En mi última crítica de 2018 tengo el gusto de escribir sobre «Destroyer», un film diferente, con una estética impresionante, una dirección de Karym Kusama inteligente y una actuación de una irreconocible Nicole Kidman que está apabullante, fría y descarnada.
Cine negro en estado puro con una historia sin florituras, seca y desagradable, como un tiro a bocajarro en el centro de la frente, donde la venganza se sirve en plato helado, con unos compañeros de atracos, drogas y sexo que se vuelven a ver las caras después de `long time ago´.
Por poner un `pero´, creo que el maquillaje de la Kidman no está conseguido y la historia de la relación con su hija está muy manida.
Un thriller distorsionador que no te puedes perder en 2019.
4 ★★★★