En el reportaje ‘Niños robados e invisibles’, desde Vida Nueva nos asomamos al infierno: en 2015, Cruz Roja Española detectó 654 casos con indicadores de trata. De ellos, 141 correspondían a niños y niñas. De ellos, 113 desaparecieron. Están en manos de mafias y redes de trata que esclavizan a sus madres en la prostitución forzada.
Contamos el caso de siete madres con bebés que, tras las pruebas de ADN, se demostró que ninguno era hijo suyo (las mafias se los quitan a sus madres reales para que no escapen y sigan prostituyéndose, hacinando a los bebés en pisos, vejándolos). Ya era tarde, porque, cuando quisieron llegar los resultados, meses después, hacía mucho que esas chicas habían sido secuestradas por la red para prostituirse en varios países de España y Europa; de los niños no se sabe nada. Contamos el caso de una joven nigeriana que fue torturada y violada en su camino hasta Europa, quedando embarazada. Tras dar a luz en Marruecos, la obligaron a cruzar en patera el Estrecho. Al llegar, la dijeron que su deuda era de 50.000 euros. Para asegurarse de que la pagaba, se llevaron a su hijo a un piso en otra comunidad. Tres años después (sin saber nada de su hijo), al caer la banda, ella pudo contar todo a la policía. Aún le costó dos años más conseguir la tutela de su hijo. Otras no tuvieron tanta suerte: una mafia cayó al morir un bebé tras una paliza y seguir la policía el rastro hasta descubrir un piso lleno de niños hacinados. Otra, tras la agresión que recibió su hijo de tres meses y que le provocó parálisis cerebral, al ir al hospital, acabó ella en la cárcel. También contamos el caso de un matrimonio con cinco hijos que, al cruzar la frontera entre Irán y Turquía, huyendo de los tiros que les llegaban desde ambos lados del paso por las respectivas policías fronterizas y por el tratante que les apuntaba con su machete, acabaron separados: el padre con un hijo en Serbia y la madre con los otros cuatro en paradero desconocido. Aún no se han encontrado.
Gracias a Cruz Roja Española, ACNUR, la Delegación del Gobierno de Violencia de Género, la Fiscalía de Extranjería, el Servicio Jesuita a Refugiados y a las religiosas adoratrices (a través de dos de sus proyectos para defender a las víctimas de la trata y la prostitución forzada, Fundación Amaranta y Proyecto Esperanza) por colaborar en la elaboración de este reportaje. Pero mucho más por su acción incansable contra los molinos de viento de la indiferencia social y la incapacidad de las autoridades para combatir con todos los mecanismos legales, policiales y políticos un fenómeno en el que las mafias actúan con la inmensa fuerza de su inhumanidad.
Ahora que todos hablan para formar Gobierno… Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias o Albert Rivera: ¿para cuándo una Ley Integral Contra la Trata, aplicable en todo el Estado y con los mecanismos suficientes? ¿Para cuándo una Ley de Asilo (aprobada en 2009) que al fin tenga un reglamento que la aplique? ¿Para cuándo, en definitiva, un Pacto de Estado Contra la Trata y la Protección de los Menores víctimas de esta? ¿O es que esto no es una emergencia social? ¿O es que no interesa…?
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA
