EEUU dejó que el desastre de las hipotecas de riesgo se «cocinara» durante años

EEUU dejó que el desastre de las hipotecas de riesgo se "cocinara" durante años

(PD).-«En este informe voy a presentar un documento sorprendente», escribe el experto Gary North en su web. No habrá tenido noticias de ello. Constituye el corazón de la actual crisis inmobiliaria residencial. Tiene que ver con préstamos a embusteros. A estas alturas, el término «préstamo del embustero» es común. Compradores de casas en potencia que proporcionaron información falsa a los representantes de las firmas de negociación hipotecaria.

Las firmas de negociación hipotecaria sabían que había personas que hacían esto, pero no hicieron nada ante la práctica. Su bien remunerada labor consistía en pasar la documentación a una agencia creada por el gobierno, bien Fannie Mae o Freddie Mac, que a continuación vendía paquetes diversificados científicamente de hipotecas estadísticamente seguras a los inversores.

Parte de estos inversores eran fondos de riesgo. Ellos a continuación tomaron prestado dinero a los bancos de inversión y hasta un baremo de 32 a 1 (Carlyle Capital) para adquirir aún más paquetes de hipotecas estadísticamente seguras. Todo el mundo fue feliz hasta que la realidad entró en escena con prestatarios que mentían, y cuyos ridículos ingresos no les permitían seguir financiando sus hipotecarse mensuales. En agosto de 2007 el castillo de naipes comenzaba a derrumbarse. Los expertos se vieron sorprendidos.

Los reajustes de los tipos de interés hipotecario se prolongarán hasta 2009. El proceso apenas acaba de finalizar a medias. Mientras tanto, la recesión se ha presentado. De principio a fin, de cabo a rabo, toda la estructura se basaba en mentiras. Empezaba por esta: «Soy agente del gobierno, y estoy aquí para ayudarle». Esta es la tercera mentira más ampliamente creída de la historia, justo después de esta: «Y la serpiente dijo a la mujer, no morirás: porque Dios sabe que en el día que comáis, vuestros ojos se abrirán y seréis como dioses, conociendo bien y mal»; y esta: «Por supuesto que te respetaré por la mañana como persona».

EL GRAN SUEÑO AMERICANO

Todos recordamos la película de 1946 It’s a Wonderful Life. Se centra en torno a la financiación del gran sueño americano de una familia: tener una casa en propiedad. Nos encanta la película porque trata de un hombre al que un ángel le muestra que su vida realmente tuvo sentido. De esa manera, nuestras vidas también tienen sentido. A todos nos gusta creer que también tenemos un ángel de la guarda, aunque quizá no tan incompetente como Clarence.

El alter ego de Jimmy Stewart era el banquero de la ciudad, el señor Potter. Era un embustero y un ladrón, agasajando a los pecadores ciudadanos de la ciudad (como vemos en la secuencia de Pottersville) y los sucedáneos del agradable pero estúpido Tío Billy. Potter utilizaba el sistema de préstamos público para pedir prestado a bajo interés y prestar a interés medio. El Bedford Falls Building & Loan tomaba prestado a bajo interés y prestaba a interés elevado. Potter pudo sobrevivir en la gerencia del banco porque su banco disponía de reservas líquidas y activos que podía vender. El Building & Loan sobrevivía porque George Bailey disponía de reservas de líquido — el dinero de su luna de miel — y un cajero que ponía fin al horario del banco a las 6 de la tarde y no dejaba que se prolongase hasta el día siguiente, lo cual obviamente hacía cuando tenía noticias de que el dinero de la luna de miel de Jimmy había desaparecido. Potter era un embustero: le prestaban dinero a medio plazo. George Bailey era un embustero mucho mayor: le prestaban a largo plazo.

La Federal Deposit Insurance Corporation fue creada en 1933 por la administración Roosevelt como parte de la Ley Glass-Steagall. Esto rescataba a los mini-embusteros: los banqueros. El oligopodio de ahorros y préstamos a continuación presionó al Congreso para proporcionar algo similar, lo cual el Congreso hizo: la Federal Savings & Loan Corporation era creada por la Ley de Vivienda Pública de 1964. Esto rescataba a los embusteros aún mayores.

