Si el guion de este Western es algo en principio manido, donde los blancos malos maltratan y persiguen a los negros buenos, la dirección del australiano Warwick Thornton es tan impresionante que le da un aire encantador y magnético a todo el largo y lo hace verdaderamente brillante, con una fotografía superior de Dylan River y el propio Thornton.
También es verdad que tiene frases cautivadoras y personajes sorprendentes que van apareciendo cuidadosamente por los parajes arenosos y estériles, que ponen en un verdadero aprieto a los más duros del pueblo, incluida una secuencia surrealista con los aborígenes australianos.
Inspirada en una historia real de 1929, es una película profunda, crítica, salvaje y exquisitamente hecha.
Imprescindible.
4 ★★★★