La Hora de la Verdad

Miguel Ángel Malavia

Una historia de amor

Elena y Andrés entran cogidos de la mano a una sala iluminada con tenues velas y regida por un ambiente excesivamente cargado. Los presentes los radiografían con la mirada al instante, no perdiendo detalle de su fisonomía, así como de su gesto nervioso. Es un club de intercambios de pareja. Solo un rato después, Elena será cabalgada por un calvo y Andrés eyaculará sobre el pecho de una mujer que bien podría ser una desconocida compañera de oficina.

Lo cierto es que Elena y Andrés han hecho trampa: no son pareja. Ni siquiera sabían el uno del otro hasta hace muy poco. Enganchados al magnetismo de La habitación oscura, la última novela de Isaac Rosa, ambos se conocieron dos días atrás en un foro literario. Tras intercambiar un par de comentarios que versaban sobre la inmensa fuerza del erotismo cuando esconde un misterio, en seguida prosiguieron la charla virtual por correo electrónico. Sin apenas pensárselo, decidieron verse esta misma noche para cumplir un anhelo prohibido y sin aparentes cargas; esto es, disfrutar del vacío placer sexual con desconocidos y cumpliendo falsamente con el precepto de estar acompañados de su pareja.

En un momento dado, Elena y Andrés se cruzan las miradas. Ella está agachada ante su calvo y él ha vuelto a la carga, ahora por detrás, con quien podría haber sido su compañera de oficina. Sin un motivo aparente, sorprendiéndose a sí mismos respectivamente, los dos sienten celos de que su “pareja” se esté abandonando a otra persona. Puede ser puro morbo, pero parece que va más allá cuando un leve roce entre ambos (es lo que tienen las orgías) despierta, de repente, un torrente de fuego. Quedándose todos los presentes anonadados por el gesto, Elena y Andrés se sueltan impetuosamente de los cuerpos que los sostienen y, en apenas un segundo, ambos yacen ensartados en medio de la sala, devorándose con una pasión desaforada. El orgasmo que culmina la escena es tan brutal que parece como si la habitación entera se tambaleara.

Diez minutos después, Elena y Andrés salen del club agarrados de la mano y paseando de un modo pausado, refugiados en el instante de reposo y paz. Caminan en silencio. Van a la casa de ella, solo a dormir ya. Mañana tendrán la primera muestra de que unas extrañas circunstancias, más allá del morbo, unieron dos caracteres compatibles y dos perspectivas de la vida en el fondo muy paralelas. No lo saben hoy, como tampoco lo conocerán mañana, pero acabarán compartiendo el resto de sus vidas. Puede parecer un sinsentido, pero no lo es, como lo demostrará un futuro preñado de unión y felicidad, pese a las pruebas y baches del común de los mortales. Eso sí, de vez en cuando, tendrán que superar la imagen grabada a fuego del otro disfrutando voraz y despreocupado de lo que en su día parecía un simple juego. Pero les bastará con cerrar los ojos y darse un beso.

Son Elena y Andrés. Una historia de amor. Como cualquier otra.

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA

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Autor

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

Miguel Ángel Malavia

Conquense-madrileño (1982), licenciado en Historia y en Periodismo, ejerce este último en la revista Vida Nueva. Ha escrito 'Retazos de Pasión', ¡Como decíamos ayer. Conversaciones con Unamuno' y 'La fe de Miguel de Unamuno'.

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