La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Lydia Blanco: “Irene Lozano es la persona más idónea para sacar a UPyD de la irrelevancia”

Lydia Blanco Rodríguez tiene 22 años y es graduada en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares. Miembro del Consejo Territorial de UPyD Baleares, iba a ser la número 4 en las listas magentas al Parlamento autonómico y la número 6 en las listas al municipio de Marratxí, pero “decidí desvincularme de ellas por coherencia con dos hechos: las discrepancias con el actual Consejo de Dirección y la falta de ilusión por unas elecciones de las que se habían descolgado compañeros a los que aprecio personalmente y admiro políticamente”. Habla especialmente de Juan Antonio Horrach, que encabezaba el proyecto en la región y dimitió recientemente por su falta de sintonía con las últimas decisiones de Rosa Díez. Lydia aún sueña con que todo cambie pronto en su partido. Y quién sabe, algún día puede fructificar un anhelo de su infancia: “La política siempre ha sido una de mis grandes pasiones. Cuando era pequeña, le decía a mi madre que quería ser presidenta del Gobierno”.

¿Por qué te comprometiste en su día con el proyecto de UPyD y qué hace que quieras seguir apostando hoy por el mismo?

Supe que UPyD era mi partido hace aproximadamente cuatro años. La primera vez que tuve derecho a voto, en 2011, no dudé ni un minuto en meter en el sobre la papeleta magenta. UPyD nació de la confluencia de muchos ciudadanos “hartos de estar hartos”. Después de tantos desencantos tanto por parte de la derecha como de la izquierda de este país, por fin surgió una verdadera alternativa política que, lejos de caer en etiquetas, apostaba por aquello que, desde su punto de vista, más beneficiaba a la sociedad, con independencia de la ideología a la que supuestamente tal medida quedaba o debía quedar encasillada. Considero que nuestro proyecto es regenerador, transversal, dinámico, fresco y responsable, y sigo apostando por él en tanto que esos principios no se han visto afectados.

¿Qué razones encuentras que expliquen el descenso del apoyo ciudadano a UPyD, que vaticinan las encuestas y que se plasmó, con toda su dureza, en Andalucía?

Como ya comenté en su día, no somos del agrado del “establishment”, ya que desde nuestros inicios hemos reivindicado nuestra independencia total de manera contundente. No creo en las conspiraciones, si bien es cierto que el derrumbe de UPyD no puede ser pura casualidad. En cuanto al auge de otras formaciones en detrimento de la formación magenta, permíteme que sugiera que no es del todo una casualidad.

Dicho esto, sería ingenuo vender que nuestro descenso se debe cien por cien a este hecho. Se han cometido errores y en las andaluzas, en parte, pagamos por ellos. A día de hoy, no somos buenos estrategas políticos ni buenos comunicadores, y eso se debe, principalmente, a la Dirección del partido, en tanto responsable de su rumbo. En las elecciones andaluzas del pasado 22 de marzo, centramos nuestros esfuerzos en ondear la bandera de la anticorrupción, y en las urnas quedó demostrado que Martín de la Herrán y Rosa Díez no acertaron en su apuesta. Propuestas de comunicación y marketing tales como “la vacuna contra la corrupción”, portando batas blancas de médico, o las bayetas magentas no llegaron a los andaluces. La intención era buena, pero no fue efectiva.

Más allá del silencio de los medios, que consiguen que los magenta parezcan ya una especie en extinción, ¿en qué ha fallado UPyD?

Quizá me he anticipado a esta cuestión en la pregunta anterior, pues están íntimamente relacionadas. Nuestro punto débil es la estrategia política y la comunicación. Hay que trabajar en aras de solucionar esas notorias carencias. Preguntémonos por qué se dan las bajas en afiliación –que todo partido tiene, pero me preocupo por el mío–, por ejemplo, y escuchemos a aquellos que están perdiendo la ilusión en nuestro proyecto; démosles un motivo para seguir luchando o incluso para volver a unirse a la lucha. Ese es el espíritu que hizo nacer Renovadores UPyD.

¿Crees que se ha hecho verdadera autocrítica en los espacios de dirección del partido?

No, en absoluto. De hecho, digámoslo claramente: se han producido muchas bajas y dimisiones por ese dichoso inmovilismo. Yo, pese a haberme borrado de las listas al Parlament Balear y al Ayuntamiento de Marratxí por discrepancias, decidí continuar en el Consejo Territorial porque creo en mi partido –no en cómo algunos quieren llevarlo– y voy a seguir aquí hasta que así sea.

