La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

VOX emerge en Andalucía… La respuesta sobre El Yunque en ‘Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno’

PREGUNTA: «Permítame citarle en ‘Vida de Don Quijote y Sancho’… “¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente? Gritadle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba? Gritadle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta? Gritadles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!”. Y ahora mi pregunta: ¿hay que seguir luchando, hoy más que nunca, contra mentirosos, ladrones y embaucadores? ¿Hay que educar a mucha gente para que no sea engañada?». Luis de Velasco, portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid (2007-2011).

RESPUESTA: Querido amigo Luis, te agradezco enormemente esta pregunta. Y voy a responderte sin andarme por las ramas, con un ejemplo concreto muy representativo del mal que nos sacude históricamente como país. En España, desde hace cuatro décadas, padecemos un gran cáncer que atenta contra nuestra democracia: la sociedad secreta El Yunque, nacida mucho tiempo atrás en México por catolicones ultraderechistas que, pervirtiendo el supuesto ejemplo de los cristeros, a los que decían imitar, crearon una organización dirigida supuestamente a combatir a la masonería y cuya base es un juramento por el cual todo miembro pone como fin último de su vida defender hasta la muerte al grupo sin poder revelarlo jamás a nadie…, incluido su confesor, y eso que supuestamente tienen como objetivo “instaurar el Reino de Dios en la Tierra”.

Pero, ¿cómo hacen esto? Creando entidades opacas dirigidas por ellos y en las que reclutan a mucha gente de buena fe que colabora en algo cuyo sentido último desconoce; esto es, mintiendo. Otra opción es infiltrarse en instituciones ya existentes e imponer sus fines tratando de mover los fines de estas; esto es, mintiendo. En España, en su día se hicieron fuertes entre los reductos del búnker franquista, tratando de torpedear la naciente democracia en los inicios de la Transición. Cuando no pudieron lograrlo, siguieron haciendo lo mismo buscando generar odio social a través de sus sociedades pantalla. Están presentes en colegios, institutos, universidades, lobbies, medios de comunicación, partidos políticos, organizaciones eclesiales… Cada vez son menos las iniciativas que representan al arquetipo de español conservador y católico libres de los hilos yunqueros. Son muy poderosos. Tanto que pocos se atreven a denunciarles.

Pero esto no es lo más grave: muchas familias han sido destrozadas por esta gente. Sé de padres espiados por sus hijos, reclutados sin ellos poderse siquiera imaginarlo por esta sociedad secreta. Y, a los que se deciden a abandonar tamaña locura, se les paga con amenazas y campañas de difamación. Esto, que parece una majadería propia de películas de espías, es una realidad que los obispos españoles conocen de primera mano al recogerla un informe solicitado por ellos mismos en 2010. Por si fuera poco, una sentencia judicial de 2014 ratifica la existencia de El Yunque en España. Y, sin embargo, ¿qué hacen nuestros pastores?

Solo en dos diócesis han cortado la cabeza de la serpiente y han denunciado públicamente este atropello. Mientras un pronunciamiento colegiado que podría desnudar esta falacia cortando de raíz su mentira (la supuesta defensa del catolicismo) no llega, los obispos han de saber que muchas más familias están expuestas a convertirse en víctimas. Llegará el día en que se tenga que pedir perdón por esto, como con los abusos sexuales por parte de clérigos tapados durante décadas. Pero mientras esto no se produce, el escándalo va siendo cada vez más grande. Y no solo en España, pues El Yunque está muy extendido en muchos países de América y Europa.

Mi respuesta, por tanto, es que sí: hay que seguir luchando contra mentirosos, embaucadores y ladrones. Si ni siquiera los pastores de la mies son responsables (y aquí incluyo a periodistas y políticos, por ejemplo), los ciudadanos de a pie hemos de dar un paso al frente y luchar, luchar, luchar.

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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