad a un lado al Aznar que dilapidó su legado en una mayoría absoluta en la que olvidó escuchar a los españoles y, sobre todo, al líder retirado que, desde su pedestal de oro, se convirtió en una voz granítica que ha criticado una actitud (la del diálogo) que a él mismo le hizo fuerte.

En definitiva, menos Aznar y más Rajoy. Menos Pablo Casado y más Soraya Sáenz de Santamaría. O aún mejor: ¿y por qué no un PP liderado por Andrea Levy y Borja Sémper? Observad, más allá de las lentes ideológicas, cómo desarrollan su campaña en estas autonómicas y municipales… Son personas valiosas, que construyen sociedad, que no ven en el otro a un enemigo a batir.

Por mucho que desde ciertos altavoces mediáticos se clame contra “la derecha sin valores”, la realidad es que “los principios” básicos de esta ya anidan en la Constitución de 1978. La misma que, aunque no lo admitan, odian y quieren derribar los populistas zurdos y diestros. Solo se trata de defender nuestra Carta Magna y vivir para servir. Eso es lo que valora la mayoría silenciosa de los españoles, que, mirando algo más a la derecha o a la izquierda, son de centro.

Lo hicimos tras el 28-A y lo haremos tras el 26-M. Resistiremos. ¡Centristas del mundo, uníos!

Artículo publicado en Cuadrilátero 33, dentro del debate ‘Elecciones 2019: tras la victoria socialista, llega el segundo asalto’.

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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