La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Rosa Díez no es Adolfo Suárez (ni UPyD es UCD)

Hoy, mientras se celebra el Consejo Político que definirá el mañana de UPyD (su fortalecimiento o su muerte), son muchos los que hacen similitudes entre Rosa Díez y Adolfo Suárez, afirmando que, si se va la líder, ocurrirá como con la UCD, que se extinguió al marcharse el presidente mientras los perros devoraban la carne que, inexorablemente, por la traición cometida, languidecía. No estoy de acuerdo. Y no hablo de valías personales: siempre digo que los políticos a los que más he admirado son Santiago Carrillo, Adolfo Suárez y, de mi tiempo (tengo 32 años), Rosa Díez. Pase lo que pase hoy, así seguirá siendo.

Hablo de los partidos. A Adolfo Suárez, un líder construido a base de coraje y sentido de la responsabilidad, se lo comieron sus propios compañeros, que constataban que su avaricia por el poder y sus lagunas como gobernante en tiempos de relativa paz abocaban a la UCD a la desaparición. Y así fue. Tras hacerle la vida imposible y forzarle a dimitir, UCD se dio el batacazo del siglo y desapareció. ¿Por qué? Porque los que siguieron con el legado estaban desunidos, solo tenían afán de poltrona y, en el fondo, nada les unía salvo Suárez. Es decir, que UCD estaba muerta ya antes de irse su líder.

No ocurre así, en absoluto, en el caso de Rosa Díez. Ella es el alma de UPyD, pero este partido es mucho más. Para empezar, su base de militantes, quijotes que aspiran a una España equitativa y decente, y que tienen que hacer frente a los poderosos molinos: los partidos grandes, que son empresas al servicio de lobbys; y los gritones populistas, que denuncian con buen ojo lo que está mal, pero que, a la hora de proponer soluciones, solo miran por unos pocos y no por el conjunto de una sociedad española que es ciertamente compleja.

A continuación, tras la mejor militancia, están las caras visibles de UPyD. Todos ellos gente valiosa, creativa, constructiva, apasionada y generosa. Hablo de Irene Lozano, Toni Cantó, Carlos Martínez Gorriarán, Álvaro Anchuelo, Gorka Maneiro, Luis de Velasco, Ramón Marcos, David Andina, Beatriz Becerra, Maite Pagazaurtundúa, Martín de la Herrán, Andrés Herzog, Ignacio Prendes, Eva María Sánchez… La lista continúa, y mucho. El caudal de talento y decencia es inmenso. Son personas responsables y comprometidas con una España diferente. Como diversos son entre ellos. Unos creen que Rosa Díez debe seguir, y otros que ha de dar un paso a un lado (nunca hacia atrás). Todos defienden lo que creen que es mejor. No hay traidores a la vista. Y decir eso es una barrabasada.

Rosa Díez y Adolfo Suárez no son iguales. Uno se tuvo que ir (para luego volver, con otras siglas) entre escupitajos de los suyos. Hoy espero que Rosa Díez sea generosa y dé un paso necesario. Puede echarse a un lado en medio de la debida gratitud de los suyos. Y cualquiera de los suyos puede devolver a UPyD (un partido fuerte y real, no la amalgama de UCD) a donde se merece: a retomar la ilusión en la ciudadanía y hacer ver que su proyecto es el que nos traerá una España más justa.

Espero que hoy, tras pasar su noche oscura, resucite UPyD. España lo necesita.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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