Natural de Ávila, Luis Miguel Martín, de 51 años, lleva desde los 16 viviendo en Torrejón de Ardoz (Madrid). Padre de dos hijos y diplomado en Marketing, ha trabajado durante más de veinticinco años en multinacionales del ramo de la alimentación. Actualmente, como muchísimos españoles, está desempleado. Un bagaje profesional y vital que ha canalizado en UPyD, siendo coordinador del Consejo Local de Torrejón de Ardoz y miembro del Consejo Político Nacional. Estas pasadas municipales encabezó la lista magenta en su localidad, pero no obtuvo representación. No deja de luchar y mira con esperanza el 11 de julio. Eso sí, reclama una fórmula: unidad, unidad y unidad.

¿Cómo valoras la situación actual de UPyD?

Extraña. Desde que me afilié a UPyD hace siete años, no había vivido una situación igual. A los malos resultados en las urnas se unen las desavenencias internas, que no ayudan a solucionar nada. Los ciudadanos no han valorado la labor realizada por nuestros compañeros en las instituciones ni el trabajo realizado por todos los afiliados y simpatizantes en cada municipio, pero el problema no es el resultado en sí, si no el escenario que esta derrota deja en nuestro partido y en el panorama político, muy difíciles de cambiar ambos.

Con este balance, ¿cómo llega el partido de cara al congreso extraordinario de julio?

Nuestro partido llega, evidentemente, muy débil y dividido. Espero que la imagen que no hemos sabido dar desde las elecciones al Parlamento andaluz hasta aquí cambie. No me gustaría que el tiempo que queda hasta el Congreso Extraordinario sirviera para dividir más, para dejar escapar a más compañeros desilusionados y, sobre todo, no me gustaría que sirviera para buscar el enfrentamiento entre compañeros, ya que el interés de todos es el mismo, que UPyD vuelva a ser un referente nacional.

¿A quién apoyarás para la portavocía y por qué?

Aún desconocemos quién se presentará, pero tengo claro que apoyaré a la candidatura que me ofrezca una mayor confianza y un verdadero proyecto de renovación. Se trata de cambiar, no creo en un Consejo de Dirección que no cuente con la opinión de los afiliados de base para la toma de decisiones importantes y que afecten al futuro del partido. Hay que cambiar muchas cosas en UPyD, y rápido. Es este momento, creo que la mejor opción es la candidatura de Irene Lozano.

¿Cómo valoras la filtración de correos electrónicos de Irene Lozano y otros militantes por parte del actual Consejo de Dirección, y en plena carrera hacia el congreso de julio?

Valoro negativamente tanto los hechos como las formas. Creo que la dirección del partido, desde las elecciones andaluzas, no ha sabido estar a la altura de las circunstancias; han dado la sensación de que solo les preocupaban sus luchas de poder y no las necesidades de los candidatos que representaban al partido. El tema de los correos es más de lo mismo, una manera más de aferrarse al poder. Un Consejo de Dirección no debe tomar partido por una u otra candidatura, debe mantenerse al margen. En cuanto al contenido de los correos, tampoco me parece la manera más loable de hacer las cosas.

¿Cuál crees que debe ser el papel de Rosa Díez ahora que se ha confirmado que no seguirá siendo la portavoz magenta?

Mi opinión es que esta confirmación llega tarde. Rosa Díez debería haberla hecho pública antes de las elecciones municipales para haber podido obtener un mejor resultado electoral. No ha sabido dejarlo a tiempo, a pesar de que muchas voces se lo pedían. Ahora, a partir del Congreso Extraordinario de julio, deberá ser ella quien elija su papel.

¿Qué ha llevado a UPyD a interrumpir su crecimiento en el último año, tras las elecciones europeas de mayo de 2014?

Las causas han sido diversas, desde las campañas orquestadas por los medios de comunicación en contra de los intereses de UPyD hasta no haber sabido leer a tiempo los cambios que los ciudadanos nos pedían. Y lo peor es que en todas ellas hemos tenido culpa en mayor o menor medida. No hemos sabido ganarnos a la prensa, la hemos tratado con prepotencia, no hemos querido ver la realidad, hemos preferido ignorar los datos que arrojaban las encuestas y, lo más grave, no hemos querido hacer caso a lo que los ciudadanos nos demandaban, que era el cambio en la portavocía del partido. Solo aquellas personas que no hayan estado en contacto directo con los ciudadanos podían obviar estas cuestiones. Por otro lado, creo que el partido debería haber estado más profesionalizado en temas como la comunicación y la organización.

¿Qué prioridades debería marcarse el Consejo de Dirección que salga del congreso extraordinario de julio para ilusionar a la ciudadanía y a sus propios militantes?

Es imprescindible volver a obtener representación en las próximas elecciones generales, y, para ello, debemos cambiar la forma de proceder. Por desgracia, hemos podido comprobar que en las pasadas elecciones los ciudadanos han votado a los partidos que han salido en los medios de comunicación, independientemente del trabajo realizado. El Consejo de Dirección debe conseguir que nuestro nuevo portavoz vuelva a estar presente en los medios de comunicación con un mensaje más entendible. Hay una premisa en el mundo de la venta, y es que lo que no se publicita no existe. Pues bien, tenemos que vender nuestro producto y, para ello, debemos publicitarlo en los medios de comunicación. Una vez pasadas las elecciones, el Consejo de Dirección debería organizar un Congreso Ordinario en el que los afiliados puedan decidir cómo llevar este proyecto en el futuro.

¿UPyD puede volver a ocupar el espacio que un día tuvo y aspirar a ser una alternativa real en las elecciones generales de finales de año?

Espero y deseo que así sea, aunque no va a ser fácil. No todo va a depender de nosotros; si fuera así, estaría seguro de que lo conseguiríamos. Va a depender en gran medida de cómo salgamos del próximo Congreso Extraordinario, de si salimos unidos y remando todos en la misma dirección. De si hemos aprendido bien la lección y no cometemos de nuevo los mismos errores que nos han traído hasta aquí.