Curiosa adaptación de la novela de Albert Sánchez Piñol, donde unas criaturas anfibias atacan cada noche a dos humanos solitarios que sobreviven en un faro que ilumina intermitentemente los constantes asaltos de esos seres enigmáticos.
Con el trascurso del tiempo, la relación entre los personajes principales de la isla perdida y una «carasapo» amaestrada comienza a ser destructiva y, a la vez, surge lo que no se sabe si es amor, deseo, sexo o esperanza.
La técnica es atractiva, el contenido intereresante y las interpretaciones correctas, aunque no llega a cuajar del todo y, a veces, se hace un poco pesada. Pero merece la pena.
La fotografía de Daniel Aranyo y la caracterización de los «carasapos» es espectacular.
3 ★★★