Tras dos semanas de tensión soterrada, algo parece haberse roto hoy definitivamente en UPyD. Toni Cantó, uno de sus grandes talentos y rostros más esperanzadores, ha entregado el acta de diputado y ha anunciado que no se presentará a las autonómicas valencianas. Sigue de militante para defender su postura de renovación en el congreso del partido que se anuncia para junio. El riesgo es que, cuando ese día llegue, tal vez no haya ya UPyD.
Y no digo tanto esto por el previsible hundimiento en las autonómicas y municipales de mayo, que ya parece imparable; al menos en cuento a presencia en los ejecutivos regionales. Lo sugiero por la posibilidad real de que el partido se rompa en dos, que sería lo realmente dramático. Para evitar esto, y aunque parezca hoy algo utópico, propongo la única alternativa que considero que podría devolver la unidad a los magenta y, desde ahí, reconstruir la ilusión de los suyos. La misma pasa porque, en el congreso de junio (que sería providencial si se adelantara a antes del 24 de mayo), Rosa Díez dé un paso generoso a un costado y se elija a otra persona para liderar la formación. Ahí tengo claro que la candidata ideal sería Irene Lozano, aunque obvia decir que el mejor líder será el que elijan los militantes. Una vez consumado este cambio, la persona elegida para comandar UPyD debería, sí o sí, anunciar que cuenta con Rosa Díez, el alma del partido, y proponerla para un puesto de la máxima importancia, no figurativo. Por supuesto, eso lo deberían refrendar luego los militantes.
Una vez cerrado este punto, habría que coger el toro por los cuernos y tomar una postura definitiva sobre la relación con Ciudadanos. Ahí también tengo claro que lo único que salvaría la unidad y la esencia del partido sería firmar un acuerdo marco en el que se rechazara toda posibilidad de fusión con C’s, que no la apuesta por un diálogo sincero que pudiera fructificar en determinadas alianzas en instituciones específicas… Como con cualquier otro partido, por cierto.
UPyD ha de mantenerse independiente e insobornable, sí. Es el único partido que defiende una serie de reformas estructurales que llevarían a la regeneración de una España más moderna y más democrática, sí. Pero se ha acabado ya el tiempo de hacer como que el resto de partidos no existen y no entrar a formar parte activa de los Gobiernos de las instituciones. Si no, simplemente, se habrá acabado el tiempo de UPyD.
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA
