Los hipotecados tendrán un respiro en 2009

(PD).- Las campanadas que den comienzo a 2009 marcarán el fin de la pesadilla vivida por las familias que cargan con una hipoteca. El mal sueño ha durado estos tres años y medio en los que el Euríbor ha corrido desbocado desde el 2,1% de mediados de 2005 hasta su techo histórico del 5,39%, alcanzado en julio de este año.

Subraya Luis Doncel en El País que las buenas noticias no se limitan a que el índice que condiciona la mayoría de préstamos cerrara el pasado noviembre con una importantísima rebaja y que este mes vaya a ocurrir lo mismo.

Es que la mayoría de analistas coinciden en que en el año que comienza en poco más de una semana el tipo hipotecario oscilará entre el 2,5% y el 3%.

Con una economía que necesita urgentemente algún rayo de optimismo, todos estos porcentajes tienen un efecto benéfico no sólo en los hogares que pagan al banco por el piso donde viven o por otros préstamos al consumo, sino en las empresas cuya deuda está ligada al Euríbor.

Y los más beneficiados serán los que firmaron hipotecas a plazos más largos, ésas a las que la mayoría de familias se han visto abocadas en los últimos años por el disparatado incremento de los precios de la vivienda.

Pero vayamos a los ejemplos más rotundos. Los que firmaran un préstamo a 40 años y tengan que revisarlo en julio del próximo año se encontrarán con una cuota mensual un 34% inferior a la que pagaban hasta entonces -si el Euríbor ya ha caído hasta el 2,5%-, o una tampoco desdeñable caída del 29% -en el caso de que el índice todavía esté en el 3%-.

En dinero contante y sonante, esta rebaja supondría un ahorro en el entorno de los 250 euros mensuales para los que tengan una hipoteca media de 150.000 euros con un diferencial del 0,5%.

Esta rebaja caerá como agua bendita para los que se habían acostumbrado a pagar cada vez más al banco. Porque los que contrataron hipotecas a 40 años se dejaban el pasado mes de julio hasta un 60% más de lo que hacían tan sólo tres años atrás. Un golpe fenomenal para los presupuestos familiares que han visto cómo cada día se hacía más cuesta arriba llegar a fin de mes.

De la mano de este encarecimiento ha llegado el importantísimo repunte de la morosidad en la banca. De los 600.000 millones de euros que debían las familias españolas a mediados de año por la compra de la vivienda, el 1,3% se consideraba de dudoso cobro. Este porcentaje era tan sólo un año atrás del 0,5%.

No todo el mundo verá rebajas tan sustanciosas. Pero si no hay ninguna sorpresa que haga que los bancos aumenten sus recelos a prestarse dinero entre sí -que es lo que al fin y al cabo marca el Euríbor-, las familias podrán destinar a otras necesidades entre un 9% y un 34% de lo que hasta ahora se dejaban en pagar el piso (consúltese el gráfico para cada caso).

El que estas familias ahorren más o menos dinero dependerá en gran medida de cuándo tengan que revisar su préstamo. Porque en el año que ahora acaba el Euríbor se ha disparado y en los dos últimos meses ha caído en picado. Y mayor será la rebaja cuanto más alto estuviera el índice en el último mes en el que se hubiera actualizado la hipoteca.

El hombre que tiene en su mano que todos estos pronósticos se hagan realidad es Jean-Claude Trichet. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) ya acometió a principios de mes la mayor bajada de tipos adoptada nunca por la institución que encabeza, dejando el precio oficial del dinero en el 2,5%.

Todos los analistas coinciden en que Trichet volverá a recortar los tipos a comienzos de 2009. La duda es si se conformará con el 2% o si, una vez disipado el peligro de la inflación y con la recesión ya instalada a sus anchas en Europa, tomará una decisión más agresiva al bajar los tipos hasta el 1,5%. A esta última hipótesis se apunta el Servicio de Estudios del BBVA, Analistas Financieros Internacionales y el consultor de la Reserva Federal Santiago Carbó.

Juan Iranzo, director del Instituto de Estudios Económicos, es de los que piensan que el BCE no debe ir tan lejos. «Aunque los problemas de inflación han desaparecido, los tipos no debería bajar más del 2%. Eso supondría unos tipos reales negativos, lo que favorecería la aparición de una nueva burbuja que, aunque ahora no la veamos, volvería a causar problemas en el futuro», señala.

Y a pesar de que el diferencial entre los tipos oficiales y el Euríbor sigue estando en máximos, los expertos apuntan que tenderá a reducirse en los próximos meses. «Ya hay indicios de que los bancos se están prestando más dinero entre sí, aunque el crédito interbancario actual es de un 45% inferior al de hace un año. Tenemos todo 2009 para volver a la normalidad», apunta Santiago Carbó.

De vuelta al presente, es seguro que el Euríbor de diciembre volverá a caer con fuerza, después de que el mes anterior registrara el mayor descenso en sus 10 años de vida. Faltan todavía ocho días laborables para conocer el dato definitivo, pero el índice hipotecario se situará este mes en torno al 3,4%. Otra alegría que traerán los Reyes a los que actualicen su préstamo en enero.

Un índice muy cuestionado

Cada mañana, 43 entidades financieras -casi todas europeas, entre ellos las españolas Santander, BBVA y la Confederación de Cajas de Ahorros- toman una decisión que repercute en el bolsillo de millones de ciudadanos. Fijan el precio al que se prestan dinero entre sí. De estas decisiones privadas se extrae el Euríbor diario. Y con la media de los datos de cada día se calcula el hipotecario, el índice que afecta directamente a familias y empresas.

Pero en los últimos meses han surgido voces que dudan de que el Euríbor sea el referente adecuado para fijar el precio de los préstamos. A las palabras del propio presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, que amenazó con mantener los tipos si el Euríbor no reflejaba lo suficiente las bajadas del precio del dinero, se unen los que dudan de su representatividad.

«Existe un diferencial excesivo entre los tipos oficiales y el Euríbor. Pero además crece el diferencial que las entidades cobran por prestar dinero», señala el consultor de la Reserva Federal de EE UU Santiago Carbó.

También se ha cuestionado al equivalente británico del Euríbor, el Líbor, en este año de tormentas financieras. Después de que los bancos británicos se quejaran de que algunos rivales podrían estar ocultando los precios reales a los que ofrecían dinero para no reconocer que otras entidades les trataban como si tuvieran problemas, la asociación británica de la banca respondió que controlaría más el proceso de fijación del Líbor.

Además, la Asociación de Bancos Europeos se vio obligada hace meses a desmentir una información que anunciaba un inminente cambio en el cálculo del Euríbor.

A pesar de las críticas, hoy por hoy parece difícil encontrar otro referente que cumpla el papel del Euríbor. El mayor problema es que no existe una alternativa clara y lo complejo que sería el proceso de sustitución.

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