Si la interpretación de la protagonista de «Spoor», Agnieszka Mandat-Grabka, es sobresaliente, y el contenido es un thriller ingenioso y diferente, donde van ocurriendo extrañas muertes sin que la policía corrupta averigüe quién es el asesino, lo que más me ha impresionado es la parte técnica.

Desde el inicio, con unos planos de paisajes que parecen cuadros, la estética del film es sensacional, apoyada por una fotografía cautivadora de Jolanta Dylewska y una música sobrecogedora de Antoni Komasa-Lazarkiewicz que te hacen disfrutar de cada secuencia.

Impactante también la dirección de Agnieszka Holland, que consigue una atmósfera penetrante y unos encuadres magistrales que muestran una naturaleza melancólica y brutal.

4 ★★★★