¿Cómo vives la crisis interna en las últimas semanas, a nivel nacional y en tu ámbito local?

Lo cierto es que el concepto “crisis interna”, al menos autonómicamente, es tabú, bajo aquello de que “lo importante ahora son las elecciones”. Algunos se empeñan en negarla y otros trabajamos por salir de ella uniendo fuerzas, con independencia de que haya o no elecciones.

¿Entiendes la salida de tantos compañeros o esperarías que hicieran fuerza en el congreso extraordinario de junio para impulsar una alternativa en el liderazgo del partido?

Puedo llegar a entender que muchos compañeros hayan decidido tirar la toalla, quemados por el nulo resultado positivo en que ha derivado todo su esfuerzo. Me entristece. No obstante, yo apuesto por seguir, seguir y unir fuerzas entre los que no compartimos posturas victimistas y creemos que no se han asumido responsabilidades que tendrían que haberse asumido.

¿A quién apoyarás en el Congreso y por qué?

Hasta el momento y que tengamos noticia, solo habrá dos candidaturas para hacerse con el liderazgo del partido en el Congreso Extraordinario de junio: la oficialista –triste etiquetar, pero inevitable–, apuesto que encabezada por Andrés Herzog, y la que representa Irene Lozano. Sin duda, dos –posibles– candidaturas fuertes. Admiro mucho a Andrés como abogado y aplaudo el duro esfuerzo que ha realizado en pro de la lucha judicial contra la corrupción, pero creo con toda sinceridad que la persona más idónea para sacar a UPyD de la irrelevancia en la que nos encontramos actualmente inmersos es Irene, por varias razones: su frescura, cercanía, transversalidad, espíritu de equipo y capacidad de diálogo, todo ello conjugado con un tremendo sentido de la responsabilidad.

¿Qué habría de caracterizar ese nuevo liderazgo en UPyD para que ilusionéis de nuevo a la ciudadanía?

Los ciudadanos quieren caras nuevas y jóvenes, es un hecho innegable y así nos lo han transmitido. Rosa Díez ha hecho mucho por el partido: gracias a ella, UPyD existe a día de hoy y valoro la entereza y buena voluntad que ha demostrado desde que empezó en el mundo de la política. Se aventuró en la creación de un nuevo partido desde la nada por coherencia y fidelidad con sus principios teniendo un sillón asegurado en Europa en representación del PSOE. Merece para mí, por ello y mucho más, todos los respetos y mi más profunda admiración. No obstante, su tiempo se ha acabado, su etapa ha terminado. Y no lo digo yo, lo dicen las urnas. Las características que deben marcar al nuevo líder de UPyD son exactamente las que considero que, a día de hoy, se ven reflejadas en Irene Lozano. Sin ella, sería muy difícil que pudiéramos seguir adelante.

¿Eres partidaria de establecer alianzas con Ciudadanos? En caso afirmativo, ¿de qué tipo?

Siempre me he mostrado reacia a establecer negociaciones de ningún tipo con Ciudadanos, y es un hecho que puede constatarse en las redes sociales. porque así lo he manifestado de manera abierta en algunas ocasiones. Sin embargo, ya no solo se ha producido una modificación en las fichas del juego, sino que incluso también hasta ha cambiado el tablero. Con esto quiero decir que, actualmente, creo que no hay espacio electoral para ambos partidos porque la gente así lo estima.

Dicho esto, no apoyo una fusión porque considero necesaria la independencia de UPyD, pero sí me muestro totalmente a favor de una idea: llevar a cabo pactos concretos y puntuales en los lugares y ámbitos en los que fructificara un diálogo sincero entre ambas formaciones.

¿Cómo imaginas la España de enero de 2016, tras todas las citas electorales que tenemos por delante? ¿Esperas un panorama más ilusionante o crees que este estará marcado por más incertidumbres que soluciones?

Lo cierto es que nuestro escenario político, actualmente, es tremendamente volátil. Creo que se está produciendo una transición bipartidismo-pluralidad política en toda regla y que, de ahora en adelante, todos los partidos nos veremos obligados a dialogar y llegar a acuerdos entre nosotros. Veremos en qué condiciones se lleva a cabo ese entendimiento y si logramos aquello por lo que UPyD, como pioneros, hemos apostado: la regeneración democrática.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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