El sueño americano era extendido a las masas por medio del seguro público contra descubiertos por parte de inversores — que pensaban erróneamente que eran depositarios — en ahorros y préstamos. Esto hizo más por establecer la política de financiación de compras mediante interés bajo que nada que haya pasado en la historia. El mundo de las inversiones vio el potencial lucrativo. La estrategia en la que un inversor vende con un tipo de interés bajo y utiliza los fondos para adquirir una propiedad de valor más elevado no ha hecho sino crecer desde entonces.

¿Pero quién garantiza al ciudadano corriente que se beneficia de esa estrategia? ¿Quién dispone de suficientes recursos para rescatar a los empresarios de fondos de riesgo en busca de beneficios y esquivando pérdidas, que decidieron que el tipo de interés extendido entre el dinero a corto plazo pagado por los bancos de inversiones y el dinero a largo plazo abonado por los prestatarios simplemente era demasiado tentador? En resumen, ¿quién irá al rescate de nuestra generación de George Baileys? ¿El Congreso? Lo hizo durante el colapso de préstamos de 1986. Pero el déficit federal presupuestario se estima en 410.000 millones de dólares este año. Este déficit se acelera. ¿Entonces, qué tal el sistema de la Reserva? Puede canjear las hipotecas después de todo no tan estadísticamente seguras por obligaciones del tesoro, pero solamente hasta que agota la deuda, quedando alrededor de 800.000 millones. Entonces tendrá que poner divisa en circulación. Montones de divisa.

MENTIROSO, MENTIROSO

Vivimos en una economía FIRE: financiación, seguros y mercado inmobiliario. La aseguradora crucial hoy es la federal — asumida explícita, implícita y ampliamente incluso cuando legalmente brilla por su ausencia. Las grandes instituciones se consideran demasiado grandes para quebrar, lo que significa demasiado grandes para que el gobierno permita que quiebren. Piense en Bear Stearns. De manera que las promesas del gobierno sirven como respaldo de último recurso realizado a los mayores practicantes de la estrategia de financiación de propiedades mediante venta en corto.

El grado de la participación del gobierno federal en los mercados inmobiliarios residenciales puede verse en la ley que gobierna los préstamos del embustero. Tiene que leer la siguiente ley. Me doy cuenta de que nadie aparte de los abogados lee un documento así. Tiene dos oraciones. Una de ellas es de 291 palabras. Solamente los abogados redactan oraciones de 291 palabras. No obstante, le pido que la lea.

He aquí lo que debe comprender tras leerla. En el mercado inmobiliario residencial no queda esquina ni resquicio que no esté cubierta por esta ley. El alcance del control del gobierno, que se deriva de la protección gubernamental al préstamo inmobiliario, es enorme. ¿Cómo de enorme? Léalo usted mismo.

Quien quiera que presente una falsa declaración o documento con conocimiento de causa, o que con disposición tase al alza una propiedad, un terreno o un valor, con el propósito de influenciar en cualquier sentido la acción de la Farm Credit Administration, la Federal Crop Insurance Corporation o una compañía de protección de la Corporation, la Secretaría de Agricultura actuando a través de la Farmers Home Administration o la agencia sucesora, la Rural Development Administration o su agencia sucesora, cualquier banco agrícola, asociación de crédito, asociación agrícola, banco de cooperativa, o cualquier división, funcionario o empleado de las mismas, o cualquier corporación agrícola de crédito nacional establecida en cumplimiento con la ley, o un banco federal, una asociación bancaria federal, un banco del sistema de la Reserva, una compañía de inversiones pequeña, según lo definido en la sección 103 de la Ley de Inversión de la Pequeña Empresa de 1958 (15 U.S.C. 662), o la Administración de la Pequeña Empresa en relación a cualquier provisión de esa Ley, una entidad de crédito federal, una entidad de crédito de respaldo público, cualquier institución cuyas cuentas estén garantizadas por la Federal Deposit Insurance Corporation, la Office of Thrift Supervision, cualquier banco de préstamo federal, la Federal Housing Finance Board, la Federal Deposit Insurance Corporation, la Resolution Trust Corporation, la Farm Credit System Insurance Corporation, o la junta nacional de administración de crédito o cualquier agencia o banco extranjero (según los términos fijados en los párrafos (1) y (3) de la sección 1(b) de la Ley Internacional de Banca de 1978), o una organización sesionando al amparo de la sección 25 o la sección 25(a) [1] de la Ley de la Reserva, en cualquier aplicación, respaldo, descuento, compra o acuerdo de compra, acuerdos de recompra, compromiso o préstamo o cualquier cambio o extensión de lo mismo mediante un renovación, cancelación de acción o similares, o la aceptación, liberación o sustitución del valor de la misma, será multado con un máximo de un millón de dólares o pena de cárcel de un máximo de 30 años, o ambas cosas. El término entidad pública de crédito incluye las actividades de crédito adscritas a las leyes de cualquier estado de los Estados Unidos, el distrito de Columbia o cualquier colonia, territorio o posesión de los Estados Unidos.

¿Lo ha leído? Si es así, espero que haya observado este pasaje: «… será multado con un máximo de un millón de dólares o pena de cárcel de un máximo de 30 años, o ambas cosas». He aquí la realidad insalvable: el gobierno federal dejó que el desastre de las hipotecas de riesgo se preparara durante muchos años. Esta ley nunca entró en vigor. Nadie en todo el fraude de préstamos garantizados por el gobierno se preocupó de ella. Los burócratas estaban demasiado metidos en el ajo desde el principio. Todas las poses por parte de políticos sobre prestatarios explotados que perdieron sus casas — embusteros — y la necesidad de aprobar nuevas leyes en el Congreso para evitar que los agentes hipotecarios sin escrúpulos — embusteros — exploten al pobre de nuevo en algún momento, y también para impedirles poner en peligro la solvencia de las instituciones financieras de la nación — embusteras — no es sino discurso de campaña en año electoral por parte de los mayores embusteros de todos: los políticos.

¿Necesitamos más leyes? En absoluto. Una ley que impone una multa de un millón de dólares y 30 años de cárcel es más que suficiente. Las elevadas penas de esta ley fueron concebidas para hacer que la gente lo tomase en serio. Pero no fue tomada en serio. Nadie tuvo nunca intención de hacer valer la ley. Nadie lo hizo nunca. Todo fueron gestos por parte de los políticos. La mayor burbuja inmobiliaria de la historia americana, 1995-2005, tuvo lugar bajo los vigilantes ojos de toda la burocracia inmobiliaria federal, la burocracia convocada en virtud de la ley. Nadie en el gobierno realizó ninguna advertencia. Nadie en el gobierno vio venir la burbuja. Nadie en el gobierno lo identificó como una burbuja. Se hicieron declaraciones, se extendieron los préstamos, se contrajeron las hipotecas y se volvieron a vender de nuevo. La estrategia hizo su labor. Y ahora delante de los bancos hay una cola.

No, borre eso. No hay colas. En suma, hay precios en caída libre en el sector hipotecario científicamente respaldado porque los inversores ahora ven que esas hipotecas, de máxima evaluación según firmas independientes (lo dicen), son en realidad paquetes de promesas realizadas por embusteros. Todo el mundo lo sabía. Esta es la famosa idea central. Todo el mundo lo sabía. A nadie le importaba. Vivimos en una economía construida sobre mentiras. Todo el mundo sabe. A casi nadie le importa. ¿A usted le importa? Si es así, ¿se ha hecho usted para protegerse?

¿QUIEN ASEGURA A LAS ASEGURADORAS?

La Federal Deposit Insurance Corporation respalda depósitos bancarios de hasta 100.000 dólares. Mantiene alrededor de un centavo en reserva (en valores de activo) por cada dólar de depósito garantizado. ¿Quién garantiza los valores? La Reserva ¿quién protege a la Reserva? Nadie, no necesita seguro. Puede poner dinero en circulación.

Entonces, ¿quién asegura el poder adquisitivo del dólar? Los bancos centrales del mundo, que poseen dólares como reserva legal de sus propias divisas. ¿Qué pasa si deciden no sumar a sus activos en dólares? Ese es el fallo definitivo hoy. Si los embusteros conocidos como banqueros de los bancos centrales deciden que los embusteros de nuestros bancos centrales ya no son de fiar, tendrá lugar un masivo descarte de la deuda de Hacienda. Ya no habrá colas delante de los bancos americanos. En su lugar habrá precios disparatados de los bienes importados. Habrá elevados tipos de interés nacionales porque los bancos centrales extranjeros ya no estarán comprando más deuda. Habrá paro. Habrá quiebras. Habrá descubiertos. Por encima de todo, habrá descubiertos. Los embusteros quedarán en evidencia como embusteros. Las promesas no serán respetadas. Cuando los cheques de Washington ya no sirvan para comprar nada, empezará la enorme transformación política. Las promesas no se verán honradas. Asumo que ya sabe esto. La economía sustentada en mentiras se derrumbará. También el orden político.

¿Cuándo tendrá lugar esto? No lo sé. Pero lo hemos visto suceder en nuestro tiempo. La Unión Soviética se derrumbó en tres días: entre el 19 y el 21 de agosto de 1991. Nadie predijo esto. La crema y la nata de Occidente no lo vio venir. Un hombre lo sospechó e hizo lo que pudo por catalizarlo: Juan Pablo II. Pero los políticos fueron universalmente sorprendidos en la inopia.

La URSS tenía 140.000 millones de dólares en deuda con Occidente en 1991. Occidente está ahora en deuda con Rusia por valor de 500.000 millones de dólares. Nadie predijo eso tampoco.

ELIJA CUIDADOSAMENTE A SUS EMBUSTEROS

La economía moderna se levanta sobre deuda Se levanta por tanto sobre promesas de pago. Por tanto se levanta sobre mentiras. En calidad de inversores, tenemos que examinar los naipes e intentar apartarnos del siguiente en caer.

Si todos ellos se vienen abajo, la división del trabajo se viene abajo. Entonces la mayor parte de nosotros moriremos. Piense en un mundo sin dinero digital. Los trenes dejarán de funcionar. Los camiones dejarán de circular. El gobierno intervendría y forzaría algunas distribuciones, como las de carbón a las plantas de las grandes ciudades. Pero también el gobierno tendría un problema: cómo sufragar a los burócratas y las tropas. De manera que la mayor parte de nosotros no podemos hacer planes de cara a un colapso total de los bancos. Eso destruiría la civilización occidental. Tenemos que asumir que algunas mentiras se aceptarán aún, y que algunas promesas serán honradas. ¿Pero cuáles?

Creo que es sensato disponer de reservas que no sean digitales. Los números virtuales no se pueden comer. Pero si sus vecinos se mueren de hambre, las reservas no valdrán de mucho. Este es el motivo de que no debamos intentar prepararnos hoy para un colapso total. No se lo puede permitir. Espero que disponga de 6 meses de gasto familiar en reserva. Podría perder su puesto de trabajo. Y si no, ¿qué hay de su cónyuge?

Hoy, la mayor parte de las familias americanas dispone de dinero para 19 días de gasto. La gráfica del declive desde el año 2000 es impactante. No se debe seguir a la mayoría en esto.

CONCLUSIÓN

El tejido de mentiras que mantuvo en pie el mercado de las hipotecas de riesgo fue concebido por la crema y la nata. Permanecieron ciegos a lo que se avecinaba. Ya ha hecho desaparecer más de 200.000 millones de dólares en activos. Se nos asegura que lo peor ha terminado. ¿Pero quién nos asegura esto? Los asalariados en un terreno moribundo: la prensa y las cadenas de televisión. Los mal informados que rondaban a los embusteros. Se nos asegura que los embusteros saben lo que salió mal y no dejarán que suceda de nuevo.

Vuelva a leer la ley de los embusteros. Eso le dará alguna indicación de lo serios que son los embusteros. Hoy no son más serios. Cuando le digan que lo peor ha pasado, prepárese para lo peor.

Gary North es autor de Mises on Money y también de la serie de 20 volúmenes An Economic Commentary on the Bible.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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